El clima era mucho más frío de lo que él recordaba, se encontraba rodeado por varios canes que no recordaba haber conocido, pero todos ellos diferentes a los canes que había visto, mucho más grandes, se veían feroces, poderosos, sus garras eran enormes. Todos tenían la vista en él, quien caminaba por aquella sala, podía ver que sus patas eran diferentes, de pelaje espeso y oscuro, eran mucho más grandes de lo que jamás había imaginado.
De pronto se sintió poderoso y se acercó poco a poco a una de aquellas grandes criaturas, podía olfatear la confusión, todos en la sala se encontraban discutiendo, sin embargo no podía entender nada de lo que decían. Uno de ellos parecía querer confrontarlo, se acercó de manera violenta mostrando sus colmillos, sin embargo no atacó. Podía oler la sangre en todo su cuerpo, aquellas ganas de probarla incrementaron inmensamente, sin poder contenerse aquel enorme can de pelaje oscuro atacó directamente a la garganta de quien estaba enfrente, el llamativo líquido carmín había comenzado a salpicar cuando la imagen se desvaneció.
— ¡AHHH! — Se levantó Snowy de su lecho.
Shen giró la mirada hacia el confundido.
— ¿Qué ha sido esta vez?
— Es el mismo sueño — dijo Snowy levantándose.
Aún se podía ver la oscuridad de la noche ante la ausencia de la gran estrella de fuego. Aún faltaban cerca de 15 amaneceres antes que el torneo diera comienzo.
— ¿A dónde irás? — Señaló Shen levantándose de su lecho cuando observó a Snowy tomar su gabardina.
— No iré lejos — Se justificó. —- Necesito un poco de aire.
Snowy había salido con su enorme gabardina cubriendole por completo. El viento le quitaba de vez en cuando la capucha y un enorme camino se formaba al arrastrar la capa. Sin una dirección específica Snowy se adentro poco a poco al espeso bosque hasta que simplemente se echó en la nieve boca arriba. Pensando sobre el significado de sus nuevos sueños, habían comenzado poco tiempo después de que Shen comenzó a prepararlo para el torneo, desde entonces sus habilidades habían crecido bastante, pero no había vuelto a tener otra experiencia como aquella donde se enfrentó a un demonio por primera vez.
Pasados los minutos comenzó a quedarse dormido una vez más. Todo se había vuelto oscuro. Ahí estaba de nuevo, rodeado de gigantescos canes, todos le miraban y susurraban cosas que no podía entender. Después de caminar un poco pudo enfocar un poco más la vista, todos los canes llevaban consigo a lo largo de su cuello una estructura similar a la que él había perdido, sin embargo todo se veía muy borroso, trató de poner un poco más de atención cuando chocó con alguien. Sus miradas se cruzaron un momento, ambos imponentes, sin embargo el de oscuro pelaje seguía siendo mayor, al bajar un poco la mirada se dio cuenta de que la estructura que llevaba era la misma con la que despertó aquel día. De un segundo a otro la imagen nuevamente se perdió. Un gran chillido resonaba cuando Snowy se levantó, algunas pequeñas criaturas huían asustadas. Snowy decidió ir a investigar, corrió con dirección hacia el chillido, los árboles se agitaban violentamente y el sonido era cada vez más fuerte y agudo.
Cuando llegó al origen se sorprendió de lo sus ojos presenciaban. Una criatura dos veces más grande de su tamaño se encontraba acorralada entre dos árboles por una criatura más pequeña, llevaba una gabardina igual a la de Snowy, pero mucho más pequeña y ligera, lo suficientemente larga para cubrir su rostro, sus enormes garras creadas con energía resplandecían ante la criatura de filosos colmillos y enormes garras.
En un inicio Snowy no se preocupó, era solo un demonio menos por le cual preocuparse, sin embargo este se veía tan indefenso y asustado, sus chillidos eran tan agudos que dolía solo escucharlos, no poseía ojos los cual ver, sus patas eran deformes y su cuerpo eran más huesos que carne.
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Canción De Nieve, La Leyenda De Alastor
FantasyEra un frío día de invierno cuando aquel cachorro de pelaje canela había despertado en un mundo completamente desconocido, perdido y sin recuerdos no le quedará más opción que explorar aquellas tierras perversas. Perdido en su razón de existir será...