27. Motril

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El corazón de Violeta dio un vuelco al ver las maletas preparadas junto a la puerta, pero esta vez fue un vuelco de alivio y sorpresa. La confusión se disipó cuando Chiara reveló la verdadera razón detrás de la preparación de las maletas.

"¿Qué esta pasando?", preguntó Violeta, una mezcla de emoción y desconcierto palpable en su voz.

Chiara sonrió con ternura, sus ojos brillando con anticipación. "Sorpresa, Vio", dijo con una chispa traviesa en su mirada. "He organizado un viaje de cinco días a Motril con tu familia como una sorpresa para ti. Pensé que sería divertido pasar un tiempo juntas y crear recuerdos especiales."

Violeta se quedó sin habla, una mezcla de gratitud y alegría llenando su corazón. Nunca habría imaginado que Chiara planeaba algo tan maravilloso para ella. La emoción la embargó mientras contemplaba la idea de pasar unos días en un lugar especial con las personas que más quería en el mundo.

"Oh, Chiara, esto es increíble" exclamó Violeta, sus ojos brillando con gratitud. "No puedo creer que hayas hecho esto por mí"

Chiara le dedicó una sonrisa cálida y amorosa. "Quiero que tengamos una experiencia inolvidable juntas", dijo con sinceridad. "Y no te preocupes, Ruslana y Denna también vienen con nosotros. Será como una pequeña aventura familiar."

La emoción de Violeta no tenía límites mientras asimilaba la magnitud de la sorpresa de Chiara. Sabía que estos cinco días serían una oportunidad para fortalecer aún más su relación y crear recuerdos que atesorarían para siempre.

Las cuatro chicas caminaron animadamente hacia la estación de tren, con el bullicio de la ciudad de fondo  y la emoción palpable en el aire. Chiara y Violeta se tomaban de la mano, mientras Ruslana y Denna compartían risas y bromas, creando un ambiente de camaradería y anticipación.

A medida que se acercaban a la estación, Violeta sintió un cosquilleo de emoción en el estómago. No podía creer que estuvieran a punto de embarcarse en una aventura tan especial, regresando a su ciudad natal después de tanto tiempo, y l compartiéndola con las personas que más quería en el mundo.

Cuando llegaron a la estación de Motril, encontraron a los padres de Violeta esperándolas con una sonrisa cálida. Los abrazos y saludos efusivos llenaron el aire, mientras se preparaban para abordar el coche hacia la casa.

El viaje en el coche transcurrió entre risas, charlas animadas y miradas llenas de complicidad entre Chiara y Violeta. A través de las ventanas, contemplaban el paisaje que pasaba rápidamente, recordando momentos de su infancia y compartiendo historias de su vida.

Finalmente, cuando llegaron a la casa, la casa donde Violeta había nacido y crecido. La emoción se apoderó de ella al ver los lugares familiares y los recuerdos que inundaban su mente.

Al llegar a la casa de sus padres, fueron recibidas con alegría y hospitalidad. Los padres de Violeta habían preparado las habitaciones de invitados con esmero, asegurándose de que las chicas se sintieran cómodas y bienvenidas.

Lucía

Lucía: Amore, me he enterado que has vuelto a Motril

Visto a las 15:34

Una notificación apareció en el móvil de Violeta mientras esperaba a que Chiara dejará sus maletas encima de la cama. Agarró su móvil para poder divisar de quién era el mensaje que le había llegado.

Violeta: Sí estoy por aquí. Me he pasado unos días

Visto a las 15:36

Lucía: ¿Te apetece quedar con las chicas?

Visto a las 15:37

Violeta dejó rápidamente el móvil encima de la cama al ver la presencia de Chiara en la habitación. "Kiki" Habló la pelirroja llamando la atención de la de ojos verdes que se encontraba dejando una de las maletas encima de la cama.

Se acercó Chiara con cautela, sintiendo el peso de su propia inseguridad en sus hombros. "¿Te importaría si salgo a encontrarme con Lucía y las chicas esta tarde?", preguntó, esperando que Chiara entendiera su necesidad de confirmación.

Chiara la miró con suavidad, sus ojos reflejando comprensión y paciencia. "Por supuesto que no me importa, Vivi", respondió con calma. "No tienes que preguntar mi permiso para hacer lo que quieras. Sal y diviértete, solo avísame para que no me preocupe por ti."

Las palabras de Chiara fueron como un bálsamo reconfortante para Violeta, disipando sus dudas y temores con su amor y comprensión incondicionales.

Violeta: Me encantaría Lu

Visto a las 16:01

Lucía: ¿Nos vemos a las 20:00?

Visto a las 16:10

Violeta: Me parece perfecto

Visto a las 16:11

"Oye Kiki, ¿Podría darme tu número de teléfono?" Preguntó inocentemente la pelirroja.

"Claro amor. Pero, espera ¿no tienes ya mi número?" Intentó confesar Chiara.

"No, no lo tengo. ¿Cómo podría tenerlo si nunca me lo diste?" Interrogó la pelirroja mientras veía un nerviosismo en los gestos de Chiara.

"Oh, bueno, en realidad ya lo tienes" Confesó la morena mirando a la chica de enfrente suya.

"¿Cómo que ya lo tengo? No entiendo." Terminó de decir la granadina mientras descifraba lo que Chiara le contaba.

"Fui yo quien dejó esa nota en la cafetería donde trabajas." Confesó la británica tornando su cara en un color rosado.

"¿En serio? Esa nota me tuvo desconcertada durante días. Nunca habría pensado que eras tú."

"Sí, quería encontrar una forma de acercarme a ti, y dejar mi número de teléfono parecía la mejor opción en ese momento." Dijo la menorquina mientras volvía a poner su mirada en la de Violeta.

"No puedo creerlo. Bueno, entonces, ¿Puedo tener tu número de teléfono de nuevo?"

"Por supuesto, aquí está. Podrías tenerlo las veces que quieras."

"No te preocupes, al menos es una historia muy graciosa."

Violeta miró a Chiara con sorpresa e incredulidad, sin poder creer lo que acababa de escuchar. "¿Tú fuiste quien dejó la nota en la cafetería?", preguntó de nuevo, su voz llena de asombro.

Chiara asintió, una sonrisa juguetona curvando sus labios. "Sí, lo fui", admitió, su rostro coloreándose ligeramente por la vergüenza.


Destinadas a conocernos - KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora