La familia pirata | Lawlu

6 - Pañales.

— Dónde está la tía Nami? Aquí está!

La bebé se carcajeaba mientras jugaba con la pelinaranja, ella la cuidaba mientras sus padres estaban hundidos en sus cosas.
Luffy pescaba junto a Usopp, y Law leía un libro, transcribiendo lo que más le llamaba la atención en una libreta.

— Qué lees, Torao?

Le preguntó Chopper curioso, observándolo escribir. Su letra era muy prolija y elegante, y a pesar de ser de médico era muy entendible. No era la típica que sólo podían leer los profesionales.

— Es un libro sobre crianza de niños y bebés... Aunque sea médico, no se mucho sobre qué enséñale a un hijo. Solamente puedo ocuparme de su salud y bienestar.

— He~. Y tú decías que serías un mal padre... Eres mucho más responsable que Luffy y te preocupas en serio por criar bien a tu hija. Haces muy bien tu papel.

Comentó Sanji, quien estaba sentado al frente suyo. El tatuado se sonrojó un poco por esos cumplidos, tratando de disimular la pequeña vergüenza que sintió, sin decir ni una sola palabra más.

Cerca estaba Zoro, quien los observaba de reojo.
Al ver que Law se había sonrojado por alguna cosa que dijo Sanji, por algún motivo, le dió celos.
Aunque eso le pareció extraño, pues el tatuado estaba casado y tenía una hija.
No lo comprendía.

« Maldita sea... Ahora resulta que estoy celoso... Qué mierda hiciste conmigo, cocinero de mierda... »

Sacudió su cabeza, con sus mejillas un poco sonrojadas. Todo era tan nuevo y raro para él respecto a su relación; nunca había experimentado celos antes. Menos esa clase de amor y cariño por alguien.
Robin estaba cerca suyo, así que sonrió al verlo actuar así, apoyando su mentón en su mano.

— Todo bien?

El peliverde salió de sus propios pensamientos, mirando a la pelinegra por unos segundos. No iba a decir nada, pero sabía que necesitaba un poco más de ayuda y consejos respecto a su actitud con Sanji.

— Supongo... Todo esto es un poco... Raro y complicado para mí... Me refiero a mi relación con el cocinero de mierda.

— Lo se, puedo verlo. Pero solamente debes ser más flexible y atento. No debes cambiar su forma de ser, solamente tu forma de dirigirte hacia él; también tu actitud. Eso hará una gran diferencia entre ustedes dos.

Zoro soltó un suspiro, rascando su cabeza y mirando de reojo a su novio de nuevo.

— No sé como... Hacer eso. Qué debo cambiar de mi actitud? Cómo debería dirigirme a él?

Robin tomó su propio mentón con su mano, pensando un par de segundos en algún ejemplo para ayudarlo.

— Pues... Yo creo que podías iniciar con empezar a llamarlo por su nombre. Evita referirte a él con insultos, como sueles hacer. No digo que dejes de decirle cocinero o como sueles llamarlo, pero si deja de lado los insultos. Muchas veces sus peleas empiezan por eso.

— Entiendo...

— También, debes ser más detallista. No digo que le compres flores o le regales chocolates, pero ayudarlo con alguna cosa que esté haciendo o simplemente decirle algo bonito también haría la diferencia.

— Algo bonito?

Preguntó el peliverde, sin tener ni una sola idea de qué podría decirle. Robin volvió a soltar una risita divertida; realmente aquello no era para nada su fuerte.

— Pues podrías elogiarlo por sus platillos, por su ropa o por simplemente su sonrisa. Cada vez que se te ocurra algo positivo sobre él intenta decírselo, demuestrale que confías en él a tal punto de que no tienes vergüenza de decirle lo que sientes. Eso incluye un “te amo”, un “te quiero” o hasta un simple “gracias”.

— Entiendo... Gracias.

— De nada... Ves? Así está mejor. Debes tener esa misma actitud; debes ser más amable.

Mientras ellos dos hablaban, Nami sintió un aroma un poco desagradable proveniente de la bebé. Rápidamente se dió cuenta que había defecado en su pañal, así que cubrió su nariz para evitar seguir oliendolo.

— Law... La bebé se hizo popo.

— Dame un segundo... Déjala en la cuna si quieres.

La pelinaranja le hizo caso, recostandola en su camita. La bebé comenzó a llorar por eso, no le gustaba mucho estar en la cuna y sin algún contacto físico; se sentía sola.
Law dejó su libro y su escritura por un instante, levantándose de su lugar. Tomó un pequeño bolso que contenía todo lo necesario para cambiar e higienizar a su hija, y se acercó a ella.

— Bien, vamos a cambiarte ese pañal... Algún día tu también deberías aprender a hacerlo, Mugiwara-ya. Es tu hija también.

Le comentó el tatuado a su esposo, pero fue completamente ignorado. Hasta el del sombrero de paja comenzó a silbar, simulando que no lo había escuchado. Law rodeó sus ojos, negando con su cabeza. Dejando eso de lado, bajo uno de los costados de la cuna, para tener espacio y comodidad a la hora de cambiar a Lucy. Franky la había diseñado considerando aquello y con ése propósito.

Primero le quitó el pañal sucio. Luego, comenzó a limpiarla con óleo calcáreo y con ayuda de un algodón. Para que Lucy se mantuviera quieta y entretenida, le dió uno de sus juguetes favoritos; un sonajero rosa con un osito. Jugó con el mientras balbuceaba y estaba sumida en sus cosas.
Luego de limpiarla bien, le colocó crema para mantener su piel hidratada. Por último, le puso un pañal de tela limpio.

— Ya quedaste.

Law cargó a su hija en brazos, dejándola con Nami de nuevo. Luego ordenó todo lo que usó y lavó muy bien el pañal sucio, tendiendolo al sol para que se seque y así esté listo para el próximo uso.

— Wow, realmente tiene sus cosas criar a un bebé...

— Ni que lo digas... Yo no sería capaz de cambiar un pañal. Realmente te admiro mucho, Law.

— Pues, dado que su madre no tiene intenciones de ayudar, no tengo más remedio que hacer el trabajo sucio... Literalmente.

               𔘓               

Buenas :3

Cómo están? Tantos días sin vernos.
Disculpen la tardanza.

Tuve exámenes y además cambié de teléfono. Se me perdieron algunas cosas como los separadores pipi
En la siguiente parte se va a ver el nuevo que hice, aunque quedó prácticamente igual.
Seguramente si no les decía no lo notaban jsjs.

Espero que les haya gustado!
Disculpen si ven errores.
Nos vemos en la siguiente parte ;)

Adiós! ❤️