Epílogo

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—Mira como rebotan tus nalgas mientras te comes mi verga

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—Mira como rebotan tus nalgas mientras te comes mi verga.

Lucifer me tenía en cuatro en el suelo mientras me motaba con intensidad, sus dedos estaban dentro de mi boca mientras tenía la lengua afuera por el disfrute de ser penetrado por el rey del inframundo: mi pareja. Levantaba el trasero para que me clavara su miembro golpeando mi punto dulce tantas veces que estoy viniéndome por segunda vez manchando el suelo con mi líquido.

—Lucy, termina adentro.

—Todo lo que me pidas, mi Adi.

Termina dentro de mí llenando por completo derramando varias líneas de semilla goteando hasta caer al suelo. Mi ángel caído reposo su cabeza en mi espalda mientras mis piernas no pueden más y terminó derrumbándome en el suelo, Escucho su risa mientras acaricia mi espalda.

—Creo que hace miles de años elegí a la persona incorrecta como mi pareja.

—Pero ella te dio mucha felicidad a tu hija.

—Si, ella me brindo mucha felicidad, sin embargo, a tu lado puedo crearla.

Me quedé callado por unos segundos en los que mis mejillas se calentaron y logró soltar una frase que solo dije una vez en mi vida:

—Te amo, Lucifer Morningstar.

. . . . . . . . .

El cielo estaba enojado cuando el mal se expandió por todo el mundo. Todo por una simple desobediencia por parte de mi segunda esposa. Lucifer y su pareja Lilith fueron culpados tras haberlos delatados, supuse que solo serían separados y por fin Lucifer podía verme como yo lo veo. Pero lo único que ocasionó fue que Lucifer y Lilith fueron desterrados en lo más profundo del planeta.

—No pueden hacer eso, él no es culpable de nada.

Les gritaba a los ángeles encargados del destierro de Lucifer, puede ver su rostro asustado mientras sostenía las manos de Lilith, quise gritarle que tomara mi mano y me llevara con él, no podía pensar pasar el resto de mi vida sin mirar su rostro con su hermosa sonrisa.

No podía, simplemente no podía.

Antes que un portal se abierta debajo de los pies de Lucifer me abro paso para que estuviera en su rango visual y gritó a todo pulmón:

—¡Te amo, Lucifer Morningstar!

Gracias a él supe lo que significaban esas palabras y lo dolorosas que eran si lo usas con la persona correcta.

. . . . . . . . .

Nos duchamos juntos no sin antes hacerlo una última vez apoyándome contra la pared mientras el agua recorría nuestro cuerpo y el sonido de la ducha camuflaba los gemidos que sentía por tener su miembro palpitante dentro de mí, era adicto a su cuerpo contra el mío.

Salimos de la ducha para usar la ropa más elegante posible y al momento de usar una corbata me ayudó Lucifer que lo compense con un beso y que tuve que cortar antes que pensar en tumbarlo en la cama y hacer que me coma toda la verga.

—¿Estás seguro con eso? —pregunté mientras cepillaba mis alas.

—Claro que lo estoy, no tengo duda alguna.

—Solo quería confirmar.

Hoy el hotel de su hija organizará un evento en donde la estrella principal será Lucifer quien usara ese evento para presentarme como su pareja y futuro segundo gobernante del infierno. Nunca pensé que sería gobernante del lugar que tenía que exterminar, pero si estoy junto a Lucifer no pienso rechazar esta propuesta. Ambos somos ángeles caídos y nos necesitamos como necesitamos la esperanza.

—Te ves precioso, mi Adi. —Acaricia mi panza para luego depositar su mano en mi mejilla—. Casi diría que no eres el mismo humano que encontré ese día.

—Claro que no soy ese ángel, él nunca hubiera podido conseguirte, por eso soy un ángel caído afortunado.

Tomo su mano para brindarle un tierno beso en esta. Las mejillas de Lucifer se ruborizan mientras me brindaba una sonrisa.

—Vamos al evento, Adam Morningstar.

Beso su anillo dorado mientras me miraba.

—Iré donde tú vayas, Lucifer Morningstar.

El brillo de mi anillo reluce mientras tomo las mejillas de Lucy para juntar nuestros labios para luego tomarnos de las manos y salir de la mansión dejando como guardianes a dos patitos de goma con nuestras vestimentas en el comedor. 

Con eso llegamos al final de esta historia corta

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Con eso llegamos al final de esta historia corta. Si pensaba cumplir muchas de mis propuestas, la verdad no tenía planeado mucho para esta historia y siento que alargar esta historia sólo sería cansado tanto de leer para ustedes, cómo escribir para mi. Por eso lo dejaré en nueve capítulos y un epílogo cerrando la historia de Adam y Lucifer.

Por el momento es todo para esta historia y gracias por dejarse llevar por el pecado.

Soy Sam y gracias por leer esta historia. 

Necesito una mordida (Historia corta de AdamsApple) [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora