Parte 31

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—¿Cómo que no está? No puede ser —dijo, irrumpiendo en la casa con pasos fuertes y resonantes. Taehyung y dos guardaespaldas lo seguían detrás.

—Él salió, señor. Lo fuimos a dejar a su departamento. Llevaba maletas y dijo que estaría allá unos días mientras su padre regresa de su viaje de negocios.

—¡Su padre no está de viaje de negocios! —gritó, frustrado y ahora exasperado. Su mente ya se estaba imaginando a dónde iba esto.

Llegó al cuarto de Jungkook, lo abrió y, efectivamente, en el cuarto faltaban varias cosas como ropa, artículos de higiene, cosas que Jungkook solía usar. Sin embargo, lo que más llamó su atención fueron tres sobres blancos sobre la cama del chico. Se acercó y pudo leer su nombre, junto con el de Namjoon y el del señor Jeon, cada uno en una de las tres cartas que allí descansaban.

Su ojo derecho dio un tic y agarró su carta, la abrió rápidamente y en segundos terminó de leerla, suspiró y se dio una palmada en la frente.

—¿Cuándo se fue? —le preguntó enojado al guardaespaldas que estaba esperando en la puerta, rezando por no perder su trabajo.

—Lo fuimos a dejar hace como —miró su reloj— 3 horas, señor.

Tres horas. Él se había ido a Jeju ese día en la mañana, y si no hubiera sido por todo el trámite y acuerdos no tan legales que Namjoon tuvo que mover para que dejaran viajar a Taehyung en ese momento con urgencia, hubiera estado de regreso a tiempo para alcanzar a Jungkook.

Pero el «hubiera» no existe.

—Vamos —dijo, tomando la mano de Taehyung, saliendo apurado de la casa mientras sacaba su celular para intentar llamar a Jungkook. La llamada ni siquiera entraba—. ¡Mierda!

—No estoy entendiendo, ¿dónde está? —habló Taehyung por primera vez, mirando serio y con aire de recelo al mayor.

—Se fue a buscarte —Jin tuvo que contener las ganas de rodar los ojos cuando vio al moreno cambiar su semblante a uno suave y enamorado.

—¿En serio? ¿Se escapó por mí?

—Por dios —murmuró—. Eso no importa ahora, enfócate, tenemos que encontrarlo sí o sí, así que ruega porque siga en su maldito departamento. —Taehyung asintió y ambos salieron de la casa en segundos.

Fueron bastante rápidos en llegar al departamento de Jungkook, probablemente le llegarían algunas multas a Jin por rebasar el límite de velocidad y tal vez pasarse unos cuantos semáforos rojos, pero esto era una emergencia.

Un chirrido se escuchó cuando el auto derrapó al entrar al estacionamiento. Literalmente lo dejaron a medio estacionar cuando se bajaron y corrieron. La espera en el elevador fue lo más eterno para ellos, especialmente porque Jungkook vivía en el último piso. Cuando las puertas por fin se abrieron, Jin fue el primero en salir, pero paró en seco cuando sintió su brazo ser jalado por detrás. Volteó y vio a Taehyung con una mirada cautelosa.

—¿Qué pasa? Apúrat-

—Shh. —Taehyung lo calló y cerró los ojos. Olfateó el aire y su ceño se frunció—. Huele a sangre, en esa dirección. —Apuntó a la tercera puerta del final del pasillo, Jin la reconoció—. Es la sangre de Jungkook. —Jin no perdió un momento en querer correr, pero nuevamente el agarre sobre su brazo lo detuvo—. No.

—¡¿Por qué?! ¡Es Jungkook!

—Lo sé. —Gruñó, lanzándole una mirada enojada—. Pero hay más hombres ahí, los escucho. —Jin quiso preguntar cómo era posible que los escuchara, o que oliera la sangre de Jungkook, pero al mirarlo simplemente lo comprendió, porque tampoco era posible que las pupilas se afilaran de esa manera, o que los mechones de cabello se aclararan—. Yo iré, tú ve por ayuda.

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⏰ Última actualización: May 05 ⏰

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