¿Has sentido lastima por alguien? ¿Has ayudado a alguien y esa persona lo ha tomado de costumbre? ¿Has despreciado a alguien y esa persona no entiende tu rechazo?
Ya han pasado ocho meses desde aquella fiesta y aun así no logro olvidar a aquella mujer que se llevó mis suspiros en una noche de deseo.
Aunque no pudimos hacer nada, llevo su piel tatuada en mi.
Recuerdo las lineas de sus manos, la textura de sus mejillas y el sabor de sus labios.
No niego que me dejó marcado, pues ganas de hacerla mía me sobran.Duré tres meses sin saber nada de perfumes, quede resentido porque me abandonó en aquella fiesta y su pena moral le impedía hablarme.
Hace cinco meses la encontré en la universidad, sola, pensativa, llenándose de odio hacia los demás, fumando un cigarro y culpando a su vagina por todos sus desamores.Es otro año, otro ciclo de clases, otro semestre que comienza.
Hice un reinicio en mi actividad sexual, el encuentro truncado con mi muñeca me había dejado sin ganas de nada y de nadie, solo al menos que fuese con ella.Mi primera mujer en este reinicio no fue Perfumes, casi, pero solo le permití que me la mamara hasta correrme en su boca.
La que reinició todo fue Tetas, una mujer de treinta y tres años, madre de un niño de diez y una niña de siete, de trasero pequeño, muy inferior a la proporción de sus enormes tetas, por eso su apodo, Tetas.Y desde ahora aclaro, no todo empezó porque yo quise, sino porque ella se me ofreció.
Les contaré como fue la cosa:
Recuerdo que era miércoles, lluvioso, frío y sin tanto tráfico, de esos que hacen que las personas se depriman más, y eso era lo que ella tenía, depresión.
Lloraba porque el padre de sus hijos ya no la trataba como antes, se había vuelto un desgraciado completo, la maltrataba de palabra, no la apoyaba monetariamente con sus hijos, se había desentendido de ellos y la gota que rebozó el vaso fue la infidelidad y no unos simples mensajes y llamadas, sino sexo, en sus narices, en su propia cama, de ella, porque el ya ni dormía en casa.Yo me le acerqué y le hablé, le di apoyo moral, le dije:
-No te des mala vida.
-El no te merece.
-No llores por una basura como él.
-Valorate.
-Piensa en tus hijos.
-Ya es hora de mandarlo a la mierda.
-Tú puedes sola.Cosas como esas.
Me volví su "amigo" y lo digo de esta manera porque nunca la vi como amiga, solo como una compañera dolida.
Hablábamos mucho por las redes sociales, pues ella me encontró y me añadió a sus amigos, ni la tenia agregada a mis contactos.
Me hablaba todo el día, todos los días, era irritante, molesta, intensa, desesperante.
Trataba de no hablarle, dejar el mensaje ahí, pero ella sabía que ahí estaba, me insistía en hablar, era tanta mi desesperación que me descuidaba y abría sus mensajes, me decía:-Ya se que estás ahí, ¿como estas?
Le respondía porque ya la había cagado, ya había visto el mensaje y eso le avisaba a ella.
Lo difícil no era mantener la conversación, sino terminarla, pues ella preguntaba por lo más mínimo, llegó a preguntar si ya había ido al baño, ni siquiera por orinar.
Llegó a ir a mi casa sin yo estar ahí y cuando iba estando yo, la dejaba como loca tocando hasta que se cansara.Me acosaba todo el tiempo, le temía, me escondía, le huía, era la primera vez que alguien me atemorizaba de ese modo, ni siquiera los bravucones que me molestaron en la escuela.
Me amplió al máximo el delirio de persecución que jamas había tenido.
No sabia porqué lo hacia, tampoco le daba chance de que me lo explicara.Un día me agarró fuerte por la muñeca, un ataque a mansalva, sin previo aviso, en los pasillos de la universidad.
«¿Por qué estas empeñado en alejarte de mi?» preguntó.
Yo no quería responder, pues sentía miedo de alguna reacción agresiva. Pero en solo tres minutos que me retuvo, me hizo la misma pregunta "25 veces"...
«Porque estas loca, estas obsesiónada conmigo, esperanzada a que algo ocurra o más bien ves en mi el hombre que siempre quisiste tener, pero como nada en la vida es fácil, te tocó quedarte con el primero que te endulzó el oído, el que te desfloró y te hizo tu "domingo siete".»
Me soltó la muñeca, bajó la mirada, se arrodillo y en el suelo empezaron a caer lágrimas.
No emitía ningún sonido, solo dejaba salir sus lágrimas.
Así pasaron unos dos minutos donde no sabia si consolarla o aprovechar para huir y eso iba a hacer antes que reaccionara.«Yo solo deseo estar contigo, ¿acaso no ves que me estoy ofreciendo a ti?» dijo.
«¿Tirar? ¿Solo quieres tirar? Está bien, llega el sábado a mi casa, ve con el vestido mas corto que tengas, no hables esto con nadie y por favor, deja de acosarme durante estos días, porque te lo juro, que me harás cambiar de parecer.»
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Mis Secretos Sexuales
De TodoEspero que me perdonen por estas confesiones, pues seré yo quien les cuente mis más apasionados secretos, donde conocerán a quienes hicieron parte de mi vida sexual. He de contarles pues me encuentro en el final de mi vida, una vida larga y llena de...