𝐀lma nunca creyo que alguien seria capaz de amarla, por eso se acostumbro a los malos tratos de Simon. pero un dia llego alguien más, alguien que la trata como realmente se merece; Matias Recalt
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La melodía de la canción se freno al mismo tiempo que el auto.
–¿Vamos a fingir odiarnos?–habló el castaño mientras me miraba.
–¿Qué?–lo mire con el ceño fruncido.
–Por Simón; ¿Vamos a fingir odiarnos o podremos demostrarnos tal cual somos?
Ni bien esas palabras salieron de la boca de Matias, me di cuenta que no lo había pensado.
Y no quería que Matias siga lastimado.
Iba a decir mi respuesta, pero Matias me interrumpió, nervioso al notar mi duda representada con silencio.
–Alma, ¿Vos me ves capaz, A MI, a Matias Recalt, de poder aguantarme las ganas de besarte?–pregunto señalándose a sí mismo.
Lo mire y me reí, por más que me daba miedo, conocía a Matias lo suficiente cómo para saber que no me haría caso y seria capaz de besarme al frente de Simón.
Bajamos del auto y nos recibió Pipe, quien saludo a Matias con una mano, ese típico saludo de hombres tan aburrido en el que solo se chocan la mano hasta que haga ruido. Pero ellos lo tenían tan practicado que les salía a la primera.
Sí, tienen veinte años, una alfombra en los huevos, y siguen haciendo esas cosas, a mí también me preocupa.
Pero cuando Feli me miro a mí, me sonrió ampliamente. No nos veíamos hace mucho.
–Pipon–dije con una sonrisa luego de recibir su gran abrazo.
Cuando entramos a la casa, me dieron ganas de matar a Matias al ver que solo estaban Enzo, Kuku, Blas y Lain.
Gire mi cabeza lentamente tal película de terror para ver a Matias y él me entendió enseguida.
–Le erre un poquito con el tiempo.
–¿"Un poquito"?–cuestione.
–Bastante. Pero bueno, mejor. Que no venga el negro ese–dijo sonriendo como un angelito.
Saludamos a todos, el ultimo fue Kuku quien me dijo "Hola, tarada", recibiendo un "Hola, tarado" de mi parte cómo respuesta.
Somos un amor, ¿O no?
Pipe nos ayudo a llevar nuestras valijas a nuestras habitaciones. Sí, no teníamos una habitación para los dos, nos separaron. Y luego Blas nos mostró la casa.
