Lee Ji-hyun, todos en Saebom conocen su nombre, allá donde pasa tiene ojos detrás de ellas...Puede ser por su belleza, inteligencia o su personalidad.
Siendo el centro de dos personas. Lee Suho y Han Seo Jun, uno de ellos siendo su hermano ¿y el otr...
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AL DÍA SIGUIENTE SEO JUN entraba por la puerta de la escuela.
—Ah, ese loco no deja de llamarme desde que nos vimos ayer.—se quejó deteniéndose en seco.
Se paró a ver la cuenta de Instagram de Ji-hyun, quien había subido una nueva foto.
—Se hace la tierna.—dijo mientras sonreía.
En eso Jukyung lo vio ahí parado.—Tarzan está usando bóxers de diez wones.—empezó a cantar llamando su atención y salto hacia el para imitar un tigre.
Ya que estando con la hermana de este le había visto en bóxers de tigre.
Seo Jun no sintió nada cuando se le acercó Jukyung.
Jukyung siguió su camino mandándole burlas.
Por otro lado vio a Ji-hyun caminar con Na-yeon, iban con los brazos entrelazados mientras escuchaban música y se reían.
Siempre que Ji-hyun se reía, no eran muchas, Seo Jun lo veía a cámara lenta, podría mirarla sonreír por horas.
Entraron al salón y ese día Suho no asistió a clases, estaba enfermo.
En la noche Seo Jun estaba en el médico con su madre.
—Sus niveles de creatinina descendieron considerablemente. Y sus análisis se ven muy bien.—les informó el médico.—Esta vez podemos reducir su dosis.
—Gracias.—contestó la mujer.
—Eso me alegra.—dijo Seo Jun y miró a su madre.—Que bueno mamá.—dijo y se miraron entre ellos.—Le agradezco mucho.—le dijo Seo Jun haciéndole una reverencia al médico.
—Agradézcale al profesor Kang.—dijo el médico.—Los amigos de su hijo pidieron ayuda, gracias a eso tuvo a los mejores médicos.
La mujer miró a Seo Jun.—¿Qué es lo que dijo?
Por otro lado Ji-hyun iba a la academia, había ido a casa de Na-yeon, se estaban haciendo muy unidas.
Unos chicos la pararon con una sonrisa.
Ella solo los miró mal y aceleró el paso, por otro callejón la pararon.
—Hola Lee Ji-hyun.—dijo Sung-yeong con una sonrisa.
Esta trato de tomar el otro callejón pero la rodearon.
—¿No creerás que somos tan tontos?—preguntó el líder y se fijó en su muñequera.—No creo que estés en condición de pelear con nosotros. Mejor acompáñanos.
Esta trato de correr pero la tomaron de la mochila y la guiaron donde ellos quisieron.
Seo Jun había quedado con Suho para hablar de lo que le habían dicho.
—No los había visto desde que su madre murió. Dijeron que eras su amigo. Me rogó que la salvara, Ji-hyun estaba apunto de llorar.
