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Taehyung estaba más que emocionado.

No era algo fuera de lo común en él, pero esta vez era suficiente para que sus profesores le regañaran al menos cuatro veces al día por estar igual de inquieto que una mentita dentro de una lata de Coca-Cola. Sabía que tenía que prestar atención a sus clases y concentrarse; ahora que estaba en el penúltimo año, sacar buenas calificaciones era más importante que nunca para las admisiones a universidades. Pero no podía evitarlo.

Spider-Man iba a visitarlo esta misma noche.

Lo que tampoco era algo fuera de lo común ahora mismo, pero esta noche sería diferente. Los padres de Taehyung se habían ido de viaje a Catskills por su vigésimo aniversario, y habían decidido que su hijo ya estaba lo bastante mayorcito como para poder quedarse solo por unos días. Tenía casi diecisiete años, después de todo, así que Taehyung iba a tener la casa para él solito durante todo el fin de semana.

Con Spider-Man.

No sabía muy bien que podía pasar, si se quedaría a dormir o algo así, pero sí que sabía que por fin podrían estar los dos juntos en su habitación, con las luces encendidas, sin tener que preocuparse de que sus padres se despierten cuando Spider-Man le haga reír demasiado alto sin querer.

En realidad, tenía tanto que hacer este año que mamá y papá ya ni se inmutaban al verle quedarse despierto después de medianoche, lo que era tan bueno como malo. A veces tenía tantos deberes que incluso tenía que seguir trabajando en ellos incluso después de que Spider-Man se fuera.

Pero sabía que valdría la pena. En tres semanas tendría su primer examen de admisión, así que ya cruzaba los dedos para que le vaya bien.

Y es exactamente lo que estaba haciendo ahora, solo en casa un viernes por la noche: preparaba su examen de admisión. Mamá le había dicho varias veces que debería dedicarle más tiempo a hacer cosas de niño, salir con amigos, ir a fiestas o al cine, pero él refutaba con que ya hacía todo eso. A ver, que no iba a las fiestas tipo Proyecto X que salían en las pelis no aptas para menores de dieciséis, pero sí que tenía amigos. Y salía con ellos. Y hacía cosas de niño.

Sólo que hoy era viernes por la noche, estaba solo en casa, y tenía un amigo especial que, vaya, resulta que iba a pasar la velada con él.

Taehyung ordenó una pizza, que ya estaba lista para ser recalentada en el microondas, y también tenía una buena reserva de caramelos que compró en la tienda después de clase. Planeaba hacer una limonada en unos minutos, después de terminar las últimas preguntas del examen de repaso, y se pondría ropa un poco más decente más tarde.

Jesús. Estaba tan emocionado.

De igual manera se obligó a revisar todos y cada uno de los ejercicios, obviamente, pero cuando notó que sólo se había equivocado en tres de veinte decidió que ya había tenido suficiente práctica por hoy. No podía estudiar mucho más antes de que el cerebro se le fundiera en una cosa apestosa y gelatinosa.

Estaba en la cocina, sacando los limones y los hielos para hacer la limonada, cuando alguien llamó a la puerta.

Taehyung frunció el ceño, pues no se suponía que nadie le visitaría mientras sus padres estaban lejos. A menos que sea Spider-Man, pero era imposible que utilizara la puerta principal. Una vez le contó que ni siquiera usaba la puerta principal de su propia casa, porque tenía miedo de que alguien le pillara accidentalmente. Le dijo que si entraba por la ventana de su habitación, al menos su familia podía decir algo como que el Hombre Araña sólo había irrumpido en propiedad privada y nada más.

DNA ✧ KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora