5. No pienses detenerte

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Lucy y Lilith pasaban mucho tiempo juntos, tanto que cada vez pensaba más en robar del fruto divino para así tener su atención

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Lucy y Lilith pasaban mucho tiempo juntos, tanto que cada vez pensaba más en robar del fruto divino para así tener su atención. No entiendo qué le ve a esa chica de mierda. No tiene un abdomen perfecto como él mío, fue creada a base de mis costillas y no tiene una serpiente colgando de la entrepierna. Ella no tiene nada abajo, solo otro agüero, yo tengo mejores cosas que ellas y, aun así, para Lucifer eso era el epítome de la innovación.

Cada mañana que pienso pasar tiempo con él, viene la bruja rubia para robarlo con una sonrisa de mosca muerta.

Era una maldita, una maldita mujer, pero con cara de buena, para ocultar lo maldita que es.

-No entiendo qué le ves de bueno a esa chica, es tan frágil y común, la odio.

-Se supone que es tu esposa.

El término de esposa no es algo que me quede del todo claro. Según cuentan las historias de Lucy, hay más ángeles en el cielo que pueden formar sus parejas y vivir juntos con total cariño. A eso se le denomina esposos. Yo no siento ningún tipo de cariño hacia Lilith y mucho menos quisiera formar nada con ella.

-No quiero a esa mujer como mi esposa, quisiera que mi esposa fueras tú.

-¿Disculpa?

Camine hasta acorralar a Lucy entre un árbol mientras no sabía por donde mirar. Verlo tan inofensivo fue un festín para mis ojos y quise tocar la piel de su pierna levantando su vestimenta.

-Tú dijiste que los ángeles forman esposas con la persona que le gustan y tú, Lucy, me gustas mucho.

-Yo...

Lo tenía justo donde quería, lejos de esa maldita de Lilith, solo para mí, sin nadie más. Yo lo quiero para mi solo, nadie más es digno de su belleza, nadie más puede tocarlo. Quiero que nadie toco mis cosas.

-Tengo que irme.

Salió volando del lugar mientras que miraba como un rastro de plumas quedaba a su paso. Tome una de las plumas y la bese mientras me imaginaba besar algo más de Lucifer.

. . . . . . . . .

Tengo la mirada clavada en el ser de baja estatura que prepara Hot Cakes tan tranquilo, silbando y todo. Es un cabrón de primera. El tenedor que tengo en mi mano termina doblándose cuando mis ojos se dirigen al ser de orejas de ciervo sentado frente mío.

-No sabía que el primer ser de la creación divina estuviera atrapado en este confín como un sucio esclavo. -Su eterna sonrisa se amplió mientras movía todos sus dedos y terminaban entrelazarse-. Curioso sin duda.

Pedazo de marica de mierda, eran las palabras que le iba a soltar a esté cara de verga. Pero el suspiro proveniente de Lucifer detuvo mis labios y presto atención a los suyos:

-Alastor, ¿a qué has venido? ¿No eres el amigo hotelero de mi hija?

-Claro que lo soy, es solo que necesito cumplir con las peticiones de su hija y platicar contigo, según por tener problemas en comunicarnos, ¿Una ridiculez?

-Claro que lo es, no pienso hablar con alguien tan despreciable como tú.

-Tampoco tengo intenciones de hablar, eso dañaría mi imagen como un soberano.

-Tú solo te dañas ese título al mostrar tu horrible rostro en público.

-Habla el señor que tiene la estatura de un niño.

Clave mis uñas contra la mesa mientras seguía presenciando todo este show. Quería arrancarle la garganta a ese puto por si quiera estar hablando con Lucifer, aun no puedo quitarme de la mente como su rostro estaba tan cerca del suyo, justo como estos momentos. Sus miradas chocaban, sus dientes estaban aguantando la fricción y solo faltaba un movimiento para que sus labios se encontraran.

-Esto solo es una pérdida de tiempo, regresaré al hotel y los dejaré a ustedes dos juntos -Tocó el hombro de Lucifer y yo me levanté de mi asiento mientras gruñía-. Curioso sin duda.

Alastor desapareció entre las sombras mientras que Lucifer puede dar un suspiro de agotamiento y volver al desayuno. Rápidamente me acerco a su lado, lo tomó de la cintura y lo acerco a mis labios para provocar una batalla con nuestras lenguas y sentir sus manos detrás de mi espalda, mis alas se alzaban de sentir mi lengua con la suya y los ríos dorados bañaban nuestros rostros.

Sus alas hicieron acto de presencia y de unas ventiscas nos separó de nuestro beso para lograr tirarme al suelo. Por un momento estuve confundido hasta que miré sus ojos todos excitados y una media sonrisa apareció en mi rostro. Este juego del gato y el ratón empezaba a gustarme.

-Eres un chico bastante malo, molestarte por un desconocido, ¿No te enseñaron a respetar a tus mayores? -Con sus garras rompe mi pantalón y deja a la vista mi verga dura-. Necesitas una lección.

. . . . . . . . .

Los gemidos no podían detenerse, cada jadeo venía acompañado de otro mientras mis manos se clavaban en el mueble y mordía mis labios con intensidad.

Pasamos del suelo a sentarnos en el mueble, corrección: Lucifer estaba sentando en el mueble mientras que yo lo estaba encima de sus piernas. Tenía miedo de romperlas, pero él soportaba mi peso sin ninguna dificultad, y no es para tanto, cuando estaba disfrutando tener mi verga entre sus manos y acariciarla con intensidad.

-No pienses detenerte -solté con varios jadeos de por medio.

-No pienso parar hasta que mi pequeña puta tenga su merecido.

Di un grito en el cielo al sentir su cola entrar en mi agujero y con una de sus manos apretaba una de mis tetillas. Me estoy sintiendo en el paraíso, nada podía superar esta sensación: su mano en mi verga, su culo dentro de mí y su otra mano tocando mis tetas. Quiero más, quiero sentir su verga dentro de mí, quiero que me demuestre que es el rey del inframundo. Quiero que me trate como a una puta.

-Que delicia es escuchar tus gemidos, mi querido Adi.

Mordió mi oreja mientras escuchaba su risa juguetona. Terminé corriéndome soltando una gran descarga y bañando los dedos de Lucifer con mi esencia y mi respiración parecía no tener límites. Quiero más de esto sensación.

Lucifer con una notoria erección visible en su pantalón, se levantó del mueble dejándome con ganas de más y estaba a punto de levantar mis piernas para que pudiera entrar a la perfección, pero solo se aleja del lugar mientras silbaba con alegría.

-No podemos saltarnos el desayuno, es la comida más importante del día.

Observe el gran desastre que provocamos y solo podía pensar en qué rayos está jugando este hijo de puta y porque quiero seguir jugando sin importar las condiciones.

Sin nada más que decir

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Sin nada más que decir. Les agradecería que voten en los capítulos, comenten cualquier tontería, les den una oportunidad a mis otras historias y pueden seguirme para crecer un poco más. Nos vemos en el siguiente capitulo. BYE.

Que el pecado los domine.

Necesito una mordida (Historia corta de AdamsApple) [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora