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Harry ha estado totalmente intranquilo en los últimos días y está comenzando a ponerme los pelos de punta.

Siempre intento mantener mi ansiedad en un nivel calmo y controlado. Normalmente escuchar música, sonido de lluvia o meditar me ayuda. Pero ahora mismo, ninguna opción parece satisfacerme, porque el sonido de la lluvia me acompaña todo el tiempo y comienza a irritarme. Estar encerrada y tan aburrida me está afectando demasiado, sin contar que la frustración sexual aumenta cada segundo que paso con Harry.

Al principio creí que podría con ello. Obviamente que siempre hay otras formas de quitarme la frustración, que no sea saltar al regazo del hombre que vive conmigo, pero esas maneras tan manuales no parecen estar ayudando en absoluto, sobre todo cuando el dueño de mi frustración está al otro lado del pasillo en una casa silenciosa.

Temo que me escuche y entonces no saber que hacer, así que he estado ahogando mis gemidos en la almohada, pero entonces nuevamente mi cerebro se desconcentra de la tarea porque los relámpagos me quitan de allí.

Frustrante.

Somos personas adultas. Se supone que dos personas adultas que se gustan tienen sexo. Solia tener mucho sexo con los hombres que me gustaban en la universidad.

¿Acaso los griegos no son los inventores del sexo o algo asi? ¿O esos son los hindúes? Bueno, no lo sé. Los britanicos tambien deseamos sexo.

Miro el reloj. Son las 2 a.m y la lluvia golpea mi ventana mientras "apocalypse" suena en los pequeños parlantes en mi habitación. Últimamente escucho mucho esa banda. Supongo que es porque necesito relajar mi mente y aunque muchas de las letras sean totalmente tristes, logran que mi mente deje de ir hacia todos. No solo por el sexo, tambien mi preocupacion por las lluvias, mi carrera y la maldita novela, que aun sigo escribiendo, y de la que aun no se como seguir.

Harry me ha dicho que él puede leerla por mí y decirme. Pero no quiero que nadie la lea. Es algo estupido, posiblemente, teniendo en cuenta que si deseo publicarla, en algún momento tendrá que leerla alguien. Pero no ahora, no cuando los personajes están en una encrucijada que no saben cómo resolver.

Que estupidez. Debería dejar de escribir. Debería volver a la universidad a estudiar psicología y dejar mi absurdo sueño de ser una escritora o terminaré viviendo de mi pobre padre hasta que tenga 50 y el café termine por matarme de un paro respiratorio o algo así. No estoy segura de cuales son las consecuencias de beber café en los mismos litros que llevo de sangre en las venas.

Estoy a punto de googlearlo cuando un grito me saca de mi nueva tarea. Bloqueo el teléfono y me siento en la cama. Nuevamente el grito llega a mis oídos y no hace falta hacer esfuerzo para que reconozca la voz. Es Harry, nuevamente, en su cuarto.

Salto de las sabanas, enredándome hasta casi caer pero logro estabilizarme y mientras camino en el pasillo oscuro, solo iluminado por las luces naturales de este apocalipsis, puedo escuchar como los gritos se hacen mas reales, mas fuertes y mas dolorosos. Al llegar no toco la puerta, se que él no va a escucharme, así que cuando paso puedo verlo temblando en la cama.

Todas sus venas están marcadas y sus brazos están extendidos como si estuviera siendo sujetado por las muñecas. Sus manos son puños y todos sus músculos estaban tensos y se marcan de manera poco sana debajo de su piel, haciendo que corra inmediatamente hacia él.

Siempre he creído que Harry es un hombre tranquilo, sin embargo hay noches como esta que me pregunto qué es lo que estalla sus pesadillas de este modo, haciéndolo lucir enojado, torturado y lejos de la serenidad que suele tramitirme durante el día, cuando está lejos del reino de los sueños.

— Harry —, murmuró, arrodillándome en la cama. Lo observé y tengo miedo de tocarlo. Su piel está sudada y brillante, temo que mis dedos se derritan si llego a tocarlo, parece estar hirviendo, incluso por el color infernal que tiene.

Ocean eyes | Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora