Parte 20

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Una mano, eso fue lo primero que vio cuando abrió los ojos.

Sus dedos eran largos y delgados, cubrían perfectamente los suyos. Era un poco pesada, pero también cálida.

Y, en esa hermosa piel bronceada, aún se podía apreciar el patrón de rayas negras sobre ella. Le encantaba el bello contraste que hacía.

Sus ojos enfocaron el paisaje que había detrás. Se preguntó si el sol se estaba metiendo o saliendo, sin embargo, por el canto de los pájaros, dedujo que estaba amaneciendo.

Un día entero había pasado y lo único que hizo fue follar con Taehyung.

Su cuerpo era la prueba viviente de ello, con marcas de mordeduras, fluidos y rojos hematomas esparcidos por todo él. Y la causa de todo eso estaba tendida sobre su espalda, durmiendo plácidamente, impidiéndole moverse con libertad. Jungkook quería moverlo, pero la posición no se lo dejaba fácil y no tenía fuerzas en ese momento.

—Tae, despierta... —llamó, escuchando lo ronca que salió su voz. El mencionado no contestó y mucho menos se movió. Jungkook tan solo suspiró y, lentamente, comenzó a deslizarse hacia afuera, fue entonces cuando se dio cuenta.

Taehyung seguía dentro de él.

Sus mejillas enrojecieron y, lleno de vergüenza, siguió intentando quitarse al híbrido de encima. Sin embargo, la arena trazó el rastro de sus dedos cuando su cuerpo fue jalado hacia atrás y Taehyung se enterró de nuevo en su interior. No le dolió, su agujero estaba lo suficientemente abierto y suelto para aceptar la polla de Taehyung con facilidad.

El movimiento repentino hizo que Jungkook pudiera sentirlo, estaba lleno. Entre sus piernas, todo se sentía pegajoso y estaba bastante seguro de que había algo espeso derramándose fuera de él en ese momento, aún y con la polla de Taehyung taponando su entrada.

Jungkook sonrió, él sonrió. Sentirse cargado con el semen de Taehyung era... bastante excitante para él, su polla ya se había medio endurecido solo por pensarlo.

Ah, no lo iba a negar, sus gustos descubiertos cada vez lo sorprendían más.

—Entonces sí estás despierto. —Un gruñido fue su respuesta—. ¿Y piensas moverte? —Otro gruñido—. Tae, muévet-

Y Taehyung sí se movió, pero solo para empezar a embestirlo.

Jungkook encajó sus dedos a la arena. Su garganta estaba seca, pero no podía evitar gemir cuando, en esa posición, Taehyung llegaba tan profundo dentro de él, además de que su propia polla y testículos eran presionados con cada empujón que Taehyung le daba.

En realidad, le gustaba más follar con Taehyung de frente para no perderse sus expresiones, pero estar atrapado debajo de él, sintiendo las vibraciones de su pecho cada vez que gruñía y teniendo sus cálidos brazos abrazándolo por detrás tampoco estaba mal.

Una mordida se depositó en su nuca y entonces las manos de Taehyung agarraron sus caderas para empujarlas hacia arriba y penetrarlo mejor. Jungkook hizo su mejor esfuerzo para seguirlo, apoyándose en sus rodillas para que su culo estuviera levantado para él. Se veía tan jodido, estaba jodido, Taehyung se había encargado de eso, pero aun así, ahí estaba con las piernas temblorosas, pero listo para recibirlo. Eso le hizo cosas en la cabeza a Taehyung que su polla reflejó, endureciéndose dentro de esas estrechas paredes. Le apretó el trasero y, con los pulgares, estiró ambas mejillas, dejando a la vista esa hinchada entrada que se estiraba para engullir su polla. 

No había duda, Jungkook era suyo.

Se relamió los labios y, sin apartar la mirada, se deslizó hacia fuera y luego empujó de nuevo dentro de él. Jungkook solo pudo agarrarse a la pobre manta que tenía debajo, pero ni así conseguía mantenerse estable. Taehyung se movía duro y rápido, y no parecía ver más allá de la figura de Jungkook en esa posición. Sus ojos se paseaban desde sus redonditas nalgas, que rebotaban contra su pelvis, hasta su esbelta espalda, que tensaba sus músculos en un intento de ejercer fuerza, fuerza que Jungkook no tenía y acababa balanceándose al ritmo que Taehyung lo follaba.

Varado [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora