MARATÓN: Capítulo 25 (3/3)

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No me daba tiempo preparar comida, así que fui directamente a bscar a mi hermana.

-¿Qué narices te ha pasado?

-Hola, Claudia, yo también me alegro de verte.

Puso los ojos en blanco y suspiró impaciente.

-Hola, querida hermanita. Estoy muy feliz de volver a verte.- me reí ante aquel comentario. Qué sarcástica puede llegar a ser, como yo ^^.- Ahora, ¿qué narices te ha pasado?

-Pues no te voy a mentir, me he pegado con una chica.

-¡¿Te has pegado?! ¿Con quién? ¿Con Lydia?- noté cierta... ¿ilusión?

-Sí...

- ¡Genial!- rió ante mi mirada atónita- Todo el instituto la odia, ______.

Mantuve la mirada firme, pero en seguida me reí por su comentario. No sabía que cayese tan mal a los niños pequeños.

-Bueno, ¿y cómo ha sido?

Comenzamos a caminar agarradas de la mano.

-Pues ha empezado ella. Me ha dicho que si iba detrás de Dylan...que si estaba intentando robárselo... Entonces yo la he dicho que estaba celosa, y que me dejase en paz porque estaba loca.- sonreí al ver el entusiasmo de mi hermana, es genial compartir ese odio hacia Lydia con ella- Y de pronto, ¡me pega un puñetazo en el labio! ¿Te lo puedes creer?-Claudia puso la boca en forma de o y negó con la cabeza.- Así que yo la tiré del pelo y se cayó al suelo. Y desde ahí la tía va y me hace la zancadilla, casi vengo con la nariz rota.

- ¡Oh dios mío! ¿Y al final que ha pasado?

-Ha venido Tyler y amigas de Lydia y nos han separado...

Entramos en casa y preparé rápidamente unos sándwiches. Decidí no contarle lo de Tyler porque le caía demasiado bien, y seguramente se enfadaría conmigo. Pero, ¿cómo reaccionar sino? Sólo le quería como amigo.

-_____, hoy me tienes que llevar a las clases de piano.

- ¿Mmm? Ah...sí, es verdad, hoy es jueves.

- ¡Sí! Mañana es el último día de clase antes de navidad- gritó emocionada.

- ¡Qué bien! Pues tenemos que preparando un montón de planes mientras papá y mamá no estén aquí, ¿no?

- ¡Por supuesto!

Nos terminamos mi comida improvisada y la llevé a las clases. Volví a casa, y de pronto me encontré sola sin nada que hacer, un labio hinchado y depresión por un novio que no llegué a tener. Qué vida más genial. Pero justo en el momento en el que desistí en mi intento de ver qué echaban en la tele, recibí un mensaje. Pero no un mensaje cualquiera, ¡un mensaje de Dylan! En cuanto vi la notificación se me aceleró el corazón. ¿Por qué me habría hablado? Llevábamos semanas sin ni siquiera mirarnos casi. Pinché rápidamente: "______, si quieres hoy puedes venir mi casa terminar la segunda parte del trabajo. Es que no sé cómo hacerla :D." En seguida me puse atacada de los nervios. Tan solo iba a ir a su casa por un trabajo, pero el simple hecho de saber que le iba a ver en su casa estando los dos solos me hacía sentirme como cuando te encuentras un minuto antes de una actuación, y tus nervios empiezan a jugarte una mala pasada. Le contesté que iría en 20 minutos y me puse a arreglar. ______, tan sólo es un trabajo de lengua, tranquila. Me repetía una y otra vez. Salí de casa disparada, y no me di cuenta hasta que llegué de que me había adelantado 13 minutos. Y estando delante de su puerta me asaltaron todo tipo de dudas, que me hicieron retroceder. Pero una fuerza dentro de mí, hizo que pulsara aquel timbre, y abriera aquel chico que tanto conocía y tanto me fascinaba cada vez que le veía. Nos saludamos y entré. Ya como costumbre, me subí a su habitación, me quité las zapatillas y me subí a su cama. Él subió justo detrás de mí, y se sentó a escribir. Tan sólo llevábamos 15 minutos (en los que me pude roja cuatro veces, me caí de la cama dos y casi le tiro un vaso de agua encima) cuando recibió una llamada. Yo esperé paciente a que terminase de hablar, y lo que ocurrió después me sentó como un jarro de agua fría.

-Era...era Lydia. Dice que dentro de unos veinte minutos o media hora está aquí.

-Ah...bueno, en tal caso...supongo que me voy. Ya seguiremos otro día.

-Sí, supongo que sí. -Me puse mi calzado y bajé las escaleras.

Abrí la puerta de la calle y salí, con el ánimo por los suelos. Me había ilusionado mucho con aquella tarde, y tan sólo había conseguido demostrar lo torpe que soy y dejarme en evidencia. Qué vergüenza. Me dispuse a caminar, pero Dylan gritó mi nombre justo en ese instante. Me giré veloz y me acerqué a él. Todo pasó muy deprisa. Él me cogió de la cintura y me atrajo aún más cerca. Pude oler durante unos milisegundos su aroma, aquel característico perfume que tanto me gustaba. Acercó sus labios a los míos, y como fuera puro magnetismo, nos besamos. No puedo explicar el remolino de sentimientos que se juntaron en ni cabeza. Nos besamos con ansia, con pasión, como si no nos fuéramos a encontrar en años y debiésemos aprovechar el tiempo que nos quedaba. Cerró la puerta de la entrada principal y nos paramos para respirar. Le miré a los ojos, todavía no creía lo que estaba ocurriendo. Él aprovechó y me levantó, cogiéndome como si tuviese peso pluma. Yo enrosqué mis piernas en su cadera, y le volví a besar. No podía pasar mas de dos segundos sin sentir sus labios. De pronto, me separé, alarmada.

-Espera, espera. ¿No iba a venir Lydia?

Me miró directamente a los ojos y pude notar un destello de lujuria y rebeldía en su mirada.

-A la mierda Lydia.

Y dicho eso, volvió a atacar mis labios, haciendo que me olvidase de cualquier problema, y que me concentrase en acariciar su pelo con mis manos mientras disfrutaba del mejor beso de mi vida.

AAAAAADFGJSHAGFSE VOLVIERON BESQR SE VOLVIERIN JESARRR. Vale ya dejo mi faceta fangirl. Sé que me amáis, lo . Habéis visto que final os he puesto para el maratón?! Habéis visto?! Si es que hasta yo me lo voy a volver leer :') lol vale ahora en serio. Espero que os guste, yo llevo mucho tiempo planeando esta escenaa Ya sabeis, dos comentarios y cuatro votos. Besoos.

Entre el odio y el amor (Dylan O'Brien y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora