Los infiernos de Hunter Alexandre. [Fantasía/Romance].

✧ Capítulo 20 ✧

«Listening to my heart instead of my head». Juice WRLD (cover de Halsey). Lucid Dreams.

HUNTER

Pandora no dormía sola. No volvió a pedirme que me quedara a dormir en su habitación, pero no fue necesario. Me aseguré de que todas las noches, de forma casual, uno de nosotros durmiera allí. No fue complicado, había tantos documentos por revisar que era fácil quedarnos dormidos mientras leíamos textos y más textos relacionados con temas que ni siquiera llegábamos a entender.

Ella no dormía bien y yo lo sabía. Durante mi primera noche allí, había escuchado a Pandora revolverse en su cama durante toda la noche, sollozar en sueños o incluso temblar, asustada. No le pregunté qué le sucedía, no quería que se sintiera más incómoda aún.

Esa mañana me despertó el sonido del agua corriendo en la ducha. Abrí los ojos y tardé unos segundos en siquiera recordar qué día era. ¿Martes? ¿Miércoles?

Me puse en pie, algo desorientado, y me encontré en la habitación de Pandora y Emma. Aún me sorprendía amanecer allí, aún me hacía sentir extraño durante los primeros cinco segundos del día.

Debía marcharme, acudir a mi habitación para poder ducharme y cambiarme de ropa. El sonido de la ducha cerrándose me hizo girarme hacia la puerta del baño y, durante un momento, eso me hizo imaginarme a Pandora. Pandora saliendo de la ducha, su piel pálida y suave, desnuda. Tragué grueso durante un momento y traté de pensar en otra cosa. Miré por la ventana y me fijé en el cielo: estaba nublado, como si fuera a llover pronto.

La imagen de Pandora regresó a mi mente con más fuerza aún y tuve que cerrar los ojos, intentar apartar ciertos pensamientos más bien oscuros y más bien íntimos de mi cabeza. Me gustaba Pandora, me caía bien. Me parecía guapa y, si tenía que ser completamente sincero, no me habría importado liarme con ella. No en otra vida, al menos.

Me lo habría planteado antes de que ambos nos viéramos envueltos en esa pesadilla, antes de que todo se hubiera tornado... una mierda.

Odiaba lo que había sucedido con Emma, el hecho de que quisiera escaparse de la Academia por todos los medios. Si ella hubiera sabido cuánto me había costado a mí llegar hasta allí, cuántos infiernos había tenido que cruzar...

La puerta del baño se abrió y Pandora salió de él ya vestida con la falda corta del uniforme y una camiseta de tirantes. Tenía el pelo mojado, algo alborotado, y no pude evitar fijarme en su cuerpo: era más baja que yo, más bien delgada. Tenía un buen culo, en eso me había fijado antes incluso de que habláramos por primera vez.

Me aclaré la garganta cuando ella se fijó en mí. Llevaba una toalla en la mano y la dejó caer en un cubo negro donde guardaba la ropa sucia hasta que fuera día de colada.

—Pensé que seguías dormido —me saludó—. Gracias por quedarte.

Olía bien. De pronto, toda la habitación, olía a Pandora. Un aroma suave y dulce que parecía emanar del vapor de la ducha y de su propio cuerpo.