11, 15 PM
La joven no lograba conciliar el sueño, estaba recostada en el sillón cama como la semana anterior. No podía creer que tan solo hubiera pasado una semana. ¡Le parecía tanto tiempo! ¡Meses! ¡Un año! Su vida desde entonces había cambiado mucho y había descubierto muchas cosas sobre el pasado y sus orígenes. No obstante, ella había cambiado. Reconoció el enorme valor de la crianza de su madre y todo lo que había sacrificado por ella, y se sintió mal por haberla abandonado tanto tiempo, por juzgarla al quedarse en casa con un hombre que la maltrataba y que la terminó dejando un día cualquiera sin explicación alguna. Su madre había pasado por mucho y su vida no había sido ejemplar, sin embargo le había dado un futuro y una educación envidiable, y eso era muy valioso. Aquello la llevó a pensar en su madre biológica y en la aterradora vida que había llevado, había sido muy egoísta siempre, excepto al final; quizá como decía su madre ella realmente había intentado salvarla de una vida llena de terrores y trastornos mentales, sea cuales sean sus orígenes. Brisa había querido evitarle el sufrimiento y la tensión a la que se encontraba sometida en la actualidad.
El calor comenzó a molestar a Laura, pero no tanto como el miedo. ¿Qué le ocurriría entonces? ¿Cómo seguiría su vida de aquí en adelante? Pensaba en la bruja y en cómo disfrutaba atormentarla en los momentos más insólitos. También pensó en Brisa, ¿cómo había resistido tanto tiempo vivir en un terror constante desde tan pequeña? ¿Había desarrollado métodos para evadir la realidad con el tiempo? ¿Ella haría lo mismo? ¿Darían resultado o terminaría internada en un manicomio?, dopada por las drogas que le administraban y que seguro la mantenían callada pero no curaban su terror. Su madre y su amiga le creían, sin embargo sabía muy dentro de ella que nadie más creería su secreto y menos un médico. Estaba condenada... Estaba maldita.
De pronto la claridad la segó, su madre había prendido la luz. Al verla Laura lanzó un suspiro de alivio, por un segundo había creído que la bruja había ido a buscarla antes de tiempo.
—Cariño, ¿estás despierta?
—Sí, ma.
—¿Estás bien? ¿Puedes dormir? —preguntó.
—Sí, claro...
—Puedes dormir hoy conmigo, si quieres —le dijo. Laura notó que estaba preocupada.
—No te preocupes, estaré bien. Mañana hablaremos —dijo, tratando de consolarla.
La mujer, que estaba en camisón, asintió con la cabeza, se acercó a darle un beso en la frente y se retiró, apagando la luz al salir. Tenía miedo y no comprendía por qué, como si muy dentro de ella intuyera que algo no andaba bien, que algo malo estaba por pasar bajo aquel techo. Nunca había comprendido a su hermana y le costaba trabajo entender cómo se estaban dando las cosas. Fue a su habitación y no cerró la puerta, se quedó despierta, escuchando la orquesta de grillos que se había formado en el jardín. No supo de qué manera pero se durmió.
La oscuridad volvió a encerrar a Laura cuando su madre se retiró y el miedo volvió con ella a atormentarla. Miró por la ventana y creyó ver pasar la silueta de una persona, esta daba al patio y dedujo que era la bruja, ni siquiera se le ocurrió la idea que podía ser su madre. Cerró los ojos y pensó en el consejo de Sabrina; "no es real", "no es real" repitió en voz muy baja y le pareció que le contestaba una risa lejana. Estuvo a punto de levantarse para correr a la cama de su progenitora, aterrorizada, cuando se detuvo por la vergüenza de tener aquel pensamiento de niña. Escapar no le había servido de nada ni ahora ni nunca. Afrontar la situación es lo único que le quedaba.
—Laura.
Su nombre sonó en la oscuridad de la habitación con la voz de un ser incorpóreo. Era aguda, ronca y burlesca. Los ojos de la joven la buscaron por las paredes, desbordando terror.
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La bruja y la serpiente
Horror¿Alguna vez imaginaste que el solo hecho de leer un viejo diario de una inocente niña podría despertar tus peores pesadillas? Pues los libros prohibidos existen y Laura lo descubrirá de la peor manera. La maldición de la bruja cobra vida. ¿Te animas...