La tensión podía sentirse de una forma abrumadora; los presentes aguardaban en sus asientos esperando a que algo sucediera, sosteniéndose de ellos sin decir ninguna palabra al respecto. Debo de admitir que ese simple hecho me sorprendió, ¿Qué tanto tendrían que temerles como para que ni siquiera levantaran la mirada y no se atrevieran a siquiera murmurar?
La abrumadora sensación que ambos desprendían no me hizo bajar la mirada, sino todo lo contrario, me sentía más alerta que nunca a todo lo que me rodeaba. Sabía que aún las cámaras seguían encendidas debido a que las pantallas mostraban vivamente todo lo que sucedía en aquel lugar sin perderse algún detalle. Aquel pequeño ser de piel morada y cabello azulado que había presentado a Galaxia y había tratado de sacar a Silver de en medio, se encontraba en un estado de pánico por no saber qué hacer. Su piel parecía sudar y tomaba las mangas de su camisa marrón en un intento por calmarse.
Al parecer nada estaba bien con todo aquello. Más por el significado de las palabras que Silver había soltado sin querer de una forma tan despreocupada frente a todos.
Me preguntaba si en algún momento por estar allí algo podría pasarme, llegué a intuir que en cualquier momento podría asfixiarme por todo aquello que no terminaba de procesar. Ya no tenía la sensación de que fuera un sueño, pues todo se sentía tan malditamente real y aterrador, que el color brilloso de mi piel y la palidez solo iban en aumento a cada situación que se desencadenaba.
Entre todas las sensaciones que me abrumaban; una sensación de completo peligro me invadió. Un nuevo invitado hacia presencia en escena y nadie parecía percatarse de él, caminaba a pasos lentos por la puerta de entrada, un gran tipo de ojos fuego y cabello negro, su traje era lo que mayormente destacaba al llevar una chaqueta estilo militar de color azul marino y grandes botas negras. En su traje relucían algunas medallas de varios colores.
Subió las escaleras del escenario y sonrió burlón hacia mí, siguiendo de largo hasta ponerse al lado de aquellos dos. Si creía que nada podría empeorar mi estado, la sonrisa de aquel tipo me había llevado a respingar y temblar frenéticamente mientras sentía que mi alma viajaba a mi próximo cuerpo en una galaxia distante.
— Silver- Llamó altanero- es mejor que no empeores las cosas, ya tenemos bastante con el alineamiento como para que tú exasperes a mamá arruinando el evento principal.
《 ¿Son... Hermanos?》
Su parecido era nulo en realidad, o al menos a simple vista. Además, aquella mujer se veía tan malditamente bien que parecía que fueran sus hermanos y no sus hijos, su actitud no parecía como la de una madre en absoluto, sino más como la de una tirana. Y por último; Silver no parecía ser como ellos. O al menos lo poco que conocía de él; aquella imagen que trataba de dar frente a mí.
— Corentin- exclamó Silver- no te metas en esto.
Un suspiro pesado se escuchó por todo el lugar, provenía de Galaxia que, cansada por todo el alboroto que de a poco crecía, decidió mostrar su poder dejando inmóvil y en su lugar a Silver. Como si de un magnetismo extraño fue jalado hacia su asiento sin poder protestar algo más, mientras tanto, aquel tipo de nombre Corentin, solo optó por subir las manos en señal de paz mientras se dirigía a su asiento riendo de lado.
Todo volvió momentáneamente a la paz, claro está que únicamente para ellos, pues las malas noticias para la tierra y sobre todo para mí solo se encontraban a la vuelta de la esquina, esperando su llamado. El caos que esas noticias provocarían no se comparaba al que ya de por sí se encontraba en la tierra.
— Dejemos las explicaciones por ahora- Sentenció Galaxia tomando lugar al centro del escenario- ya habrá tiempo para ello. Por ahora solo puedo decir que mi tiempo se agota y es esencial encontrar un nuevo gobernante. El Ser que gobierne los tres milagros tendrá que contar con lo esencial; destreza, sabiduría, fuerza, convicción, liderazgo. Nada de eso tiene que faltar, así que, queridos candidatos, en este lugar y hasta este momento; 5799 individuos sin contar a nuestra querida Terrana, se encuentran aquí para llegar a ganar mi lugar... Ustedes, mis queridos, serán sometidos a duras pruebas, muchos no llegarán- sonrío y pude ver que me miraba de lado- de otros espero absolutamente todo. - Volteó hacia arriba del público; exactamente donde se encontraba aquella chica pelinegra- Así que, mis pequeños, hagan sentirme orgullosa; acaben con sus enemigos hasta que no quede nada de ellos, hasta que no puedan levantarse, gánense mi corona y mi respeto. Pensaba explicarles un poco más, pero es mejor esperar a que las eliminaciones comiencen. Baron, explica el resto- decretó antes de irse a sentar a un gran trono dorado- Oh, casi lo olvidaba; Felicidades, eres la primera humana en participar en este evento tan conmovedor, ahora son 5800 competidores- cruzó las piernas, recargo su cabeza en su mano y burlonamente pronunció- o tal vez, podría decir 5799 y medio, digo, por tu pequeña e insignificante altura y tu patética presencia, ¿no es verdad?
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Un abismo infinito
Science Fiction¿Quién soy? ¿Quién fui? ¿Qué hace de mi tan especial para conocer aquellas cosas que alguna vez temí. No soy el inicio, de eso estoy segura, pero tampoco soy el final. No soy un ser especial; pero mi alma sí. Mi alma: un alma maldecida y encadenada...