Los recuerdos son efímeros.
No importa cuánto te esfuerces por volver a memorizar el mismo momento con muchas ganas, nada sera igual como antes, porque solo serán imágenes que pasan por tu memoria sin distinción alguna. La euforia no será la misma con la que disfrutabas antes, y los sentimientos que sentías aquel día no son más que recuerdos vagos, sin sentido ni apariencia. No obstante, cuando vuelves a recordar esos minutos, segundos o horas de los recuerdos más guardados en nuestras memorias, caemos en la realidad de que solo son borrosos o lo más seguro es que ni lo recordemos correctamente. Las risas alegres pasan a segundo plano y solo son risas ajenas al sonido. Y en una ocasión cualquiera, aparecen recuerdos y no son nada más que algo ajeno para nosotros, ya ni sabemos a quién le pertenecen, pero aun así, siguen en nuestra memoria. Divagando en lo profundo de las mentes, sin saber lo que hacer o como hacerlo. Y en ese preciso instante, nos damos cuenta que nada es como lo recordamos.
Es muy frustrante.
Lo pensé mientras me levantaba luego de aquel sueño que ahora era borroso. Lo seguí pensando al caminar hacia la escuela y lo seguía pensando mientras escribía lo que dictaba el profesor y mientras comía en el almuerzo con Jeff.
Otra vez.
Ya era el tercer día que faltaba Amelia. Así que me puse manos a la obra en poner más atención a las clases para luego explicarle lo que no entendiera. Sin embargo, me costaba hacerlo, aún sentía una sensación incomoda en el pecho desde que desperté, era incómodo y no lograba concentrarme en nada, ni siquiera cuando hablaba Jeff.
Y cuando Jeff hablaba, no hay quien lo pare.
— Y luego le dije Vete a la mierda y todos se me quedaron mirando, pero seguí tu consejo de aquella vez — Sonrió orgulloso — Me dijiste que no hay que mostrá miedo a nada y me fui con la frente en alto sin importarme, por primera vez, lo que dijeran las demás personas de mi alrededor. — Termino de decir, con una sonrisa inmensa.
De toda la historia que había contado, solo un fragmento llegue a escuchar y aunque no lo dijera, estaba orgullosa de él como persona. Y como siempre estaba atento a mis gestos, se dio cuenta que algo estaba mal. Cómo siempre en estos días.
— Adhara, ¿Te sientes bien? — Preguntó Jeff preocupado, comiendo papas fritas.
Aún no tengo claro porque lo dije, pero necesitaba sacarme esta sensación que me incomodaba.
— ¿Te has preguntado algunas veces que todo lo que sentimos, ya no lo volvemos a sentir nunca más? — Pregunté de repente.
Jeff dejo de comer, pensando.
— ¿A que te refieres? — Pregunto confundido.
— A lo efímero— Conteste.
— Entonces, siéndote sincero solo una vez en mi vida me lo pregunte.
— ¿Cuando?— Indague.
Jeff torció un poco el labio, disgusto con la conversación, pero no podía prestarle atención a nada más que su respuesta.
— Puedo ser chistoso y hablador algunas veces, pero...
Desvió mi mirada y mi paciencia tenia un limite.
— Solo dilo — Insistí, casi gritando.
Cerro sus ojos un poco enojado y luego me miro.
— En el momento en que mis abuelos fallecieron — Espetó, después de un rato.
Mierda.
Su mirada era calmada, por lo tanto, detrás de esos ojos sabía que guardaba sus recuerdos más profundos. Y yo los había abierto sin consideración.
ESTÁS LEYENDO
ᴀᴛᴀᴅᴏꜱ ᴀ ɴᴜᴇꜱᴛʀᴀ ᴘʀᴏᴘɪᴀ ʀᴇᴀʟɪᴅᴀᴅ 🌙
Romance» ¿Podemos distinguir de la realidad de la ilusión? ¿Que es real y que no? ¿como sabemos que todo lo que vivimos algún día llegará a ser real? ¿Estamos destinados a estar solos para siempre? « Adhara y Marcus son dos personas reservadas en su propia...