-¡______, vas a llegar tarde! ¡Sal ya del baño!-se podían oír los gritos de mi madre desde el otro lado de la puerta.
-¡Que ya voy!-dije echándome el rímel.
Terminé con el ojo derecho, y fui a pasar en medio, pero justo cuando pasaba por encima de la nariz con cuidado de no mancharme, mi hermana entró de repente en el baño, haciendo que me asustara y me manchara. Me miré horrorizada en el espejo, y me di la vuelta con furia.
-¡¡Claudia!!
-Ups, lo siento, es que tardas tanto...yo tengo que hacer mis necesidades, ¿sabes?
-¡¡Te vas a cagar!!-solté el rímel y me lancé a por ella, pero antes de que pudiera alcanzarla mi padre se interpuso.
-¿Quieres cargarte tu hermana por mancharte con el maquillaje que te estás echando para ver a tu novio o quieres ir a ver a tu novio?-preguntó con toda la tranquilidad del mundo.
La miré enfadada y me di la vuelta, mi padre tenía razón. Y sí, voy a ver a mi novio ahora. Es nuestra "primera cita oficial", y aunque para mi eso sean cosas romanticonas y pasteladas de esas, estaba bastante nerviosa. Nos íbamos al parque de atracciones a pasar el día allí.
Me volví a mi cueva de maquillaje y me limpié. Me eché un poco de colorete y cacao y salí corriendo a mi habitación. Cogí mi bolso y guardé mi móvil y el estuche de maquillaje junto al resto de cosas que ya llevaba. Me eché colonia por el cuerpo y al aire, poniéndome debajo mientras daba vueltas. Una vez lista, me miré en el espejo.
-No está mal-dije para darme confianzas.-Vale, ______, no la cagues, ya tendrás mucho tiempo este verano para decir tonterías, hoy tiene que ser perfecto.
Ya totalmente arreglada, salí de la habitación y bajé las escaleras.
-Adiós, papá, mamá-dije despidiéndome de ellos mientras buscaba las llaves en el bolso.-Renacuajo, cuando venga te vas a enterar.
Claudia se rió y me sacó la lengua. Todos me desearon suerte, que únicamente sirvió para revolverme aún más el estómago. Dylan tenía el coche arreglándose, así que iríamos en metro. Tan poco me importaba mucho, el transporte público me gustaba, lo usaba muchas veces. Saqué mi móvil para ver si tenía algún mensaje suyo, pero solo había de grupos con gente que se aburría. Lo guardé en el bolso y me dirigí a la estación de metro, 5 minutos andando. Sin embargo, cuando solo había avanzado unos 100 metros todo se vuelve oscuro a mi alrededor. Unas manos, sin previo aviso, me taparon los ojos. Yo pegué un salto asustada, pero entonces me dio la vuelta y vi aquellos ojos marrones mirándome divertido. Yo abrí la boca sorprendida y me reí. Pero justo después, le pegué sin fuerza en el brazo.
-Idiota, ¡me habías asustado!
-De eso se trataba-respondió mientras se reía y me agarraba la mano- Vamos, que ya son las doce menos cuarto.
Nos subimos en su coche y arrancó el motor, dispuesto a pasárselo en grande.
Cuando llegamos había una cola bastante larga, pero no tuvimos que esperar porque Dylan ya había comprado las entradas por Internet. Las primeras atracciones fueron las típicas: montañas rusas, asientos que daban vueltas en el aire o que te bajaban rápidamente al suelo, etc.
-¿Cuál quieres que sea la siguiente?-me preguntó mientras comía un trozo del helado que nos habíamos comprado para compartir.
-Me da igual. Subimos en la que quieras, excepto en las sillas voladoras- dije cogiendo el helado y dando un mordisco que me congeló la encía.
-¿Por qué las sillas voladoras no?
-Esas están reservadas para la noche. Es mucho más bonito el paisaje. Y es más romántico-dije con una sonrisa.
Él se rió y comió el último pedazo de helado que quedaba.
-¿De que te ríes? Es ver...
No pude continuar, porque me acercó con su mano mi cintura a la suya y me calló con sus labios. Yo le continué el beso y me pegué más a él. Subí instintivamente mis manos a su cuello y acaricié su pelo. Él bajo sus manos lentamente a mi trasero y las dejó ahí colocadas como quien no quiere la cosa. Yo me reí y nos separamos poco a poco. Seguíamos a milímetros de distancia, pero al menos podía respirar un poco más. Me miró divertido y abrió un poco los ojos alegre. Había tenido una idea.
-Vamos a la Casa del Terror.
-Espera, ¿qué?
Pero él ya tiraba de mi mano hacia la atracción. Llegamos en dos minutos, y no había mucha gente esperando, así que compramos la entrada y nos pusimos detrás de una familia.
-Dylan, no me parece una buena idea.
-¿Por qué no?
-¿Y si se me corta la digestión o algo? Esas cosas son muy fuertes si te ocurren de sopetón.
-Ya han pasado dos horas, hasta tu madre te diría que ya puedes entrar-dijo riéndose.
Entonces, se abrieron las puertas, y todos entraron.
LOSIENTOLOSIENTLOSIENTOLOSIENTO YA ME PODÉIS MATAR TRES VECES LO SIENTO. Enverano se me seca el cerebro, y con él, las ideas. Bueno, espero que os guste, a partir de ahora subiré mas seguido, ya sabéis, cuatro comentarios y ocho votos. Besoos.
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Entre el odio y el amor (Dylan O'Brien y tú)
Fanfiction¿Qué harías si te enamorases del chico más odioso y tierno del mundo? Créditos de portada: @PonyZhalvajeSensual