Alguien en la Vida, Secreto Sexual #6

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¿Qué entiendes por "ser alguien en la vida"? ¿Cómo se llega a ser "alguien en la vida"? ¿Qué somos antes de "ser alguien"?

Ese concepto puede tener un significado variado, según tu perspectiva de vida.
El concepto común de ser alguien en la vida, es el de prepararse academicamente, para tener un buen título y conseguir un trabajo mejor que el de los padres. Básicamente ese concepto se lo introducen los padres a sus hijos desde pequeño y todo por esta frase:

«"Estudia para que trabajes y seas alguien en la vida"»

Mi concepto de ser "alguien en la vida" es para el que deja una marca, para el que no es recordado por unos cuantos, sino por muchas o todas las personas, no importa si lo que haces es bueno o malo, después que estés en boca de todos ya eres "alguien en la vida".

Han pasado dos semanas del incidente con Tetas, pero eso no ha sido impedimento para seguir con nuestras vidas, es más después de todo me siento una buena persona, y no lo digo por la venganza espontánea que tuve con ella, sino que después de todo soy todo un cupido.
Pues bien, Tetas y Preston tienen una relación, sí, ni yo mismo lo entiendo, debió ser que a ella le gustan esa clase de perversiones o que la verga de Preston le dejó una huella en su vagina.

Lo malo de todo es que después de ese día, he sufrido un dolor en la espalda que me está matando, he tomado medicamentos y nada que se alivia, la verdad no se como lo he soportado, es más ni dormir bien he podido a causa de ese bendito dolor.

Otro día más de soledad, la verdad me ha sentado bien, digo siempre es bueno estar un tiempo a solas, lo malo es que ese tiempo sea eterno.
He reflexionado sobre lo ocurrido con las mujeres que hacen parte de mi vida sexual hasta el momento, un par de lesbianas agradables, las cuales me principiaron en este mundo mamandomela, una masajista que a pesar de ser la primera mujer con la que tuve relaciones sexuales no me quito mi castidad, un par de agresivas lesbianas sicopatas que gozan con el dolor ajeno, una loca con un insaciable apetito sexual que refugia su ninfomanía en los defectos del hombre, en cuanto a acciones, reacciones y lenguaje se refiere y por último, la joya de la corona, la única mujer que ha hecho una conexión mas allá de lo físico, la cual a pesar de haber estado tan cerca la tuve demasiado lejos. Sí, ella, mi  Muñeca de Porcelana.
Y he llegado a la conclusión de que si alguna vez llegase a amar, sería a ella, la verdad no sé porque, pero se que ella seria la única que despertaría ese extraño sentimiento que es el amor.
Pero el resto de esta conclusión es lo interesante y lo es porque sin darme cuenta he amado, sí amado, no a una persona como tal, sino a lo que hago. Cuando tu amas algo entregas todo de ti para hacerlo bien, lo haces apasionadamente, con locura y sabes que lo haces bien o lo haces perfecto por ese motivo, porque lo haces con amor y ese es mi caso. Amo coger, tirar, follar o fornicar, como quieran decirlo pero amo eso.
Amo el sexo de una mujer, su perfecta composición, una obra de arte hecha no solo para la reproducción, sino también para el deleite de sus comensales y poseedoras.
Amo calentar su cuerpo, hacer esa fogata de sensaciones que elevan el deseo abran y humedecen las puertas del placer para hacer una entrada fácil, limpia y segura.
Amo penetrar su ser, entrar en ellas provocando gemidos leves e ir intensificandolos con mis movimientos, con la fuerza al empujar, la velocidad al entrar y salir, las posiciones, el intercambio de fluidos y así disfrutar de las cataratas de placer que me brinda su cuerpo.
Amo los pechos, tetas o busto. Esos que son del tamaño perfecto para mi, de los que caben perfectamente en mis manos, que no se desbordan pero tampoco se ocultan en ellas.
De los que son firmes, que se quedan en su lugar cuando nada los sujeta.
Amo meterlos en mi boca y succionarlos por completo, como si quisiera atragantarme con ellos. Hacer de mi lengua un pincel y bordear con la punta la aureola morena o rosada. Dar suaves mordiscos al pezón, a ese sobresaliente montículo de carne que una vez excitado se torna duro y erguido.
Amo sus traseros, nalgas o posaderas, que sean firmes igual que los senos, que sobresalgan, que sean abultados, carnudos, cómodos, naturales, limpios y sin marcas.
Amo las caderas que adornan el cuerpo con curvas y que embellecen aun más las nalgas y hacen agradecer a los cielos la perfección de la creación.
Amo los labios carnudos, los labios que pueden bordear la punta de mi falo, coronándolo como el rey del sexo.
Definitivamente amo a la mujer como tal, obviamente tengo en mi mente como modelo a mi Muñeca de Porcelana, pero tampoco estoy seguro de algún día volverla a ver, así que no busco la perfección de su rostro, solo busco la mujer indicada que con sus imperfecciones o defectos sepa saciar mis deseos de placer.
No busco amar a esa mujer de una manera sentimental, sino amarla por la forma en que pueda complementarme, ser suyo y ella mía, ser su dominus y a la vez su esclavo.
Simplemente ser aquel por quien se desviva y se desentienda del mundo.
Solo así amando de esta manera sabré que he logrado mi cometido, que logré de cierta forma lo que siempre he tenido en mente ser alguien en la vida.

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