3. ¿Quien era ese hombre?

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Katherina estaba haciendo su rotación por pediatría. Le encantaba, genuinamente le gustaban mucho los niños, curarlos y aprender más de sus pequeños cuerpecitos era increíble, pero dejaba de serlo cuando se encontraba con padres tercos o groseros, ahí ya no era tan bueno.

Su parte favorita de rotar en allí era estar pendiente de Simón, era un niño encantador, pero el corazón de Katherina se encogía cada vez más al ver que su leucemia no se estabiliza, y cada vez avanzaba más, ahí era cuando ya no se sentía valiente.

La mamá de Simón era una gran mujer, doña Martha, era madre soltera pero siempre se había desvivido por su hijo, trabajaba arreglando casas, todo para pagar el tratamiento de Simon.

Katherina estaba en el laboratorio recogiendo los exámenes de Simon, con una esperanza de que salieran un poco mejor. Su esperanza se fue al piso cuando los leyó.

— Buenos días — Dijo, mientras entraba a la habitación de Simon, notando que estaba dormido, y su mamá se paraba a saludar.

— Doctora Rodriguez, buenos días. ¿Cómo está?--- Dijo con una sonrisa en la cara.

— Bien Doña Martha, ahí vamos. Tengo los exámenes de Simon, me gustaría comentarle acerca de ellos.

Doña Martha vio la expresión de Katherina, e intuyó que no era una buena noticia. Salieron de la habitación y Katherina le comentó que ya lo había discutido con el oncólogo y la leucemia de Simon avanzaba cada vez más y se le había complicado con otras afecciones.

Doña Martha se derrumbó, no es algo fácil de escuchar, Katherina casi lo hace también, pero debía ser fuerte para guiarla y explicare que continuarán con su tratamiento, pero con un poco más intensidad.

Después de esta noticia Katherina no pudo sacar de su cabeza y pensamiento el estado de salud de Simón.

Eran las 12:15 del mediodía y Katherina se encontraba saliendo para cumplir su almuerzo con Andrew. Al llegar al lugar lo vió en una mesa para dos y se acercó con una sonrisa.

El restaurante era Italiano, y algo elegante. Katherina amaba la comida Italiana, así que pidió una pasta con pollo y champiñones en salsa alfredo y Andrew una pasta carbonara.

Mientras iban comiendo, iban hablando de cosas triviales, realmente el ambiente entre los dos era muy ameno.

— Hasta donde te conozco eres una gran médica, tienes mucho potencial Katherina — Le dijo con una sonrisa y mirada suave. — Y, si no soy indiscreto me gustaría preguntar de donde eres, noto por tu acento que no eres de aquí de Boston.

Katherina se rió un poco y contestó — Pues sí, efectivamente no soy Estadounidense. Soy colombiana.

— Wow, no me lo esperaba. Tienes muy buen inglés— Dijo con cierto asombro.

— Lo sé, desde secundaria lo aprendí muy bien — respondió mientras tomaba de la limonada que se había pedido.

— Eso es excelente. Y ¿Por qué te viniste a Massachusetts? — preguntó mirándola a los ojos con mucha curiosidad.

Katherina no había hablado de eso y sus motivos personales con nadie más que Daniela y el director del Hospital. No era una persona muy abierta, era más bien reservada con su vida. Ella no quiso mostrar su incomodidad con esa pregunta, pero evidentemente Andrew lo notó.

— Oh, no te preocupes. No tienes que responder si no quieres.

— No no, no te preocupes. Vine aquí porque obtuve el mejor promedio de mi facultad y se me presentó la oportunidad de aplicar para hacer mi internado aquí, y bueno, pasé afortunadamente — Respondió con una cálida sonrisa.

— Eso es grandioso Katherina, ¿Entonces estás aquí hace unos 6 meses?

— Ajá, soy una novata en esta ciudad — Respondió mientras comía su último bocado de la pasta.

— Bueno, entonces me veo en la obligación de hacerte un tour por la ciudad. Con los tiempos del internado probablemente nos has salido mucho. — Le propuso Andrew con una sonrisa radiante.

Katherina le agradeció. El desde que llegó ha sido muy amable con ella. Ha sido uno de los pocos especialistas que no la han humillado ni tratado mal. Andrew era atractivo, con unos ojos azul oscuro, facciones duras y su cabello y barba de color rojo natural. Pero no estaba interesada románticamente en él.

Terminaron su almuerzo, Andrew pagó y salieron hacia el hospital. Katherina agradeció la invitación y partieron cada uno para sus respectivas labores.

Katherina estaba asistiendo al doctor Cage en pediatría y así pasó el resto de la tarde. En varios momentos cruzó por su mente el nombre de Cillian, se preguntaba cómo seguía, y no tenía ni su número, y en todo el día no se había cruzado con Daniela para preguntarle.

En un espacio que tuvo pensó que podría encontrar el número en internet, quizás en la página de su bufete. Así que googleó 'Cillian Murphy abogado' y efectivamente apareció una página llamada '' Law firm: Murphy, Johnson and Associates''. Hizo click y habían fotos del dueño y los asociados, donde Cillian salía jodidamente atractivo. — ¿ Ese hombre es real? — Se preguntaba Katherina.

Tenía un apartado donde explicaban el perfil laboral de cada abogado. ̈ Cillian Murphy, abogado penalista y mayor accionista de la firma ¨ y bajando un poco más apareció su número de contacto. Sonrió al encontrarlo, se sintió FBI. Guardó en su celular el número, pero no se atrevió a escribirle, quizás luego lo haría.

Su turno terminaba al otro día a las 9 de la mañana, así que a las 9:30 estaba saliendo para su casa con un sueño terrible, sus ojos le pesaban.

Llegó a su casa, se quitó la ropa y se puso una pijama cómoda para dormir por lo menos hasta las 12 del mediodía. Se acostó en la cama tal cual morsa, tomó su celular para revisar sus mensajes.

9:56 a.m [Dani]: Katheeee, probablemente estás en el quinto sueño, pero te tengo una razón, Cillian parece estar mucho mejor y quiere verte, para agradecerte supongo jeje. Así que le di tu número, no me mates, no había otra opción. Bye te amoo.

Katherina se alegró de que Cillian estuviera mucho mejor, se sintió algo extraña con la cuestión de volverlo a ver, pero no sabía exactamente por qué. Era una relación de doctora a paciente y se tenía que acostumbrar, pues iba a seguir su evolución y tratamiento, o eso creía.

Puso alarma a las 12 del mediodía y se dispuso a dormir, estaba llegando el invierno y los días fríos son los favoritos de Katherina, así duerme mas agusto.


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