Varado [Taekook]

Parte 11

—¿Estás seguro de esto, Nam?

—Muy seguro, Jin.

—Pero... He escuchado que es peligroso relacionarte con él —murmuró, apretando la taza de café entre sus manos—. Aparte, dicen que sus métodos son muy... Sádicos.

—No te mentiré, sí puede llegar a ser muy drástico.

—Entonces-

—Pero es nuestra única esperanza si queremos encontrarlo. —Jin no pudo negarlo y solo bajó la mirada—. Amor, no hagas esa cara. —Acarició su mejilla, observando lo oscuras que se veían sus ojeras—. Todo estará bien, yo me encargaré de que así sea, ¿okay? —Le dio un pequeño beso en la mejilla y se levantó, pero no dio ni un paso cuando Jin sujetó con fuerza su mano.

—Nos encargaremos —corrigió—. No iras solo.

—Jin, tú ya estás demasiado ocupado con todo lo-

—Kim Namjoon. —El nombrado tragó saliva al ver esa fría mirada—. Los dos. ¿Entendiste?

—Sí, mi amor.

Jin se levantó y, sin necesidad de decir nada más, ambos salieron a buscar a su última y única esperanza.

...

Jungkook respiraba frenético. Miraba a su alrededor, sintiendo las gotas de sudor resbalar por su cuello. Escuchó el sonido de lo que pareció el crujir de una rama y se agachó más entre los arbustos. Se quedó quieto, tratando de no hacer ruido.

Después de unos minutos, se asomó un poco. Checó todas las direcciones, no se veía ni se escuchaba nada sospechoso. Decidido a tomar la oportunidad, salió de su escondite.

Error.

Un tigre le saltó encima, llevándolo directo al suelo. Si alguien los viera, juraría que estaba presenciando el ataque de un tigre a su presa.

—¡No es justo! —gritó, aturdiendo al tigre.

—No seas tan ruidoso —regañó, regresando a su forma humana—. ¿Qué? ¿Ahora por qué te enojas?

—¡Porque es obvio que, si estás transformado, me vas a alcanzar más rápido!

Sí, ellos solo estaban jugando o, mejor dicho, Taehyung era quien jugaba con el pobre humano. Lo hacía correr por todos lados, lo hacía hacer corajes, lo tacleaba, en fin, lo traía como juguete nuevo. Jungkook, por su parte, ya estaba harto de no poder ganar ni una vez.

—Escúchame, Taehyung —dijo enojado, levantando un dedo—. Si te vuelves a transformar una vez más, lo tomaré como trampa y dejaré de jugar.

—Bien, ya, no me transformaré. —Se levantó—. Te toca.

Y salió corriendo con una enorme sonrisa en su rostro.

Jungkook se puso inmediatamente de pie y salió disparado a perseguirlo. Sin embargo, por más que corría, no conseguía acortar la brecha entre Taehyung y él.

—No me atrapas —tarareó el híbrido, riéndose sin desacelerar su paso.

Jungkook apretó los puños al ver la silueta de Taehyung alejarse cada vez más. Era claro que, aún y cuando Taehyung no estuviera transformado, seguía siendo rápido. Aparte, a comparación de un forastero como él, Taehyung conocía la isla y sabía cómo moverse dentro de ella.

A Jungkook no le importó eso, ni los tropezones que se daba con las plantas, ni las bofetadas que se llevaba de algunas ramas, ni la tierra que lo ensuciaba. Jungkook, increíblemente, lo ignoró todo porque lo único que le interesaba era no volver a perder contra Taehyung. Suerte para él, su estamina sí podía rivalizar con la del híbrido.