Nueva Mujer

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Otro día más de mi vida donde espero a una chica a la cual le cuento mi vida, la verdad no sé por que lo hago, tampoco sé por que ella me escucha, aveces me pregunto si es que quiere ser reportera o quiere escribir un libro, pero no le pregunto directamente a ella porque... La verdad no se si me interesa saber si de verdad lo hace por algo, "solo que nada ".

El timbre me da aviso a su llegada, ya ni el celador le impide la entrada, debe pensar que es mi pareja estable.
Abro la puerta y ella entra, me abraza y me da un beso en el pecho, es hasta donde le permite su estatura. Yo me encorvo, la abrazo y beso su cabeza.
La invito a pasar a la cocina, el almuerzo estaba listo.

«¿Con qué me deleitarás hoy?» pregunta la chica.

«Eso lo tendrás que averiguar.» respondí.

Ella se queda extrañada y se extraña aún más cuando sobre sus ojos coloco una jata y en sus manos guantes de lana.

«¿Y esta sorpresa qué contiene?» pregunta.

«Es para que no hagas trampa.» respondo.

«Bueno pues ¿qué tengo que hacer?» pregunta intrigada.

«Bueno el menú se divide en tres partes al igual que una historia, inicio, nudo y desenlace, yo te voy a relatar la historia del día de hoy y de esa historia deducirás cuales son los tres elementos que conforman este plato. Al final de mi relato tú tendrás que haber descubierto cual es el plato.» respondo.

«Me parece interesante, pero, «¿si no lo adivino?» pregunta.

«Te pondré una penitencia que has de cumplir y si adivinas los tres elementos te daré un regalo la próxima vez que vengas.» respondí.

«Poniéndolo así, vamos a darle.» dice ella.

«Perfecto.» digo para cerrar el trato y comenzar con mi relato.

El día que las terapias iniciaron ya había recuperado parte de la sensibilidad y movilidad de mi pierna, todo gracias a las buenas masajistas de mi negocio.
Ese día fui a trabajar, fui temprano para darle una sorpresa a mis empleados, pues dolo iba por un masaje y me iba.
Me encontré una gran sorpresa al entrar a mi oficina, era la señora del aseo, Milf.
Estaba totalmente desnuda, se masturbaba mirando una foto mía, ella estaba en el suelo en posición canina, se apoyaba con un brazo mientras que el otro lo tenia pegado a su cuerpo extendiéndolo hasta atrás para así con sus dedos darse placer.
Sus fluidos hacían un pequeño charco en el tapizado gris, gemía con el movimiento de sus dedos y susurraba con voz orgasmica «Jefe, jefe, jefe...»
Obviamente no pude contener la instantánea erección, la mujer aún seguía sedienta de mi y pues ahí estaba yo.
Me desabroché el pantalón, abrí la corredera y lo bajé con todo y bóxer hasta las rodillas. Procedí arrodillándome justo detrás de ella, la tomé por la cadera con ambas manos, rápidamente y con fuerza le emboqué mi verga humeante en su muy lubricada vagina.
Ella gimió fuerte y ahogado, volteó lentamente, me miró asombrada, con la boca abierta y babeante. Mientras yo me movía ella gemía con más fuerza cada vez, chorreaba sus fluidos como fuente.
Cambiamos de posición, ya me era incómodo para mi sobretodo para mi pierna, así que decidí hacerlo en la silla de cuero.
Intenté ponerme de píe pero la pierna derecha estaba totalmente dormida, así que utilicé el bastón y las fuerzas de mis brazos para lograrlo.
Me senté, me recosté, incliné la silla hacía atrás y le hice una señal; ella se arrodilló y empezó a chuparmela, se la metía hasta el fondo, le daba hasta para sacar la lengua y lamerme las bolas con todo mi falo en la garganta, cuando se devolvía hasta el glande, lo succionaba y al soltarlo hacia un sonido, algo cómo *shhpoh* que salpicaba el deseo que sentía por mi.
Luego de eso subió a mi, con su mano ayudó a que entrara en ella, gimió suave esta vez y empezó a cabalgar sobre mi, sus tetas me golpeaban el mentón, *plop, plop, plop...* sonaba el golpe de nuestras carnes, *plish, plish, plish...* por la exagerada cantidad de flujo que salia de su vagina.

Mis Secretos SexualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora