Los fluidos tonos del crepúsculo adornaban un hermoso paisaje, tonos esmeralda junto con el tono de los rayos color fuego y un poco de rosado bailaban juntos en el cielo, los cristales de agua dejaban al descubierto un clima perfecto para salir.
O al menos eso creyó un joven cachorro de fuerte café con tonalidades oscuras mientras veía hacia su puerta de madera vieja.
Se le veía distraído mientras colocaba a lo ancho de su ancho pecho y cintura su arnes de cuero, en él llevaba interpuestos algunos pequeños contenedores en los cuales llevaba algunas cuerdas bien guardadas al igual que algunas estacas.
Antes de abrir la puerta se colocó una espesa gabardina de piel, cálida para que pudiera protegerlo de cualquier cristal perdido, se colocó su capucha y empujo la puerta dejando entrar algo de viento, el cual jugó un poco con su capa.
— ¿Qué haces aquí? — Gruñó el joven manchado.
— Supe lo que harías hoy, he venido a ayudarte —. Respondió nuestro amigo canela vestido de su propia gabardina, larga, pesada, de estructura no apta para su tamaño.
—Por qué crees que necesito de tu ayuda?
— No porque la necesites. Solo quiero ayudar —- Respondió Snowy —-. De igual forma te seguiré, así que no importa, vamos.
Dany sonrió ligeramente y se le adelantó.
— Esta bien, pero escalaremos el muro nuevamente, no podre cuidarte.
— No debes preocuparte — Ladro el cachorro seguro de sí mismo —. He mejorado mis habilidades desde nuestra última vez.
— Bien —. Suspiro Dann.
Snowy lo siguió, caminaron con dirección al este, Snowy sentía un escalofrío al recordar lo sucedido desde la última vez, pero estaba decidido en que podía hacerlo. El paisaje cambiaba poco a poco, las chozas eran cada vez menos, en su lugar los pinos aparecian con mas frecuencia. A lo lejos podían observar la pequeña silueta de un can que se agrandaba poco a poco.
— Llegas tarde — Ladro está a nuestros dos amigos.
Su voz fue algo quebradiza, iba cubierta al igual que sus compañeros, una espesa gabardina, su cabeza estaba cubierta por una gran capucha que ocultaba su cara y sus orejas.
— Lo siento, pero traje a un amigo — Sonrió Danny.
La silueta asintió y Snowy afirmó.
—Prepárense — Ladro Danny apoyándose en sus cuartos traseros —. Primero iras tu Snowy —. Dijo elevando una de sus patas delanteras hacia lo alto.
Snowy asintió, se apoyó sobre sus cuatro patas y se inclinó hacia delante. Dann bajó su pata hasta el hielo y la empujó con fuerza hacia el gran muro de hielo. Snowy salió volando junto con un gran columna de hielo la cual se desintegraba poco a poco dejándolo en completa libertad. Sus orejas jugaron con el aire cuando su capucha salio de lugar, pero no tardó mucho en colocarsela nuevamente, justo antes de impactar con el muro Snowy hizo crecer sus garras, lo suficiente como para poder clavarlas y sujetarse, el impacto fue algo duro, Snowy resbaló varios metros pero finalmente pudo sujetarse con fuerza.
El cachorro desconocido fue el siguiente, impacto varios metros encima de Snowy, justo donde él lo había hecho, pero en su lugar no resbaló demasiado. El último fue Dany, quien impactó por encima de ellos.
—¡Adelante! — Grito Dany apretando los colmillos junto con sus garras.
Pasaron varios minutos y Snowy aun no podía ver la cima, inhalaba profundo, aire helado, y exhalaba espesas nubes de vapor, apenas podía ver a sus compañeros aun por encima de él, el frío sudor que emanaba de él comenzaba a congelarse, aun con la pesada gabardina de piel, sentía como el frío lo atacaba. Dejó de sentir sus patas después de la primera hora, temblar no le ayudaba demasiado, y su capucha le abandonaba varias veces. En la segunda hora paraba a descansar, el cachorro encima de él le espero también, Dany seguía adelante sin mirar atrás.
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Canción De Nieve, La Leyenda De Alastor
FantasyEra un frío día de invierno cuando aquel cachorro de pelaje canela había despertado en un mundo completamente desconocido, perdido y sin recuerdos no le quedará más opción que explorar aquellas tierras perversas. Perdido en su razón de existir será...