Había terminado el último concierto de la gira en Barcelona. El estadio estaba lleno, y la energía de la multitud había sido increíble. Mientras los fans salían del recinto, todavía vibrando de emoción del espectáculo, el grupo se dirigía al backstage. Las luces del escenario se apagaron lentamente, y el murmullo de la audiencia se desvanecía en la distancia.
Chiara, Ruslana y el resto de la banda se felicitaban mutuamente por el éxito de la gira. Habían pasado meses viajando, compartiendo risas, desafíos y momentos inolvidables en cada ciudad que visitaron. Este último concierto había sido especialmente emotivo, y todos sentían el peso de la despedida temporal que se avecinaba.
Violeta y Denna esperaban junto al camerino, observando cómo sus parejas recibían las últimas ovaciones y abrazos de los miembros del equipo. Violeta no podía evitar sentir una punzada de tristeza. Este capítulo de sus vidas, lleno de música y aventura, llegaba a su fin. Sin embargo, también estaba llena de gratitud por todo lo vivido y lo que aún les esperaba en el futuro.
Finalmente, Chiara salió del camerino, aún con el brillo del escenario en sus ojos. Violeta corrió hacia ella y la abrazó con fuerza, sintiendo el calor y la familiaridad de su cuerpo. Chiara le devolvió el abrazo, susurrándole al oído: "Lo logramos"
Ruslana y Denna también se reunieron, riendo y celebrando, recordando anécdotas de la gira y prometiéndose que pronto volverían a repetir la experiencia. Se dirigieron todos juntos hacia la salida trasera del estadio, donde un coche las esperaba para llevarlas de vuelta al hotel.
En el coche, el ambiente era relajado pero cargado de emoción. Las calles de Barcelona pasaban como un borrón de luces y sombras a través de las ventanas. Chiara, sentada junto a Violeta, tomó su mano y le dio un suave apretón, compartiendo una mirada que decía más que mil palabras.
Cuando llegaron al hotel, subieron directamente a sus habitaciones para disfrutar de un momento de tranquilidad después del ajetreo de concierto. Chiara y Violeta se instalaron en su habitación, quitándose los zapatos y dejándose caer en la cama. Se miraron, sonriendo.
"Ha sido increíble", dijo Violeta, rompiendo el silencio. "No puedo creer que haya terminado".
Chiara asintió "Sí, ha sido una locura. Pero estoy tan feliz de haberlo vivido contigo a mi lado".
Violeta se inclinó y le dio un beso suave a Chiara. "¿Sabes? Pensé mucho durante el concierto. Pensé en todo lo que hemos pasado, en lo mucho que me has ayudado a crecer y sanar. Y me di cuenta de algo"
Chiara la miró, curiosa. "¿Qué cosa?"
"Que encontré la persona que me hace sentir completa. Que tú eres mi hogar, Kiki. No importa dónde estemos o qué estemos haciendo, mientras estemos juntas, sé que todo estará bien."
Chiara sonrió, con los ojos brillantes. "Yo también lo siento así Vivi. Eres lo mejor que me ha pasado".
Violeta y Chaira se quedaron un rato más en la cama, disfrutando de la cercanía y la tranquilidad después del bullicio del concierto. La habitación estaba iluminada por las luces suaves de la ciudad de Barcelona que entraban a través de las ventanas.
Violeta respiró hondo, sintiendo el peso de la decisión que había tomado y que estaba dispuesta a compartir con Chiara. Se incorporó un poco, apoyándose en un codo para mirar a Chiara a los ojos.
"Kiki, hay algo que quiero decirte", comenzó, su voz temblando ligeramente de emoción. "Desde que te conocí, has sido una luz en mi vida. Me has ayudado a curar todos mis traumas, a superar mis miedos y a volver a confiar en mí misma".
Chiara la miró con ternura, sin interrumpirla.
"Quiero agradecerte por todo eso", continuó Violeta "Y también quiero pedirte algo importante" Tomó una profunda respiración antes de proseguir. "Chiara Oliver Williams ¿Puedo ser tu novia?"
Chiara se quedó en silencio por un momento asimilando las palabras de Violeta. Luego, con una mezcla de sorpresa y felicidad, preguntó "¿Estas segura, Vivi?"
Violeta sonrió, sus ojos brillando con determinación y amor. "Nunca he estado tan segura de nada en mi vida como esto", respondió, su voz firme y llena de convicción "Quiero que seas mi novia, Kiki. Quiero que estemos juntas de una manera que todos puedan ver y que no tengamos que escondernos más"
Chiara sintió que su corazón se llenaba de una calidez indescriptible. Las palabras de Violeta eran todo lo que había esperado y más. Sin pensarlo dos veces, se inclinó y besó a Violeta, un besó lleno de promesa y amor. Cuando se separaron, Chiara susurró "Sí, Vio. Quiero ser tu novia, oficialmente y para siempre"
Después de aceptar ser novias oficialmente, Violeta y Chiara se quedaron un rato más abrazadas, disfrutando del momento. Sin embargo, una inquietud comenzó a instalarse en la mente de Violeta. Se dio cuenta de que, aunque acababan de tomar una decisión importante sobre su relación, había un desafío inminente que tendrían que enfrentar: la distancia. Chaira tenía su trabajo en Madrid, mientras que Violeta vivía y trabajaba en Barcelona.
Violeta se incorporó lentamente, apoyándose en su codo y mirando a Chiara con una mezcla de amor y preocupación "Kiki, hay algo que me preocupa", comenzó tratando de mantener su voz calmada. "Tú vive en Madrid y yo en Barcelona. ¿Cómo vamos a hacer para estar juntas? No quiero que tengamos que estar separadas todo el tiempo".
Chiara le acarició suavemente la mejilla, sus ojos llenos de determinación y ternura. "He estado pensando en eso también", respondió "Y tengo una solución",
Violeta la miró expectante, su corazón latiendo rápido. "¿Cuál?"
"Quiero quedarme en Barcelona contigo", dijo Chiara sonriendo "Quiero ayudarte en la cafetería y estar contigo en todo momento. Cuando tenga que ir al estudio en Madrid, iré, ero también puedo trabajar desde aquí la mayor parte del tiempo. Además, Ruslana también va venir por Denna y nosotras. Así que si necesito estar en el estudio dos o tres días, iré con Ruslana y luego volveremos".
Violeta sintió una ola de alivio y felicidad inundarla. "¿De verdad harías eso?" preguntó, casi sin poder creerlo.
"Por supuesto que sí" respondió Chiara, con una sonrisa. "Quiero estar contigo, Vio. No quiero que la distancia sea un obstáculo para nosotras. Podemos hacerlo funcionar, lo sé".
Violeta se inclinó y la besó, un beso lleno de gratitud y amor "Gracias Kiki" susurró contra sus labios. "No sabes lo mucho que esto significa para mí. Eres increíble".
Chiara sonrió y la abrazó con fuerza. "Haremos que funcione, Vio. Estamos juntas en esto".
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Destinadas a conocernos - KIVI
RomantizmVioleta Hódar vive en Barcelona, una ciudad vibrante que no ha logrado iluminar su vida sombría. Después de una relación que la dejó marcada, tanto física como psicológicamente, Violeta se encuentra atrapada en un ciclo de dolor y aislamiento. Lejos...