Capitulo 8

13 4 0
                                    


El camino de vuelta fue tranquilo, Snowy caminaba detrás de Shen a paso firme, sus pisadas marcaban un profundo tatuaje en la nieve, su mirada era dirigida a Shen, tenía tanto que decir y sin embargo no sabía por dónde empezar. Shen tenía la mirada fija hacia adelante, rara vez volteaba hacia atrás, no emitía ruido alguno más que el sonido de su respiración. Llegaron a la cabaña cuando la gran estrella de fuego se escondió detrás de las montañas. Ambos durmieron junto al fuego dentro de la cabaña ese día. Fue una noche tranquila.

Al día siguiente Shen se despertó y avivó el fuego, la luz de la mañana aún no era visible, copos de nieve adornaban la ventana. Su mirada estaba perdida en el paisaje, su respiración era profunda, solo esperando. No pasó mucho tiempo antes de que saliera, emitiendo un ligero >>Click<< al cerrar la puerta.

Snowy despertó unas horas después gracias a los rayos de luz que acariciaron sus pupilas. Sentándose sobre sus cuartos traseros se aseguro de aun traer consigo su amuleto atado al cuello, después de admirarlo unos segundos dio un profundo suspiro y salió. Había dejado de nevar, el cielo era claro, sin ningún bloqueo de luz. Shen estaba sentado sobre un grueso tronco de árbol que había sido talado hace poco, le había dado una señal al cachorro para que este se acercara.

—Asegúrate de rasgar sin miedo—. Ladro Shen bajando del tronco.

Snowy admiro el fino corte que se había hecho al antiguo árbol.

—Aún no sé como formar mis garras— Se disculpó.

—Naciste con unas. Usalas— Ordenó Shen.

—Pero...

—No volveré a dirigirte la palabra hasta que el resto del tronco haya sido talado—. Anuncio Shen volviendo al bosque.

Snowy observó como Shen se alejaba a paso lento y las orejas en alto mientras que las propias estaban por los suelos.

Una vez que había perdido a Shen de su vista dirigió la misma hacia el tronco y comenzó a rasgar... una....y otra.... y otras vez. Los zarpazos fueron dirigidos al mismo una y otra vez, siempre, sin rasgar lo suficiente, dibujando varias líneas irregulares al tronco.

Pasó el tiempo. Gotas de agua salían de su frente, al igual que bocanadas de aire de su boca. Sus patas solían brillar de vez en cuando, cada que inhalaba profundo, sin embargo nunca fue diferente.

Pronto el cachorro se dejó caer de espalda en la capa de nieve, suspirando, rogando por ayuda, fue entonces que una profunda vibración proveniente de su estómago lo sacó de sus pensamientos. Pensaría mejor después de comer algo.

Dirigió su vista en dirección al bosque. Sentía las presencias que el mismo emanaba, así que decidió dirigirse a la ciudad.

No pasó mucho tiempo antes de perder de vista el espeso follaje de los árboles y comenzar a ver algunas construcciones, la entrada al sector medio justo frente a él.

Varios canes con escasos accesorios eran visibles ante el, algunos transportaban pequeñas carretas cargadas con toda clase de objetos, algunas alimentos, otras prendas, las ultimas algunos objetos insignificantes.

Comenzó a guiarse con su nariz, todos los canes que le rodeaban lo observaban con curiosidad, aquel desconocido, aquel extraño cachorro que jamás habían visto no les prestó atención.

—Demonios... — Suspiro Snowy. — Olvide que no tengo moneda de cambio...

Snowy observó a su alrededor, podría conseguir algo que hacer, algo en que trabajar a cambio de alimento, pero... sería demasiado tardado y tenía que volver con Shen lo antes posible a completar su entrenamiento.

Canción De Nieve, La Leyenda De AlastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora