«Antes de que tus labios me confirmaran que me querías... Yo lo sabía.
Porque con la mirada tu me mandaste un telegrama.» Ismael Rivera.Hoy se cumplen exactamente veintiún días llevando este dolor, la verdad me sorprende lo descuidado que soy con mi salud, he preferido soportar este dolor antes que ir donde un medico que me recete los mismos medicamentos.
La pereza me invade igual, solo de pensar en despertarme temprano para levantar el telefono, llamar, esperar que me atiendan la llamada para apartar una cita, me entra la flojera.
Pero para eso tengo un ángel, alguien que he mencionado poco pero siempre ha estado ahí. Mi madre, la cual recién pensionada tiene todo el tiempo para descansar, para darse una nueva y buena vida disfrutando de su pensión. Ella siempre está pendiente de mi, de lo que hago y de lo que me falta por hacer, de con quien estoy, las personas que conozco y las que voy a conocer. En fin ella es mi sol, mi luna y estrellas, es por quien trato de salir adelante y laboralmente hablando ser alguien en la vida.«¡Madre!» grité.
«¡Hijo!» contestó.
Hoy es uno de esos días que está de genio, cuando no es así me grita:
«Deja la gritería.»
Pero hoy no, hoy es un día diferente.
«Hoy llega tu otro hijo, el adoptado.» dije con un tono burlesco.
«Hoy llega el adoptado y en llena de alegría, pero he tenido al recogido, quien molesta todos los días.» contestó versando.
Cosa que recalco inmediatamente:
«Un verso sin esfuerzo, buena esa, anotate un diez.»
Tuvimos más o menos cuarenta minutos antes que llamasen a la puerta.
«¡Ya llegó!» dijo mi madre.
Emocionada fue a abrir y con mucho entusiasmo le dio un abrazo a su hijo pródigo.
«Mi hijo volvió.» dijo casi llorando.
«Aquí estoy vieja.» respondió.
«¿Tu no respetas a tu madre?» preguntó.
«Tranquilo hermano que yo tampoco.» respondí.
«Definitivamente me tienen de burla.» dijo ofendida.
«Abraza a tu hermano mayor.» dijo abriendo los brazos.
Obviamente accedí a esa muestra de cariño, ya hacia nueve meses que no lo veía, si es caso escuchaba su voz por llamada.
Fueron los nueve meses más tediosos que pudo pasar, nos contó él.
Hablamos durante horas, antes durante y después de la cena, nos contó las experiencias que tuvo y es que en nueve meses uno fue de vacaciones, estaba en Europa y sus vacaciones fueron en Italia, dijo que alcanzó a recorrer todo el país.
En ese aspecto no lo envidio, porque mi época llegará y si no voy por mi cuenta, le pido a él que me lleve.Fuimonos a acostar y tal como había dejado su cuarto así lo ha encontrado.
Yo entré a mi habitación, me puse a leer antes de dormir, llevaba doce minutos de lectura cuando tocan a mi puerta.«¿Quien es?» pregunté.
«Soy yo.» respondió.
«¿Qué vienés a buscar?» pregunté.
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Mis Secretos Sexuales
RandomEspero que me perdonen por estas confesiones, pues seré yo quien les cuente mis más apasionados secretos, donde conocerán a quienes hicieron parte de mi vida sexual. He de contarles pues me encuentro en el final de mi vida, una vida larga y llena de...