22. Decisiones y recuerdos.

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El día de Katherina en el hospital comenzó de manera agitada. Como residente en ginecología y obstetricia, su jornada estaba llena de consultas, emergencias, y la constante necesidad de tomar decisiones rápidas.

Luego de revisar una materna que tenía contracciones a sus 7 meses de gestación y dejarla en observación prosiguió con unas consultas que le había dejado el especialista a cargo.

Debía ir a consultorio para atender a algunas pacientes de ginecología.

— La siguiente paciente es Sara Evans — anunció la enfermera, entregándole la ficha médica.

— Gracias Mary — le sonrió recibiendo la ficha.

Llegó al consultorio y llamó a la paciente.

Una mujer de unos treinta y pocos años entró con una sonrisa amigable.

— Buenas tardes Sara. Soy la doctora Katherina. ¿Cómo te encuentras hoy? — preguntó Katherina, devolviéndole la sonrisa.

— Buenos tardes, doctora. Estoy bien, gracias. Vine para la entrega de los resultados de la citología.— respondió Sara mientras se sentaba en la silla frente a Katherina.

— Perfecto, te los recibo — estiró su mano para recibir la carpeta.

Los examinó por unos segundos y noto que había un patógeno extraño al que debía mandarle tratamiento, pero nada raro.

— ¿Has tenido infecciones vaginales frecuentes?

— Si doctora, por eso también quise consultar. Y hace unos dos días tuve un sangrado, pero muy leve, pensé que era mi periodo pero no volví a sangrar más.

Katherine la observó — ¿Tienes retraso menstrual? ¿Cuando fue la última vez que te llegó?

— Tengo casi tres semanas de retraso y yo suelo ser muy irregular.

— Bueno Sara, en la citología te salió un hongo pero no es nada grave te mandaré unos óvulos vaginales — tecleó en su computador — Con tu retraso, yo no descartaria una prueba de embarazo. Lo que te paso en estos días pudo haber sido un sangrado de implantación y no tu menstruación.

Sara palideció y claramente Katherina lo notó.

— ¿Estás tomando anticonceptivos?

— No, yo los dejé. Con mi esposo solo usamos condón hace más de 6 meses.

— Y ¿Desean hijos? — preguntó Katherina con precaución.

Sara sonrió — Ya tenemos uno, y pues si queríamos otro pero no sé si ahora. Ay no — se colocó sus manos en la cara — Es que con Willy no sentí ningún síntoma antes, si no es porque empecé a dormir más y mi panza creció no nos damos cuenta.

— Está bien, procura relajarte. Yo te recomiendo que te hagas unos exámenes de sangre para que te des cuenta y bueno, platícalo con tu esposo.

— Está bien doctora.

Katherina formuló la prueba de sangre y recetó los óvulos, imprimió y le entregó los papeles.

— Mira, Sara; aquí te entrego los exámenes y la medicación. Cuando los tengas dependiendo del resultado puedes volver para hacerte un chequeo, es tu decisión.

— Muchas gracias, doctora.

— Vale Sara, que estés muy bien y relájate, esperemos los resultados — le dió una sonrisa cálida.

Sara se levantó de la silla alisando su vestido con nerviosismo — Sí doctora, tiene razón. Muchas gracias, hasta luego.

Katherina se despidió y su paciente cerró la puerta. La noticia de de un posible embarazo no siempre resultaba bien recibida por sus pacientes, aunque para otros si resultaba una noticia muy esperada y deseada. Katherina terminó sus consultas restantes y nuevamente fue a control con las maternas.

Coincidencias |Cillian Murphy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora