El joven alfa Charlie Krittin ha crecido en el seno de una lucha constante contra sus padres y hermanos, por la jefatura de la Alianza, la corporación mafiosa más poderosa de Tailandia.
Por ello nunca creyó enamorarse pues corrompido por sus ansias...
Todo estaba listo para la fiesta de compromiso del primogénito Krittin, en la que tras Alcázar su mayoría de edad, Alan se comprometería oficialmente con Jeff, su pretendiente asignado desde su nacimiento.
Al llegar la hora, todos los jefes de los demás clanes de la Alianza acudieron a la cado a de los Krittin, donde los anfitriones no escatimaron en gastos.
Alan y Jeff fueron colmados de bendiciones y regalos pues todo su clan aceptó gratamente la unión entre este y el lindo primogénito alfa del Este.
Sin embargo, Jeff tenía otros planes más que parir al hijo de Alan, al cual consideraba un gran estúpido que junto con los jefes de la alianza serían peones en sus manos, ya que creía que era hora de que el mandato le pertenecera a su familia.
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Otros que no estaban muy de acuerdo eran los hermanos de Alan pues no creían justo pues ellos también querían el poder pero todavía debían esperar mucho tiempo a que su mayoría llegase y entonces poder desposarse para engendrar un heredero.
Charlie era el que peor lo llevaba, ya que por ser el más joven de todos debía esperar muchísimo más, a lo que además se le sumaba su poca altura, extrema delgadez, falta de músculos y lindas facciones.
Era demasiado frustrante ser menos preciado por todos pues nadie parecía verle capaz.
...-Maldita sea...esto tiene que cambiar. Tengo que encontrar una solución lo más pronto posible...yo debo ser el vencedor
Unas semanas después el enlace del primogénito Krittin llegó y todo se llenó de belleza y alegría.
Los cientos de invitados que estuvieron presentes mostraron su dicha entre la unión de las dos familias, las cuales además de fortalecer su alianza en los negocios, lo hacían fraternalmente.
Sin embargo no todo era júbilo, ya que los otros tres hijos del matrimonio se morían de la envidia y deseaban que todo saliese mal, para que su hermano no fuese digno de dirigir el negocio familiar.
Grandes guirnaldas colgaron de los altos techos de la mansión, así como decenas de jarrones con frescas flores fueron puestos en cada rincón del gran salón.
Alan vistió un traje azul confeccionado a medida por sastres traídos del extranjero, dónde estaban los mejores artesanos y las mejores telas.
Su pequeño novio lució también un precioso traje, que dejó a todos maravillado, incluso al heredero Krittin, quién hasta el momento no se había dado cuenta de lo mucho que le gustaba su futuro esposo.
A pesar de todo, la ceremonia se celebró sin sobresaltos y el banquete llenó la panza de cientos de comensales, con suculentos y caros platos, así como distintos vinos, champán y licores.
Todos cantaron y bailaron hasta altas horas de la madrugada, al son de la música que tocó una prestigiosa banda, formada por cinco betas llamados para la ocasión.
