- Han Jisung -
Santa y jodida mierda...
Abrí los ojos lentamente mientras sentía el peso de mi cuerpo volver a mí, miré hacia el frente y lo primero que vi fue una ventana, el sol entraba por estas e iluminaba el suelo y mis pies. Las máquinas a mi alrededor me hicieron reaccionar por completo y recordar que estaba en el hospital. Miré mi cuerpo, tenía una camisa blanca al igual que un pantalón de tela fina puesto.
Luego fijé la mi vista en la cicatriz de mi brazo, no recordaba nada, hasta que una punzada llegó a mi cabeza devolviendome cada cosa como una daga.
Una lagrima se deslizó por mi mejilla y miré mi rostro en el espejo a mi lado, mis rizos habían desaparecido y ahora mi cabello castaño estaba más oscuro que antes. Mi piel estaba mucho más blanca y sentir mi propio tacto era tan extraño que me hacía dudar si era un sueño. Solo suspiré sintiendo otra lagrima deslizarse hasta caer en mis dedos y miré hacia el calendario en la esquina de la habitación. Me sorprendí al ver todos los números marcados con plumón rojo e incluso no lo creí cierto.
Es veintisiete de noviembre... ¿estuve dormido un mes?.
Estiré mis manos haciéndol mis huesos traquear y vi todos las intravenosas conectadas, los medidores de mi pulso, los latidos de mi corazón noté que mis condiciones físicas estaban bien. Retiré cada cosa con sumo cuidado y un pitido se escuchó por lo que hice una mueca, entonces la puerta de abrió de golpe dejando ver a ciertos dos chicos, uno de cabello rubio y otro de cabello blanco.
- J-Jisung - ambos temblaron y Jeongin casi cae de rodillas.
Me miraron como si ni fuera real y yo reí abriendo mis brazos pero ellos nos reaccionaron por lo que bufé.
- ¿Bueno no van a venir a abrazarme? - dije y ellos corrieron hacia mí.
Me envolvieron en un cálido y hermoso abrazo mientras lloraban diciéndome cosas que no podía entender gracias a sus sollozos. Yo por fin lloré como debía y comencé a soltar lagrimas por doquier, no pare hasta que escuché otro ruido en la puerta, miré a Christopher y a Jackson temblar agitados. Me reí y les ofrecí venir lo cuál hicieron en un fuerte abrazo haciéndome quejarme por ser la croqueta en medio de tanto pan.
- ¡¿Porqué tardaste tanto?! - me gritó cierto rubio mayor.
- Yo lo siento como si... como si fuera ayer - hablé y ellos asintieron mirando al suelo.
- Me tenías preocupado - dijo Jackson y yo reí negando con la cabeza.
- M-Mierd-da - escuché una voz entre cortada y miré hacia la puerta nuevamente.
Un alto chico de tatuajes y otro pelicolor estaban ahí parados, mirándome como si no fuera real, ambos temblaban y las lagrimas bajaron por sus mejillas. Yo les sonreí y ambos corrieron a abrazarme como si sus vidas dependiera de ello, me ponía tan feliz ver bien a... mis amigos.
Solo faltas tú... pero ya no estás, ¿verdad?.
- T-Tuve tanto miedo d-de que no despertarás - tembló el cuerpo de Jimin y yo lo abracé aún más fuerte.
- Ya estoy aquí ¿no?... ¿en que momento pasó tanto tiempo?. - pregunté riendo mientras limpiaba mis lágrimas.
- Pasaron tantas cosas que... son muy difíciles de explicar. - habló Christopher y yo lo miré curioso.
Entonces mi visita se puso curiosamente en el televisor y subí el volumen rápidamente al ver que estaban pasando por las noticias...
- "Luego de un mes del accidente en la fábrica abandonada se descubrió que los causantes de tal acto fueron Han Suk-yu de quien solo quedaron cenizas y Jeon Yunseok, quien escapó del incendio pero no duró mucho ya que en Internet fueron publicadas las pruebas sobre todos sus delitos cometidos y fue atrapado esta mañana... Aún no se sabe con certeza porque ocurrió lo de la fábrica abandonada pero lo que sí es seguro es que encontraron las pertenencias de Lee Minho, el famoso jefe de la empresa de cosmétic-" - apagué la televisión y me mordí el labio fuertemente sintiendo las lagrimas acumularse.
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End Of November | Minsung
ФанфикHan Jisung y Lee Minho son mejores amigos, para el mundo entero harían la mejor pareja y a lo mejor en el pasado lo fueron, pero ahora, solo son eso... Las cosas cambiarían con giros en el presente, la vuelta del pasado y personas inesperadas. La v...