Rabí Zalmen de Voloshin se dirigió junto con un pariente a la casa de una persona, por un asunto privado.
Al entrar, encontró al dueño de casa almorzando con su familia, y el mismo invitó al Rabino y a su acompañante a compartir su mesa.
El Rabino echó una mirada sobre la mesa y agradeció, diciendo que el médico le había prohibido comer esa refección.
Al salir de la casa, el pariente le preguntó extrañado al Rabino por qué había mentido. El Rabino respondió:
No dije una mentira uno de los más grandes médicos, Maimónides, dictaminó que no se puede comer de una comida que no le alcanza a su dueño.
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ANECDOTAS DEL TALMUD legends of the talmud. INGLES/ESPAÑOL
RandomESCRITURAS Como todas las anécdotas que figuran en este libro en función pedagógica y Rabínica, con el íntimo deseo de que también sirva como consulta y orientación para docentes, guías espirituales y Rabinos, de manera que nuestra fe sea explicitad...