Parte 28

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—No sé si lo sabías, pero normalmente el vino se bebe, no se come... —comentó Namjoon con una sonrisa y Jin volvió a la realidad, dándose cuenta de que estaba picoteando su copa con el tenedor. Lo retiró enseguida y lo limpió con una servilleta, mirando algo avergonzado a Namjoon.

—Lo siento... Creo que esto no fue una buena idea, estoy-

—Preocupado por él. Lo entiendo, pero es tu cumpleaños, intenta disfrutar, aunque sea un poco. —Le tomó la mano con cariño.

—Es que... Lo conozco desde que estaba así. —Juntó el pulgar y el índice, dejando entre ellos un pequeño espacio equivalente al tamaño de una migaja de pan.

—Eso no es realísticamente posib-

—Y nunca, nunca, pero nunca lo vi comportarse como ahora —terminó por decir, cruzando los brazos—. No lo entiendo.

—Él tiene sus razones... —Eso solo hizo que Jin se entristeciera más, porque era cierto, Jungkook debía tener sus razones para actuar como lo hacía, pero incluso con la cercana relación que tenían, no le compartía nada al respecto—. Dale tiempo, Jinnie, créeme, todo acabará pronto y volverá a la normalidad, ya la investigación está progresando y-

—¿En serio? ¿Pasó algo? —Namjoon asintió con una sonrisa.

—Lo encontramos. —Los ojos de Jin se iluminaron, y ahora con destellos de enojo—. Bueno, Hoseok fue quien lo encontró técnicamente y, por lo que me contó, no fue fácil. —Sacó su celular y le mostró una foto donde se apreciaba a un sujeto notoriamente feliz en una piscina, rodeado de chicos y chicas bastante atractivos.

—¿En dónde mierda está?

—Italia. —Jin rodó los ojos y vio atentamente la foto.

—Mmm, lo había imaginado diferente.

—Era diferente —remarcó—. Hoseok descubrió que se hizo arreglos faciales, cambió su color de cabello y ahora usa otro nombre de entre todos los que tiene, pero... —Deslizó el dedo por la pantalla, mostrando una nueva imagen en primer plano del torso del chico, donde podían verse varios tatuajes, especialmente uno de mariposa—. Excepto por todo lo demás, esto coincide con lo que Jungkook nos describió.

—¿Y en qué prisión estará? Tengo contactos que pueden ayudarme a darle una sorpresa —dijo con una sonrisa y Namjoon lo miró con algo de miedo.

—Aún no lo sé, todavía estamos reuniendo lo necesario para poder llevar esto a juicio. Tenemos que ser cuidadosos si queremos que las cosas salgan como queremos. —Jin chasqueó la lengua y apoyó su barbilla sobre sus manos.

—Con la opción ilegal las cosas también saldrían como queremos y... —Levantó el dedo—. Más rápido. —Volvió a sonreír de una forma tétrica y Namjoon se le quedó viendo en silencio.

—No te voy a mentir, a veces sí me asustas. —Jin lo miró feo—. Solo déjame hacer lo mío, Señor no me importa la ley, aunque mi novio es abogado.

—Bien, pero si te tardas, no respondo. —Namjoon soltó una risa.

—De verdad que tú y la paciencia no se llevan bien. —Le tomó la mano y se levantó, haciendo que su pareja hiciera lo mismo—. Vamos.

—¿Qué? ¿A dónde? Todavía ni hemos ordenado.

—Mmm, a Jungkook le gusta el pollo de Hongdae, ¿no? ¿Compramos cerveza también? —Jin rio y asintió alegremente.

—¡Vamos! —Jaló a su novio.

Ambos tomaron sus cosas y pagaron la cuenta. Salieron del lugar y pasaron por algo de comida y bebidas antes de conducir rumbo a la casa de Jungkook. El ambiente entre ellos ya era más agradable que antes. Festejar sabiendo que Jungkook la estaba pasando mal simplemente no se sentía bien, esos no eran ellos. 

Varado [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora