Dolida.

5.3K 47 3
                                    

Dicen que para comprender cualquier clase de dolor tienes que vivirlo o al menos ponerte en los zapatos de la persona que lo sufre.

En realidad yo deseaba que ella me fastidiara el día, no quería verla, no quería escucharla, trataba de hacer de cuenta que no existía, pero por ese pensamiento siempre la tuve presente.
Me hice creer a mi mismo de que ya no era un espejismo, sino una realidad, alguien que quería estar conmigo y que haría lo imposible para agradarme.
Pensé eso los días que nunca me hablo, los días que le pedí de descanso, ella nunca se manifestó, fue entonces cuando decidí prepararme para lo que vienese.

Se acercaba el sábado y mi corazón estaba preocupado, no sabía como reaccionaria cuando me enfrentara a ella, pero el destino es bello y está de mi lado.
Perfumes llegó a casa jueves en la noche, ya casi finalizaba el día, llegó a eso de las diez treinta.

«¿Puedo pasar?» preguntó.

«Adelante, estas como en casa.»

«¿Estas solo?»

«No, de hecho casi, mi mamá ya duerme.»

«No quiero molestar, pero de verdad necesito estar aquí.»

«Bueno, pasa, ve a mi habitación, te prepararé algo de comer, veo en tu cara que tienes hambre.»

«Tienes razón, te lo agradecería.»

Ella entró y se dirigió a mi habitación, la dejé sentada en mi cama, yo me dirigí a la cocina, le preparé un par de sándwiches de queso con jamón y un vaso con jugo de naranja.
Cuando me devuelvo a la habitación, ella está cabizbaja, con un leve llanto y moqueando como niña pequeña.
Deje las cosas en el escritorio y pregunté:

«¿Qué pasó? ¿Por qué lloras?»

«Te amo.» respondió.

Para serles sinsero fue la primera vez que una mujer me decía que me amaba, pero como puede amar a alguien que no sie te lo mismo por ella.

«¡Ok! ¿Y eso a que se debe?» pregunté.

«Jajajaja te asustaste.»

«Ve esta maricona jajaja.»

«No, pero de verdad, te amo, no es un amor de esposos o novios, yo te amo a mi manera, pues eres genial, eres una excelente persona, mira como aparezco y mira lo que haces por mi, eres excelente polvo y uff eso te suma demasiados puntos.»

«Pues gracias por ese reconocimiento, quiero dedicárselo a mi madre que debe estar por el quinto sueño, a mi hermano que es quien responde en gran parte por esta familia y a la primera mujer con la que he estado, pero que no me quitó la virginidad.»

«¿Ah no? Lo hemos hecho muchas, demasiadas veces y vas a decir que aun eres puro y casto.»

«Pues la verdad pienso que uno deja de serlo cuando uno lo hace con amor, con la persona que uno realmente ama.»

«¿Y conmigo como lo haces?»

«Con pasión y arrechera querida.»

Nos quedamos hablando varias horas, mientras ella comía y nos acomodabamos para dormir y todo eso, se nos dieron las dos de la mañana.
Era la primera vez que me acostaba con ella solo para dormir. No les niego que me dieron ganas de tirarmela con gusto, darle por donde siempre y como siempre lo hemos hecho, con la adrenalina que mi madre nos escuchara, pero no pasó, solo dormimos y fue todo.

Tetas entró a la habitación y nos vio dormir, pegó el grito de los mil infiernos, que nos despertó de un brinco.

«¿Pero que coño haces aquí? ¿Como entraste?» preguntamos Perfumes y yo.

«¡Me traicionaste maldito!» gritó mientras desenfundaba un arma.

«¡Aguanta maricona, baja esa cosa!»

Primero le disparó a perfumes, le dio un tiro en la frente, dejandola sin vida en segundos.

«¡Mierda!» grité.

«Traidor.» dijo antes de halar el gatillo y acabar con esa pesadilla.

Me desperté espantado, sudoroso y helado.

«¿Qué pasó?» preguntó Perfumes.

«¿Estas bien?» le pregunté.

«Sí, yo estoy bien, ¿y tú por qué despiertas así?» preguntó.

«Una maldita pesadilla, pero fue tan jodidamente vívida.»

Ella se coloca detras de mi, se arrecuesta con sobre mi espalda y mientras me soba la cabeza me dice:

«Ya relajate, ya pasó, tranquilo.»

«En él estabas tú y morías.»

«¿Hay que preocuparse por algo fuera del sueño?»

«La verdad no, solo fue una horrible pesadilla.» dije suspirando.

«Sabes, haré que te tranquilices.» dijo Perfumes mientras se ponía frente a mi, pasando una pierna a un lado, quedando yo en medio de sus piernas, rozando su vagina con mi miembro.
Ella me besó, fue tierno, húmedo, delicado y apasionado. Poco a poco mientras me besaba me fue tumbando en la cama, hasta quedar completamente acostado.
Ella sobre mi empezó a bajar con una cadena de besos en todo mi torso. Labios, cuello, pecho, abdomen y pelvis.
Me bajó la pantaloneta de dormir hasta las rodillas y como no uso boxers para dormir, mi falo quedó descubierto, libre y vulnerable a toda boca que quiera chuparlo, a lenguas que quieran lamerlo y a vaginas deseosas de una penetración.

Ella lo agarra con la mano izquierda y lo levanta un poco, lame mis testículos, provocandome un cosquilleo infantil.
Sigue lamiendo de abajo hacia arriba y al contrario, como un ascensor. Después se detiene en el glande, rodea la punta con sus labios, baja un poco, solo un poco, unos cuantos milímetros y succiona con fuerza, haciendo un sonido seco, casi igual al que se escucha al destapar una botella. Abre la boca por completo y se mete toda mi verga en la boca, hasta la garganta, hasta el momento de sentir que se asfixia no la saca.
El sexo oral que ella me practica es tan perfecto y placentero, que no hay necesidad de penetrarla, simplemente correrme en su boca y que ella lo trague todo, tal cual como pasó esta vez.

Ella se limpia la boca y me arropa el pene, da un suspiro y agrega:

«Espero que con esto puedas tirartela.»

«Espera, ¿qué?» pregunté confundido.

«Ella vendrá a verte, en eso quedaron, la verdad tienes que escoger a las mas calladas, pues según ella ya la tienes con el anillo en el altar diciendo ", acepto"»

«¡Que maldita!» dije

«Solo te recomiendo que de verdad lo hagas como me lo haces a mi.» dijo Perfumes mientras lagrimiaba un poco.

«¿Por qué dices eso? ¿por que lloras?» pregunté confundido.

«Porque de verdad te amo maldito insensible.»

El sentimiento humado del amor no se hacia entendible para mi hasta ese preciso momento en que la vi llorar, sentí que se me desgarraba el corazón al igual que el suyo.

No tuve palabras para decirle, me quedé en silencio como un imbécil.
Ella se fue llorando, con el corazón hecho pedazos por mi accionar.

¿Será que si conoceré el amor o siempre serq para mi una pobre ilusión?

Mis Secretos SexualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora