39. Menorca Gate

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Violeta despertó suavemente a Chiara con un corto beso en los labios. La luz de la mañana se filtraba por las cortinas, iluminando la habitación con una calidez agradable. Chiara, todavía adormilada, abrió los ojos lentamente y se encontró con la mirada amorosa de Violeta.

Se quedaron unos momentos en silencio, disfrutando de la cercanía y la tranquilidad de la mañana. Violeta acarició suavemente el rostro de Chiara con la yema de los dedos, trazando los contornos de su mandíbula y suavizando cualquier preocupación que pudiera haber quedado de la noche anterior.

Chiara se estiró con un suspiro contento y rodeó a Violeta con sus brazo atrayéndola hacia ella en un abrazo cálido y reconfortante. Se quedaron así un rato, sumergidas en su propio pequeño mundo de amor y complicidad.

Finalmente, Violeta rompió el silencio con un susurro suave. "Buenos días, amor", dijo con una sonrisa tierna. Chiara respondió con una sonrisa igual de radiante, sintiéndose agradecida por tener a Violeta a su lado.

Después de ese dulce momento juntas, se pusieron manos a la obra y comenzaron a preparar las maletas. Con la música de fondo y el aroma a café recién hecho, trabajaron en equipo para organizar todo lo que necesitarían para su próximo viaje.

Violeta doblaba con cuidado la ropa mientras Chiara elegía los artículos de aseo personal. Se ayudaban mutuamente, compartiendo risas y confidencias mientras recordaban momentos especiales de su relación.

Entre conversaciones animadas y pequeños gestos de cariño, lograron completar las maletas con todo lo necesario para su viaje. Se miraron con satisfacción, contentas de estar juntas. 

Los padres de Violeta llevaron a Chiara, Violeta, Ruslana y Denna al aeropuerto en un ambiente lleno de emoción y expectativas altas. En el coche, compartieron anécdotas y risas sobre esa semana, disfrutando de esos últimos momentos de viaje todos juntos.

Al llegar al aeropuerto, se despidieron con abrazos y palabras de ánimo. Los padres de Violeta les desearon un buen viaje y les recordaron que estaban siempre allí para ellos, apoyándolas en cada paso del camino.

En el aeropuerto, Chiara, Violeta, Ruslana y Denna estaban emocionadas y ansiosas por tomar el avión hacia su próximo destino. Se encontraban en el área de embarque, revisando sus boletos y preparándose para abordar.

Chiara miraba a Violeta con una sonrisa reconfortante, mientras que Ruslana y Denna intercambiaron bromas y risas para aliviar la tensión antes del vuelo como solían hacer siempre. El bullicio del aeropuerto y el anuncio de los vuelos próximos creaban un ambiente de anticipación en el aire. 

Chiara, Violeta, Ruslana y Denna encontraron sus asientos juntas en el avión, emocionadas por el viaje que iban tener por delante. Se acomodaron cómodamente, compartiendo conversaciones animadas y risas mientras esperaban despegar.

Chiara y Violeta se sentaban juntas, intercambiando miradas cómplices y gestos cariñosos. Ruslana y Denna también disfrutaban de la compañía de la una de la otra, compartiendo espacio y tiempo.

Una vez en Menorca, Chiara se convirtió en la guía turística improvisada, compartiendo con entusiasmo sus lugares favoritos y secretos locales con Violeta, Ruslana y Denna. Juntas exploraron las playas de aguas cristalinas, los pintorescos pueblos y disfrutaron de la deliciosa gastronomía de la isla.

Chiara les mostró los rincones más especiales de su tierra natal, compartiendo recuerdos y anécdotas mientras recorrían los lugares que ella conocía desde niña. Violeta, Ruslana y Denna se sumergieron en la belleza natural de Menorca, impresionadas por sus paisajes y encantadas por la hospitalidad de Chiara.

Al llegar a casa de Chiara, fueron recibidos con calidez por su madre y su hermano menor, quienes estaban emocionados de conocer a Violeta, Ruslana y Denna. La madre de Chiara preparó una deliciosa comida casera para todos, mientras el hermano menor compartía historias divertidas y curiosidades sobre la isla.

Chiara llevó a Violeta a su habitación, un espacio acogedor decorado con tonos suaves y detalles personales que reflejaban la personalidad de Chiara. Había fotos enmarcadas en las paredes, recuerdos de viajes y pequeños detalles que hacían que el lugar se sintiera cálido y acogedor.

Violeta admiró la habitación de Chiara con interés, notando la atención al detalle y la calidez que emanaba de cada rincón. Chiara le mostró su escritorio, donde pasaba horas componiendo música y la cama, que estaba decorada con almohadas suaves y una colcha acogedora.

Violeta seguía observando con curiosidad la colección de instrumentos de Chiara que adornaban su habitación. Había una guitarra eléctrica en una esquina, un teclado junto a la ventana y un par de guitarras en el otro extremo de la habitación. También notó algunos micrófonos y equipo de grabación dispersos por el lugar.

Chiara sonrió al ver la expresión de asombro de Violeta y explicó con entusiasmo su pasión por la música y cómo cada instrumento tenía su propia historia y significado para ella. Le mostró algunos de sus favoritos y compartió historias sobre cómo los había adquirido o utilizado en sus composiciones.

"¿Quieres que te enseñe una canción que compuse hace poco con la guitarra?" Preguntó Chiara mientras se acercaba donde tenía su exposición de guitarras.

"Me encantaría" Respondió Violeta emocionada.

"Chicas, a cenar" Interrumpió Emma.

"Después te la enseño" Mencionó Chiara agarrándola de la mano para bajar.

Mientras que Chiara y Violeta se dirigían hacia la mesa, Violeta se sentía inundada por una mezcla de emociones. Estaba encantada de estar en la casa de Chiara y conocer a su familia, pero también estaba ansiosa por escuchar la música que Chiara había mencionado. La casa estaba llena de calidez y tranquilidad, y Violeta se sintió acogida desde el momento en que cruzaron la puerta.

Emma, la madre de Chiara, les recibió con una sonrisa afectuosa y les indicó que se sentaran. El hermano menor de Chiara, curioso y animado, les saludó con entusiasmo antes de volver a sumergirse en sus propias ocupaciones. Chiara y Violeta compartieron miradas mientras se acomodaban en la mesa, sabiendo que este momento juntas sería especial.

Durante la cena, las conversaciones fluían fácilmente entre Chiara, Violeta y la familia de Chiara. Emma preguntaba a Violeta sobre su vida y sus intereses con genuina curiosidad, mientras que el hermano menor de Chiara compartía anécdotas divertidas sobre sus travesuras. Violeta se sentía agradecida por la calidez y la hospitalidad de la familia de Chiara, y por la oportunidad de compartir este momento con las personas que eran tan importantes para su novia.

Después de la cena, Chiara y Violeta se retiraron a la habitación de Chiara, donde la guitarra y otros instrumentos esperaban pacientemente. Violeta miró alrededor con curiosidad, impresionada por la pasión y talento de Chiara por la música. Sabía que este sería un momento íntimo y significativo, un momento en el que compartirían algo especial entre ellas.


Destinadas a conocernos - KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora