XIV

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Al cumplir los doce años Titania dejó su vida en la gran ciudad para aprender magia de una de las brujas mas importantes de sus tiempos, se sentía afortunada, si bien sus padres le habían dado todo el amor y cariño del mundo, nunca le había gustado la escuela normal, sus compañeros solían tratarla diferente y algunos hasta tener cierto temor por ella ya que desde que recordaba había podido ver seres que los demás no.

Cuando sus emociones eran muy fuertes o alguien le hacia daño, los espíritus elementales que habían alrededor se enfurecían y entonces gastaban bromas o lanzaban maleficios sobre las personas que a ella no le gustaban, de un momento a otro corrió el rumor en la escuela de que Titania estaba maldita y si estabas cerca a ella te iban a pasar cosas malas.

Aun luego de su educación formal solitaria, Titania era afortunada, o al menos eso era lo que sentía, no porque ahora formara parte de la escuela de una de las brujas que más admiraba, la líder del concejo, sino porque había tenido la suerte de nacer en el mismo año que Agatha Merigold, según las astrólogas, la bruja más poderosa nacida en quinientos años. Titania siempre fue reservada, callada e introvertida, pero Agatha era todo lo contrario, había logrado que una chica simple y sombría como ella pudiera disfrutar de su vida y de sus estudios.

Titania había nacido en una familia con un largo linaje mágico, sin embargo al elegir el amor con un humano normal, su madre, perdió la magia, por lo que cuando Titania terminó la escuela primaria, fue enviada al campo para ser una de las discípulas de Aurora Merigold.

—¿Saben si tienen algún tipo de magia en especial? — preguntó una de las chicas, Lavanda Sinclair, una chica dulce de cabello anaranjado y pecas por todo su rostro redondo. — Mi familia trabaja con magia verde... por eso creo que yo también seré una bruja verde.

—Ahhh... que envidia... — soltó Agatha intentando atar su largo cabello marrón — No se si mi familia realizaba magia... lo que me dijo Aurora es que vengo de una familia de humanos normales así que no estoy segura como se desarrollara mi magia en el futuro.

—¿Y tú Titania? — volvió a preguntar Lavanda.

—¿Yo? — soltó con timidez — es algo... no es tan fantástico.

—Vamos Titania, eres la más lista de todas nosotras a que la magia de tu familia es genial — la animó Agatha.

—Magia con... seres elementales. — dijo avergonzada, siempre se había sentido mal de poder ver más que los demás, se sentía culpable cuando los elementales bromeaban o incluso dejaban a las personas que le hacia mal, siempre había pensado que al necesitar hacer contratos con seres elementales su poder mágico era inferior al de las brujas que lo usaban por si mismas, su magia se debía a que seres elementales le prestaban su poder, sin ellos no era más que una simple fabricante de ungüentos y pociones.

—¿Que? — dijo Agatha emocionada, casi brincando de su asiento. — ¡Genial! Las hadas me detestan, siempre roban mis cosas y se burlan de mi, incluso Magnus las detesta — comenzó a reír Agatha.

—Desearía que las hadas me ayudaran a cuidar mi jardín ¿También puedes trabajar con otros tipos de seres?

—Si... — sonrió Titania más confiada — si quieren... sólo si quieren, un día puedo llevarlas al bosque para que vean hadas, también hay algunos elfos, ellos me gustan mucho son del tamaño de un pulgar y son bastante amables, aunque no poseen un gran poder mágico conocen el bosque mejor que nadie y siempre me ayudan cuando necesito buscar ingredientes...

—¡Titania eres fantastica!

Los días de las tres estudiantes eran tranquilos y felices, solían comer juntas con Aurora y luego se ocupaban de estudiar las materias que cualquier adolescente aprendería para luego recibir tutorías de la bruja, la vida era tranquila y lenta en aquel desolado campo lejos de cualquier ciudad y tecnología, a veces, cuando tenían libre solían ir al rio a jugar o hacer un picnic bajo el gran manzano de Aurora y las tres amigas se apoyaban la una a la otra como si fueran hermanas, de vez en cuando Titania recibía cartas y regalos de sus padres, esta vez le habían enviado la foto de una hermosa bebé de piel blanca y su mismo cabello negro, ahora tenía una hermanita real y a pesar de que deseaba poder ir a verla tenía que esperar a las fiestas para volver con su familia.

La Jaula del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora