Sora tenía sentimientos confusos dentro de él, aún no sabia si podía confiar plenamente en Jett y aun así se había negado a dormir en su espera, no era que se negara directamente, era que cuando Jett no estaba entonces tenía miedo de cerrar los ojos, de volver a aquel día donde su pequeño solecito se había transformado, de la violencia, de la sangre, cuando cerraba los ojos veía a sus compañeros desaparecer a las manos de Belial, se veía aprisionado y asustado en aquella jaula de barrotes dorados, aquellas escenas que tanto temía ahora eran protagonizadas por Jett, como si su subconsciente le gritara que no era diferente a los demás demonios.
El tiempo en todos los mundos era diferente, se movía de formas distintas y aunque para Jett su ausencia en el infierno era momentánea para Sora se había alargado, días en los que su cuerpo se había negado a descansar, seguía sentado junto a los barrotes en espera de Jett, se sentía tentado a llamarlo por su nombre para que volviera a mirarlo pero se negaba a llamar a Jett con el nombre de la persona que tanto daño le había causado.
¿Y si le había pasado algo?, ¿Y si se había olvidado de él? Tal vez Jett había pensado que el mundo humano era demasiado maravilloso para volver al infierno, tal vez había decidido quedarse allá como los miles de demonios que vivían entre los humanos, si era así, realmente esperaba que los tratara con cariño, eso era lo más importante, que los humanos estuvieran a salvo, ya pronto lo recordaría y vendría a verlo o eso quería pensar.
Ya pronto dejaría de estar solo.
Las actividades que hacer cuando se estaba tan solo se reducían considerablemente cuando dormir no era una opción, incluso se había acabado el papel que usaba para dibujar y mientras miraba el empedrado por el que siempre llegaba Jett, su cabeza se caía por si sola debido al cansancio. Sus ojos se cerraron por un segundo entre las suplicas de su cuerpo por descansar, los recuerdos traumáticos que lo atormentaban enseguida se hicieron presentes, esta vez con Jett siendo su verdugo.
Estaba descendiendo nuevamente a la desesperación, sin Jett que le mostrara que no todo estaba perdido entonces sentía que no podía seguir estando en el infierno, sentía que prefería morir o desaparecer antes que seguir viviendo.
Finalmente algo de alegría llegó luego de días sumido en lo mas oscuro de sus pensamientos, a lo lejos pudo ver la gran figura de Jett, que corría con fuerza a su encuentro, su corazón latió al ver que traía abrazado a si mismo un gran ramo de flores de diversos colores. Por un momento sentía lastima de si mismo, ahora su rostro debía lucir horrible en comparación con aquellas bellas flores, era una lastima que se desperdiciaran junto a él. Nunca se había preocupado por su apariencia, pero al ver a Jett lucir tan hermoso y brillante como apolo descendiendo del cielo lo hacía sentirse inseguro de si mismo.
—¡Sora! — gritó, como si sus torpes zancadas no fueran suficiente para delatarlo, como si su figura de dos metros no se viera a la distancia.
El corazón del ángel enseguida se sentía más tranquilo al ver que Jett estaba a salvo, que no había llegado herido como cuando era pequeño, que no se había olvidado nuevamente de él, el demonio parecía más feliz de lo normal y casi podía jurar que veía la cola como de un cachorro tambalearse detrás de él.
Jett realmente era muy lindo a sus ojos y le causaba curiosidad su ropa similar a la de un humano y los anteojos que ahora adornaban su rostro.
—Jett... — dijo esbozando una sonrisa aliviada al verlo.
—¡Te traje muchos recuerdos! — dijo el demonio, su alegría era contagiosa, pero el cuerpo de Sora no estaba en las mejores condiciones. — Conocí muchos lugares geniales y Beryl me enseñó a tomar fotografías, te las voy a enseñar.
Como si estuviera muy emocionado para dar alguna explicación, Jett abrió la puerta de la jaula, Sora sintió como un nudo se formaba en su estomago cuando lo vio acercarse e instintivamente se protegió con sus brazos, huyendo como una rata asustada a los cobertores blancos de su lecho, mientras ya dentro de aquel espacio el demonio se quedaba de pie mirándolo. Tal vez era por verlo tan vulnerable o porque desde la perspectiva de Jett pareciera como si Sora le temiera, pero el demonio sintió una punzada en su pecho y sus ojos arder, respirando hondo intentó hablar, pero su voz áspera parecía no salir. No podía evitar que sus emociones sacaran lo peor de él cuando estaba frente a Sora, no podía evitar que sus lagrimas comenzaran a caer sin poder controlarlas ¿Por que tenía que ser tan patético frente a Sora?
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La Jaula del Ángel
FantasyUna historia de un amor imposible donde un demonio que no sabe como amar correctamente se enamora de un ángel que no puede ser tocado, ambos lucharan con la amargura del infierno y tal vez por primera vez lograr un final feliz para seres tan diferen...