No comprendía lo que estaba sucediendo, la oscuridad a mi alrededor solo dejaba ver aquellas sombras a mis espaldas que me traían algo de melancolía y dolor. Eran dibujadas por cientos de luces centelleantes e interminables que pasaban a mis lados a una gran velocidad en colores azul, blanco y morado. Por alguna razón sabía que se trataba de millones de estrellas. Las siluetas, tres para ser exactos, tenían la forma de mujeres; borrosas, sin facciones y poco naturales, pues había algo extraño en ellas.
Tenía el presentimiento de que algo malo estaba sucediendo, más no podía recordar nada; ni siquiera cómo había llegado allí o que había estado haciendo antes de eso. Mi cuerpo, el cual parecía quebrarse a cada segundo que pasaba, se encontraba consumido en el colapso a mi alrededor, y si bien, era más consciente de mi entorno, no tenía ni la mínima idea de qué hacer.
Sentía las manos entumecidas y el tiempo desquebrajarse, mi pecho se encogió de dolor al ver que líneas en forma de relámpagos en blanco y negro consumían mis brazos desde las puntas de mis dedos, no, incluso de más allá de mis dedos, pues parecían conectadas a algo que de a poco se rompía. El universo estaba colapsando, las líneas comenzaban a romperlo todo de a poco y yo no era capaz de hacer nada para detenerlo. El colapso era inminente.
Con el tiempo el dolor dejó de existir, la preocupación que sentía se convirtió en un alivio inexplicable y la palabra "libertad" llegó a mis oídos . Sentí como si mi misión en ese lugar estuviera pronto a terminar. La presencia de aquellas siluetas a mis espaldas se hizo más notoria e instintivamente volteé, sus manos estaban alzadas hacia mi, tratando de tomar las mías, traté de tomarlas, pero me resultó imposible con aquellas líneas marcando mi piel y jalándome hacia al abismo oscuro frente a mi.
De pronto, el extraño equilibrio que me sostenía en medio de aquella extraña situación comenzó a fallar, y mi cuerpo comenzó a moverse violentamente en busca de apoyo. Al parecer estaba a punto de caer. Pero, en su lugar, el espacio fue más claro para mí, las líneas desaparecieron junto a todo a mi alrededor en una pequeña explosión tan brillante, como si hubiera entrado en algún agujero negro y hubiera llegado a otro lugar en medio del caos.
La gravedad inexistente del espacio no me afectó, pues no sentí ninguna presión en el cuerpo, el frío que debió congelarme en cuanto llegué no lo sentí en absoluto y podía respirar con normalidad. Rogué porque fuera un sueño, pues ¿Qué más podría ser si no uno?, si, probablemente era un sueño, uno que me advertía de un futuro inevitable.
Mi final ya estaba escrito, junto el de aquellas extrañas sombras que al parecer no estaban ya junto a mi. El destino marcaba el final de todo; del mundo donde crecí, del tiempo, de la creación, de la existencia, del todo.
Mi cuerpo comenzó a desintegrarse, pues al parecer mi final también estaba ya por comenzar, poco a poco comenzó a convertirse en polvo de estrellas mientras vagaba lentamente entre la soledad del universo. Si antes podía ver al menos un rastro de lo que me rodeaba, la oscuridad completa e infinita comenzó a cubrirlo todo, sin dejarme ver más allá de mis propios ojos. Una oscuridad diferente a la del inicio; una llena de tranquilidad, una oscuridad que marcaba el final de una era y el comienzo de una nueva.
En mi último resplandor de conciencia me pregunté;
¿Quién soy?
¿Quién fui?
¿Qué hace de mi tan especial para conocer aquellas cosas que alguna vez temí?
Y luego recordé.
No soy el inicio, de eso estoy segura, pero tampoco soy el final. No soy un ser especial; pero mi alma sí. Mi alma: un alma maldecida y encadenada. Soy el cascarón de una historia comenzada hace miles de años en la tierra, que vago por el universo hasta encontrar la verdad. Mi alma, vieja como la historia misma, en un cuerpo relativamente joven.
El destino era incierto y eso lo sabía, pero, cuando la ficción rompió mi realidad, no me quedó de otra que acoplarme a mis propias pesadillas. Todo cuento de ficción o terror quedó disperso en un mundo real.
¿Quién era yo para desafiar mi propio destino?, el destino que alguien más creó para mí. Todo ya estaba escrito, y yo solo seguía el guion.
C..
Espero que disfruten de esta nueva historia, la había tenido por años entre borrador y borrador.
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Un abismo infinito
Ciencia Ficción¿Quién soy? ¿Quién fui? ¿Qué hace de mi tan especial para conocer aquellas cosas que alguna vez temí. No soy el inicio, de eso estoy segura, pero tampoco soy el final. No soy un ser especial; pero mi alma sí. Mi alma: un alma maldecida y encadenada...