9. Unidos entre un lazo

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Nuestras bocas estaban unidas mientras mis garras se clavaban en su espalda deslizando líneas doradas

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Nuestras bocas estaban unidas mientras mis garras se clavaban en su espalda deslizando líneas doradas. Apenas entraba luz en la mansión y sin importar ese detalle, sus ojos rojizos eran lo suficiente brillantes para poder admirar bajo la oscuridad. Su lengua recorría mi boca dejando su salida entremezclada con la mía y no podía dejar de probarla, era un vino embriagante que acariciaba todo mi interior en busca de más, quería más.

—Lucy, te quiero, te deseo.

—Todo a su tiempo, Adi, todo a su tiempo.

Desprende mi camiseta dejando mi panza a la vista y el bajo sus labios para besarla en el centro dando recorrido en círculos con su lengua manchado el área con su saliva divina, tuve que cubrirme la boca para no soltar cualquier ruido de la excitación que estaba experimentando. Da otro chasquido con los dedos y aparecemos en la cama nupcial de Lucifer y por alguna razón su presencia era más atemorizante, casi como si fuera un depredador salvaje a punto de cazar a su presa. Retrocedo lentamente hasta llegar al límite mientras Lucifer gatea acercando ferozmente hasta dejar a la vista sus dientes blancos y clavarlos en mi cuello, mordía al depredador y sólo dejaba libre mi cuello para que se acoplara con mayor facilidad, necesita que me marcara, necesita esa mordida. Algunas lágrimas resbalan en mis mejillas y, sin embargo, ni todo el miedo del podía dejar de desear ser mordido por Lucifer.

Dejó de morderme dejando un ardor en el área y sus labios estaban manchados por sangre dorada que brillaba con intensidad en la oscuridad, con su lengua recorre sus labios con lentitud brindándome una sonrisa lujuriosa.

—Te dije que podría aterrorizar, Adi.

Sus dedos pasan por la marca manchando con líquido dorado y llevárselo a la boca lamiéndole con deseo, no apartaba su mirada de mis ojos. Beso mis labios mientras que yo lo tomaba de la espalda, no quería que se alejara de nuestro lazo. Mis piernas rodean su delgado cuerpo estremeciéndose al momento que las apretó por la intensidad del beso, era sucio, lujurioso y no dejaba de sentir su piel con la mía como si fuera una especie de unión.

Mi verga estaba muy dura.

Lucifer rompió mis pantalones con sus garras para abrir separar mis piernas y con una larga lengua comenzó a saborear mi miembro, sus manos se alargaban para evitar que pudiera ocultar mis gemidos.

—No dejaré que cubras esos hermosos cantos.

Metió mi miembro en su boca mientras con sus dedos jugaban en mi recto. Jadeaba con intensidad mientras mis brazos seguían levantándose y detenidos por los de Lucy, mis piernas apretaban el rostro de Lucifer para que no se atreviera a dejar de lamer mi verga, quería que se la coma completa y me dejara vacío, puedo venirme cuantas veces quiera y siempre querré más.

La primera corrida ocurrió y Lucifer saco mi verga de su boca para derramar ríos blancos con su lengua, los cuales embarro con sus dedos para mostrarme una sonrisa lasciva y meterlo en mi recto provocando que pegue un gran gemido al sentir sus dedos calientes recorrer mi interior y tocar mi punto dulce. Varias lágrimas salían de mis ojos seguidos de jadeos por su juego de dedos.

Necesito una mordida (Historia corta de AdamsApple) [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora