El déjà vu es una experiencia breve e intensa, una extraña sensación de familiaridad que, para ella, siempre significaba una premonición.
Bendecida con el don de la hechicería en una familia sin dichos antecedentes, ella experimenta visiones del fu...
Mencionó ______ Kuroda al tiempo en que estiraba su cuello y movía sus hombros, ocasionando que su padre regresara a verla con una ceja arqueada.
—¿No te agotará hacerlo? Para el mediodía estabas a los cabezazos.
—Correré el riesgo— tomó el peine para pasarlo por sus cabellos, estando frente al espejo del baño.
Incluso lo corrió un poco para ver su marca, e inclinándose a su reflejo para percibirla mejor.
—¿Crees que vuelva a funcionar? Serían dos noches seguidas— volvió a verlo incrédula, provocando que el mayor hiciera un gesto con sus labios sin tener la menor idea, hallándose apoyado en el marco de la puerta.
—¿Y si mejor lo vas a probar ahora? En serio necesito el baño— ingresó para empujar a su hija fuera de allí.
—Recuerda echar perfume— alzó la voz mientras se alejaba hacia su cuarto, oyendo como cerraba la puerta sin emitir respuesta.
Era bastante tarde. Incluso pasaba de la medianoche. La familia entera se había distraído al salir a comer a un pequeño puesto de un vecino, porque el olor que llegaba hasta la vivienda era exquisito. Hasta quedaron charlando con ellos.
______ corrió las sábanas de su cama, para finalmente acostarse. Se asomó por una orilla para ver a su hermana que dormía en un colchón al lado de ella. Tuvo suerte de no pisarla cuando se levantó en la madrugada a corroborar si se trataba de una premonición.
Apagó la luz de la mesita de noche para reacomodarse, cerrando los ojos en el proceso.
Se puso a desear una historia romántica para ella, saber qué le esperaba en el amor. Porque si había sentido el latir de su corazón, ese le daba el mínimo de esperanza de que ese chico lindo tenía algo que ver en su vida, en un tema sentimental.
No lograba recordar su nombre, solo sus labios moviéndose, pero aun así no podía sacar qué era lo que había dicho.
Aplastó su rostro contra la almohada, sonriendo de la emoción. Eso no importaba demasiado. Algún día llegaría a suceder.
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—¿Quién más no se va a anotar para el picnic del fin de semana, además del aguafiestas de Higashi?
—¿Qué parte de que tengo que ir a ver el monoambiente en el que me voy a quedar en la ciudad cuando empiece mis estudios no entiendes, Tachibana?— dijo el muchacho para caerle encima al otro que tenía un listado y que se quejó mientras que sus cabellos eran desordenados.
¿Desde cuándo tanta formalidad entre ellos para llamarse por sus apellidos? Eso le resultaba gracioso a la muchacha por más que su cara no lo demostrara.
—Yo quizás llegue tarde. Tengo que trabajar en el mercado del señor Fujita— alzó una mano Kaori, estando sentada a un lado de ______ que pintaba un semblante desalentado.
