Capítulo V

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—¿Quedaste despierta hasta tarde, ______?

La nombrada movió lentamente la cabeza, negando ante la pregunta de Daniel Kishi.

—¿Te aburrió la clase?

De nuevo negó, soltando un bostezo.

Se hallaba agotada por la premonición que tuvo esa noche. No importaba que la profesora le haya llamado la atención, si igual ya casi era hora de irse. Y la felicidad de haber experimentado un tacto en su mano era increíble.

Sintió un verdadero calor humano.

No comprendía nada, pero le gustaba.

­—Seguro soñó con un príncipe azul, o algo así, y se despertó cuando le dijo que tenía un dedo de más.

Llegó Ryo a pasar un brazo por los hombros de su prima, molestándola en el proceso.

—¿Qué?— se expresó confundida —¿Qué tiene que ver que tenga un dedo de más?

—No sé. Eso depende de ti.

Antes de que pudiera agregar algo más, ambos callaron para voltear a ver a Kaori que había quedado varios pasos por detrás de ellos, luego de oír como Kenji Tachibana resaltaba eso mismo. La muchacha estaba atenta a su teléfono, escribiendo un mensaje con una sonrisa en sus labios.

No había que pensarlo mucho: era su novio.

—Oye, que le respondas ahora o después no marca mucho la diferencia, Kaori. La tecnología permite que le llegue al instante el mensaje— alzó la voz el de gafas.

La nombrada alzó la vista sorprendida por haberse quedado sumergida en la conversación.

—¡Lo siento! ¡Ya voy!— dijo para seguir escribiendo, mientras daba cortos pasos.

Kenji le decía unas cuantas palabras a Daniel que solo negaba con una pequeña sonrisa.

______ sintió como una mejilla era picada, mientras que seguía con Ryo tirado sobre ella. Arqueó una ceja para voltear a verlo molesta.

—¿Premonición?— susurró.

La fémina asintió, escuchando de fondo los regaños de Tachibana hacia Saito para que dejara de una vez por todas el teléfono que se caería y más si iba en bajada esa calle.

—¿Era de lo mismo u otra cosa?

—Lo mismo.

—¿El chico guapo?

—Sí. Incluso me tomó de la mano. Es lo único que sé...

Levantó su extremidad para verla e intentar hacer un análisis.

—Se sintió muy real...

Deseaba volver a experimentar esa sensación. Fue demasiado placentera y reconfortante incluso. Hizo un puño para apoyarlo en su pecho, regresando la vista hacia su amiga que se acercaba corriendo a donde estaban, todavía recibiendo regaños de parte del otro chico por hacer eso mismo.

A veces, comenzaba a desear que su situación fuese como la de Kaori. No le importaría que estuviese tan lejos, porque sabía que él seguía allí. En su caso, ella ni siquiera lo conocía y ya se había hecho demasiadas ilusiones. No recordaba ni su nombre, ni voz y mucho menos su rostro. A grandes rasgos solo podía describirlo como lindo.

Pero las sensaciones las tenía a flor de piel.

—¿El viejo no te respondió?

—No, seguramente en estos días le llega mi carta, y la semana que viene tendré una respuesta. No sé— movió sus hombros, donde el apellidado Higashi seguía apoyado.

DÉJÀ VU |Suguru Geto y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora