𝐀lma nunca creyo que alguien seria capaz de amarla, por eso se acostumbro a los malos tratos de Simon. pero un dia llego alguien más, alguien que la trata como realmente se merece; Matias Recalt
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El día fue una mierda (literalmente pise caca) Pero más allá de eso, no podia parar de llorar.
Mi jornada laboral literalmente fue un fracaso, al punto de que un chico de producción me vio tan mal que me dijo que me vaya a casa.
Llegue a mi casa, fui al baño a lavarme la cara y cuando me vi en el espejo no pude evitar sentir repugnancia ante lo que veía.
Mis ojos estaban hinchadidimos y la punta de mi nariz roja.
Largue un suspiro, agarre un toallon y abrí el agua caliente de la bañera.
Me saque la ropa, dejando que deslice sobre mi piel desnuda y caiga al suelo para luego meterme dentro de la bañera. Me recosté y apoye la cabeza en la pared, dejando que el agua caliente tape mi cuerpo como si estuviera en una pileta.
Me sentía tan mal. Ya no quedaba nada.
Quería volver el tiempo atrás, irme con Matias desde que me levanto de la nieve aquel día.
Ya no me salían lagrimas de tanto llorar, estaba seca. Estaba muriendo por dentro y ese es el suicidio más doloroso.
☾
Termine de peinarme, de hacerme la skincare y de ponerme mi pijama de ositos. Fisicamente estaba un poco mejor.
Fui a la cocina por busca de agua, me sentía deshidratada. Y luego de tomarme dos vasos seguidos, decidí ir a mi cuarto. La solución a todo es dormir.
Pero un timbrazo me interrumpió mi camino.
Me frene confundida y mire la hora en mi celular, eran las siete menos veinte de la tarde. Esto me dejo confundida, todos los del cast estaban trabajando, asi que nadie de ellos podia ser.
Camine hacia la puerta y la abrí con cuidado. Ver a la figura que tenia frente a mi hizo que mis ojos caídos del cansancio se despierten enseguida, sentí mi corazón latir frenéticamente, mi garganta seca y ganas de llorar. Muchas ganas de llorar.
Antes de que pueda reaccionar, él ya me estaba abrazando. Tenia los brazos de Matias envolviéndome en un abrazo, el abrazo más lindo que me dieron en toda mi vida.
–Me odio por no poder odiarte, Alma. odio que odiarte no me sirva y amarte me esté matando–dijo sin apartarse. Su voz quebrada lo delataba haciéndome saber que estaba llorando. Pero no era el único. Yo tenia los ojos cerrados, evitando que más lagrimas salgan de mis ojos–Alma, te necesito tanto cómo necesito olvidarte pero quiero besarte y decirte que no sé donde estoy, pero estoy donde quiero estar. Y créeme, nunca pensé que era tan dificil dejar de querer a alguien que a empezas a querer sin querer, pero vos me demostraste que amar a alguien en silencio es lo más ruidoso que puedo hacer–luego de decir todo esto con la dificultad de la voz quebrada y la respiración agitada, se separo unos centímetros, con sus ojos clavados en mi cara, analizando cada parte de mi rostro.
