1. ¿Coincidencia?

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Definitivamente Katherina no queria estar ahi, esos ambientes con mucha gente desconocida y música fuerte no eran precisamente de su agrado, pero no pudo resistirse a las súplicas de su amiga Daniela, su roomie, la cual le rogó la acompañara a la fiesta ya que allí se iba a encontrar a un muchacho que había conocido noches antes y la había dejado flechada completamente.

Y no, no pudo negarse a acompañarla, ya que que Daniela unos meses atrás había sufrido una decepción amorosa que la había dejado devastada y al conocer al susodicho le volvió a revivir ese sentimiento de volver a creer en el amor, y bueno, katherina solo quiere verla feliz.

— Gracias por acceder a acompañarme Kath,se que no eres fan de estos eventos pero la pasaremos bien, a lo mejor y tu también conoces a alguien interesante — Dijo Daniela levantando sus cejas sugestivamente.

Kath se ríe también — Ay Dani, callate. Eres tú la que va por tu tinieblo, yo de violinista, y ojalá haya buena comida.

La fiesta era en una casa muy lujosa y grande, que por cierto quedaba lejísimos, incluso parecía una casa de narcos, según los pensamientos prejuiciosos de Katherina.

— Dios mio, Dani ¿Dónde estamos? Esto parece muy de narcos, no quiero terminar en una balacera por favor.

— Oyee, no digas eso, es simplemente un evento elegante de gente que tiene mucha plata, tu sabes cómo es la gente de plata — Dice mientras rodea el lugar con los ojos, buscando a aquel muchacho que le interesaba.

Cuando Daniela lo ve, pega un chillido de emoción y se despide de Katherina, yéndose hacia donde él.

Katherina se dispuso a andar por el lugar, y se quedó recostada en una columna donde tenía la visión de todo el lugar. Podía ver como su amiga coqueteaba y se reía con su romance, estaba feliz por eso, pero estaba que se iba, rechazaba a cada persona que quisiera hacerle conversar.

Estaba mirando a todos, casi psicoanalizando como la mayoría de hombres y mujeres hablaban de sus lujosas vidas y querían presumir de todo lo que podían comprar, le parecía desagradable. Así pasó una hora o mas, viendo a todos y degustando los pequeños postrecitos de la barra.

Hubo una mesa que llamó particularmente su atención: una mesa de 5 puestos, ocupada con 4 hombres, todos con sus trajes visiblemente caros, algunos fumando y con cara de malos, ¿los peaky blinders? — Se rió internamente frente a este pensamiento.

Se veían misteriosos e indudablemente todos eran muy atractivos. Por dios, ¿Donde estaba metida?

En el momento que se encontraba mirándolos, que por cierto no se encontraba tan lejos de aquella mesa, uno de los hombres cruzó la mirada con Katherina,e hicieron contacto visual por unos segundos.

Tenía una mirada profunda, unos ojos azules penetrantes. Pero ella no demostró ninguna emoción y simplemente desvió la mirada y se dirigió hacia la parte trasera de la casa donde daba un balcón con una vista preciosa.

Este hombre con el que había cruzado miradas era Cillian Murphy, un abogado reconocido en su campo y por supuesto, millonario.

Hace unos minutos antes ya había ubicado con la mirada a Katherina, le pareció llamativo que estuviera sola, viéndose tan atractiva pero su cara demostraba no estar muy contenta allí.

Cuando cruzaron miradas la pudo apreciar mucho mejor por unos segundos, antes de que ella le quitara la mirada con evidente indiferencia, le pareció...curioso. Y decidió esperar unos minutos antes de seguirla al balcón, quería averiguar quien era pues no la había visto antes.

Katherina estaba disfrutando de la vista, la casa tenía un gran jardín y las flores siempre han sido su deleite, sentía un poco de frío ya que su vestido rojo era un tanto escotado, pero ello no le molestaba.

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