Prólogo

11 1 1
                                    

"Tic, tic, tic"

El sonido de un tenedor golpeando una copa de vidrio era mi forma de llamar la atención de mi familia que estaba sentada en la mesa por ser navidad.

—Oigan, tengo algo importante que decirles —dije.

Mis manos estaban temblando y mi corazón latía más rápido que sentía que en cualquier momento saldría de mi pecho. Todos guardaron silencio.

—Quiero que sepan que esto es algo muy importante para mí y que esto no cambia de ninguna forma la manera en que los quiero —continué—. Lo que quiero decirles es que... —sentía cómo las miradas de toda mi familia se clavavan en mí como si fueran agujas— Soy gay.

En ese momento, algunos se echaron a reír, otros me veían estupefactos y otros hacían caras de asco.

—¿Ves María? Te dije que no lo dejaras juntarse con puras niñas —dijo uno de mis tíos—. Ahora tienes un hijo mari...

—¡No te voy a permitir que hables así de mi hijo! —dijo mi madre soltándole una cachetada.

—¡Él tiene razón! ¡No debiste haberlo dejado juntarse con tantas niñas! —gritó mi abuela.

—Ahora va a querer que le compres vestidos y maquillaje a la nena —dijo riéndose otro de mis tíos.

Mi abuelo sólo me veía con desprecio.

Mi mamá se quedó en silencio unos segundos mientras todos reían.

—Vámonos, hijo —dijo mi mamá mientras agarraba sus cosas.

Yo quería llorar. Subimos al auto y nos fuimos de ahí.

—Yo sí te acepto tal y como eres, siempre serás mi hijo sin importar tus gustos —dijo ella de camino a casa.

Me dolió muchísimo que mi familia reaccionara así. Yo sí los quería, creí que ellos me aceptarían tal y como soy.

Cuando llegamos a mi casa, me puse a llorar hasta quedarme dormido.

A la mañana siguiente, mi mamá me dijo que nos tendríamos que mudar de ciudad porque mi abuelo le dijo que ya no contara con ninguno de ellos, que no querían

volver a saber nada de nosotros.

Ese mismo día comenzamos a empacar nuestras cosas, y al cabo de una semana nos mudamos a una nueva ciudad, donde me inscribí a una nueva escuela y comenzamos una nueva vida mi mamá y yo.

Las Flores de DanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora