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Al día siguiente me levanté para ir a la escuela ya que era viernes, me arreglé y bajé a prepararme el desayuno, para mi sorpresa Tom ya estaba en la cocina, había hecho el desayuno.

T- buenos días Jess.

J- hola Tom.

T- ten, hice el desayuno, no sé cocinar mucho pero algo es algo.

J- gracias.

No estaba mal para decir que no sabía cocinar, terminé de comer, agarré mi mochila dispuesta a salir de la casa.

T- te llevo?

J- no hace falta.

T- segura?

J- si, no te preocupes.

T- okay, ten cuidado.

Salí de la casa y me dirigí a la escuela, a mediodía me estaba sintiendo muy mal, así que fui a la enfermería e informé que me iba a retirar.

?- tu madre puede venir a buscarte?

J- no, ella está de viaje.

?- hay alguien que pueda venir por ti?

J- si, mi niñero.

?- puedes llamarle?

J- eso creo.

?- hazlo.

Primero le llamé a mi madre para decirle que me diera el número de Tom. Luego de haberlo agendado, le llamé.

☎️
T- hola?
J- Tom, soy Jessica, ¿podrías venir por mí? No me siento bien.
T- donde estás?
J- en la escuela, te mando mi ubicación.
T- okay, voy por ti.
J- gracias.

J- ya viene.

?- bien, puedes esperar aquí hasta que llegue.

J- está bien.

Luego de un rato, Tom llegó por mi y me mandó un mensaje.

Mensaje de: Tom 🤍
T: Jess, ya estoy acá.
J: ya salgo.

Tomé mis cosas y salí.

T- estás bien?

J- no, me siento súper mal.

T- qué tienes?

J- tengo nauseas y dolor de cabeza.

T- oh, mientras venía pasé a la farmacia, te traje algunos medicamentos.

J- gracias.

T- de nada.

En el camino a la casa, se formó un silencio algo incómodo, cuando llegamos, subí directamente a mi habitación, en verdad me sentía muy mal.

Escuché que Tom tocaba la puerta de mi cuarto.

T- Jess, ¿puedo pasar?

J- si, pasa.

Tom entró y se sentó en la cama.

T- como te sientes?

J- horrible, me duele la cabeza y las nauseas aumentaron.

T- te traje esto.

Dijo para pasarme unas galletas.

T- no sabía cuales te gustan, entonces te traje de vainilla.

J- gracias Tom, son mis favoritas.

T- tienes hambre?

J- no Tom, gracias.

T- pero no has comido nada.

J- no tengo hambre.

T- segura?

J- si, tranquilo.

T- quieres hacer algo?

J- quiero dormir.

T- okay, ¿cierro la puerta?

J- no.

T- okay.

Tom cerró la puerta de mi cuarto, no tenía fuerzas como para reclamarme por hacer caso omiso y me dormí.

Luego de un rato me levanté, bajé y escuché a Tom hablando por teléfono con mi madre. Esperé que colgara y le pregunté.

J- no le habrás dicho que me retiré de la escuela ¿cierto?

T- no, no le dije ¿por qué?

J- mi madre me prohíbe faltar o retirarme, puedo estar muriéndome pero no me deja faltar.

T- tranquila, no le dije nada.

J- okay, oye Tom.

T- si?

J- crees que podamos ir a un parque?

T- no estabas enferma?

J- ya me siento mejor, aparte, nunca he ido a un parque.

T- nunca has ido?

J- no.- dije con la cabeza gacha.

T- está bien, vamos.

Le tomé la mano como niña chiquita y me llevó a un parque que estaba algo cerca.

J- podemos ir allá? Porfaaaaaa.- dije señalando un carrito de helados.

T- está bien.

Pasamos todo el día en el parque, después de unas horas volvimos a casa, Tom cocinaba mientras yo me preparaba para ir a dormir.

T- Jess! La comida está lista!- dijo Tom desde la cocina.

J- ya voy!- grité antes de salir de mi cuarto e ir a comer.

•El niñero•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora