Coincidencias |Cillian Murphy|

12. El beso y conversación pendiente.

Katherina vivía en el segundo piso de un edificio, y aunque ella insistió que no era necesario que la acompañara hasta la puerta de su apartamento, él simplemente hizo caso omiso y la acompañó hasta allí.

— Bueno, muchas gracias por tu invitación. Ahora yo te haré otra invitación para pagarte esta, y así en un ciclo infinito — Cillian se rió. Estaba frente a Katherina, él le sacaba un poco más de una cabeza de estatura. Ella estaba recostada en el marco de la puerta, pues ya la había abierto, pero estaba ajustada.

— Me parece un ciclo muy razonable sinceramente.

— Debo admitir que no me esperaba tu mensaje, pero definitivamente me agradó.

Katherina se puso nerviosa, estaban otra vez un poco cerca y esa vez no pudo disimular su nerviosismo por esa cercanía, sin embargo intentó responder lo más natural posible.

— Me imagino. Fue una idea que me surgió de repente, quería agradecerte por las invitaciones anteriores y... te quería ver. — Eso último lo dijo casi en un susurro, pero Cillian lo escuchó perfectamente.

Cillian sonrió satisfecho por esa respuesta. — Entiendo, ¿Sabes? Qué coincidencia, yo también quería verte.

— ¿Ah sí? Parece que estamos rodeados de casualidades.

La atmósfera se cargaba de una electricidad palpable mientras Cillian y Katherina se miraban fijamente. Ambos podían sentir la intensidad del momento, y el deseo mutuo se hacía cada vez más evidente.

Cillian sin pensarlo dos veces se acercó a Katherina aún más. Katherina apenas pudo mantener el latido acelerado de su corazón, pero sus ojos brillaban con notable deseo. Con un gesto apenas perceptible, inclinó ligeramente la cabeza hacia adelante, invitando a Cillian a dar el siguiente paso.

Él colocó su mano en la mejilla de Katherina con delicadeza y acercó sus labios a los de ella, sintiendo la suavidad de su piel y el ligero temblor de sus labios. El beso fue suave al principio, explorando tímidamente el contacto entre ellos. Pero pronto el beso se volvió más profundo e intenso, como si estuvieran perdiéndose en el calor del momento. Ya Cillian tenia su otra mano en la cintura de Katherina, apretándola contra él, lo que hizo que ella soltara un suspiro apenas audible.

Katherina tenía sus manos en sus hombros, subiendo por su cuello y entrelazándose en su pelo. Por un segundo recordó que se estaban besando afuera, así que lo atrajo hacia ella de la corbata para entrar en el apartamento, cerrar la puerta y quedar con la espalda pegada a la pared lateral.

Las manos de Cillian estaban inquietas, pero no quería sobrepasarse, así que solo las estaba pasando por la cintura y espalda de Katherina. Pero en un segundo su cabeza le jugó una mala pasada y reconsideró lo que estaba pasando, así que se retiró poco a poco de la boca de ella.

Ambos tenían la respiración agitada y quedaron mirándose fijamente a pocos centímetros.

Katherina estaba un poco desconcertada por la repentina interrupción, pero al ver la expresión en el rostro de Cillian, supo que algo lo estaba perturbando.

— ¿Qué pasó? ¿ Estás bien? — preguntó con un tono de preocupación.

— Lo siento, Katherina. No quería detenerme, pero... creo que deberíamos hablar.

En ese momento le entró una llamada al celular, y Cillian maldijo antes de contestar. Era de su trabajo y contestó con evidente enojo.

Malditas llamadas en momentos tan inoportunos.

Se dirigió a Katherina para decirle con una voz suave — Tengo un juicio en 20 min, tengo que irme. No creas que estoy huyendo de nuestra conversación, la vamos a tener y si es posible esta misma noche.