Máscarada.

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¿Para ti que es la gloria? ¿Alguna vez te has sentido libre y liviano? ¿Sientes qué le importas a la gente, si quiera a una persona? ¿Tu felicidad, cordura, demencia, tranquilidad, desesperación, deseo y repudio ha girado en torno a esa persona?

Llegó la noche y la oscuridad viene con ella. Donde los amantes nocturnos se citan en lugares poco frecuentes para cumplir sus perversas fantasías.
Alguna vez conocí el caso de alguien muy cercano que fue arrestado por voyeurista. Lo encontraron teniendo sexo en vía publica, literalmente en la calle, si fuese un lugar oscuro o escondido en un rincón. Pero fue en pleno andén.

«Fue la mejor experiencia que he tenido y si me ponen junto a esa chica de nuevo, lo vuelvo a hacerdijo en su declaración.

Nueve meses después nació su pequeño hijo, el cual tiene siete años actualmente.

La verdad eso de sexo callejero no es de mi plena atención, pero para vivir la adrenalina de que soy visto... Dejemos así.

Perfumes en invitó a un club nocturno, me imaginé uno de esos con luces estroboscópicas y musica fuerte que te hace gritar para que seas escuchado, donde el rose con las personas sudorosas es inevitable y el aliento acido del mesero, el bartender y el Dj son aspirados para pedir un favor, un trago o una canción.
Me vestí para un lugar de esos, jeans, camiseta y zapatos tenis.
Ella llegó a mi casa con un vestido largo, de esos que muestran la pierna y la espalda, negro con lentejuelas.

«¿Qué carajos haces así vestido? ¿acaso vas a una piñata?» preguntó.

«Dijiste que iríamos a un club nocturno.»

«Bebé, ¿Tú no sales verdad?»

«Pues visteme.» dije.

«Vamos a una mascarada.» dijo. «No conosco toda tu ropa, así que busca la que sea la mas formal y elegante que tengas, si no tienes, pues, voy sola.» agregó.

Fui a mi habitación y abrí el armario que está empotrado en la pared.
Saqué un pantalón y un saco negro, una camisa blanca, zapatos de charol y una corbata.
De la mesa de noche saqué unas mancuernas plateadas y un perfume que aun estaba intacto en su caja, aún sellada.
Tarde cinco minutos buscando, diez planchando, cuatro sacándole brillo a los zapatos, doce cambiandome y dos perfumandome.
Salí a la sala donde me esperaba perfumes la cual quedó impactada por el hombre que salió de esa habitación.

«Santa madre de Jesús, ¿Quién eres y que hiciste contigo mismo?» preguntó sorprendida.

«¿Te gusta así?» pregunté con una sonrisa en el rostro.

«Perfecto.» respondió. «Hay que pasar por "El rincón de las Máscaras" para comprarte una vale. » agregó.

«Tranquila, yo tengo la mía.»

«¿Si?» preguntó.

Ahora: hagamos un pequeño paréntesis aquí.
Voy a hablarles de mi gusto personal, mas que todo la admiración o el encanto que le tengo al "Séptimo Arte".
Desde que tengo uso de razón, la fascinación por las películas me ha llevado a hacer y decir tareas, cartas, analogías, verdades y mentiras, investigar y tergiversar muchas cosas que md han sacado de apuros.
Tanto es el amor que tengo por las películas que me he aprendido diálogos y he comprado replicas de los implementos que en estas aparecen, tales como:

-La brújula de Jack Sparrow.
-El casco de Leonidas.
-El sable de luz de Dark Vader.
-El atuendo de los Caza Fantasmas.
Y el que saldría a relucir esta noche seria la máscara de madera que usó Jim Carrey en la película "La Máscara".
La mía era exactamente igual, de madera y con sujetadores de acero difícil que se cayera después de puesta y también si me la quitaran a la fuerza.

Tomamos un taxi con las máscaras puestas, ella tenía una de porcelana, decorada con filigrana y plumas sobre el ojo izquierdo.
El taxista se intimidó un poco, pero después tomó confianza y nos hizo muchas preguntas, las cuales respondimos sin afán.
Antes de bajar Perfumes decide tomarnos una foto, pero ella besando la mascara, como si de verdad me besara a mi.

Media hora de viaje y al fin llegamos a un sitio muy elegante, no tenia nombre, era como una casa de alguien de plata, pero algo mas como el recibidor de un hotel.
Habían carros, algunos sencillos, otros muy lujosos, mucha gente elegantemente vestida y todos con mascaras.

«¿Qué carajos es esto?» pregunte en voz baja y con un poco de miedo.

«Esto es una máscarada, aquí todos llevan mascaras para ocultarse y quien se quiera ir, simplemente se dirige a la puerta y lanza su máscara a la basura.» respondió.

«¿Qué hacemos aquí?» pregunté.

«Divertirnos.» respondió.

La verdad no veía ninguna emoción, solo veía de aquí para allá buscándole sentido a la dichosa fiesta.
Sonaba música clásica, los meseros con mascaras de V for Vendetta repartían vino y champaña, la gente hablaba muy bajito, creo que mis pensamientos se escuchaban más.
Me sentía perdido, Perfumes se había alejado de mi y traté de buscarla, pero entre tanta mascara se me hacía difícil, quise salir corriendo pero alguien me detuvo, sentí que me sujetaron el brazo y cuando me quise dar cuenta no vi a nadie junto a mi.

«Damas y caballeros, bienvenidos a esta mascarada, dentro de poco, las luces se apagaran y solo quedará una titilando, para que tengan una guía para ver con quien o con que se van a topar.
La regla es sencilla, si alguien le llama la atención simplemente haga un contacto, tome a esa persona de la mano y llevela a una de las múltiples habitaciones que están en los pisos de arriba.
No queda más que decir así que, espero que se diviertandijo alguien mascara de arlequín en las escaleras del lugar.

Justo después de su discurso, se apagaron las luces. Estaba rodeado de desconocidos y con miedo a encontrar lo que no se me ha perdido.
Pero como dice un viejo dicho.

"La curiosidad mató al gato... Pero el gato murió sabiendo."

Mis Secretos SexualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora