CAP 10: Consolación Amorosa

129 11 0
                                    


~°°~

El resplandor del sol filtrándose por la ventana de su dormitorio trajo consigo una sensación de calidez y expectación. Harry se despertó con renovada energía, emocionado por el día que tenía por delante. Con rapidez, se vistió y se preparó para unirse a sus amigos en la sala común, donde planeaban partir hacia Hogsmeade juntos.

Al llegar abajo, se encontró con la sala común llena de actividad. Ron y algunos otros estudiantes charlaban animadamente mientras se ponían los abrigos y ajustaban sus bufandas. Sin embargo, algo llamó su atención: Hermione no estaba por ninguna parte.

Intrigado, Harry se acercó a Lavender y Parvati, quienes estaban sentadas juntas en uno de los sofás.

-¿Dónde está Hermione?-, preguntó Harry, notando la ausencia de su novia.

Las chicas intercambiaron una mirada antes de que Lavender respondiera con una expresión preocupada: -No va a ir, Harry. Se siente mal.-

La preocupación inundó el corazón de Harry al escuchar eso. Sabía lo importante que era este día para Hermione y lo mucho que había estado esperando la salida a Hogsmeade. Mintiendo que había olvidado algo en su dormitorio, Harry les dijo que se adelantaran sin él. Una vez que sus amigos se fueron, Harry se dirigió hacia el cuarto de Hermione, que se encontraba entreabierto. Al entrar, vio a Hermione sentada en su cama, con la vista perdida en el paisaje exterior. Una oleada de preocupación lo inundó al verla en esa posición, tan distante y ensimismada.

-Hermione-, murmuró suavemente, acercándose lentamente. La mirada de Hermione se volvió hacia él, revelando una mezcla de sorpresa y tristeza en sus ojos. Harry se acercó más y se sentó a su lado en la cama, poniendo una mano reconfortante en su hombro.

-Hermione, ¿estás bien?-, preguntó con voz suave, preocupado por su bienestar.

Ella suspiró, apartando la mirada hacia la ventana. -No, Harry, no estoy bien-, admitió finalmente, su voz apenas un susurro cargado de emoción. -Todo esto... lo de Ginny, las cosas que dijo... me duele demasiado.-

-Hermione, entiendo que te duela lo que dijo Ginny, pero no debes hacer caso a las palabras hirientes de los demás-, dijo Harry con voz firme, pero compasiva. -Se equivocan al juzgarte de esa manera. Eres una persona maravillosa, con tantas cualidades increíbles que ni siquiera puedo comenzar a enumerar.-

Hermione negó con la cabeza, desviando la mirada. -Harry, no es tan simple...-

Él colocó una mano bajo su barbilla, suavemente obligándola a encontrarse con su mirada. -No te menosprecies, Hermione. Eres todo lo contrario a lo que te acusan. Eres un ángel, uno que ha atrapado mi corazón desde el primer día que te conocí. Tu inteligencia, tu valentía, tu bondad... son cualidades que me inspiran todos los días. No permitas que nadie te haga creer lo contrario.-

Hermione se sintió abrumada por las palabras reconfortantes de Harry, su corazón latiendo más rápido ante su afecto y apoyo inquebrantables. Con lágrimas en los ojos, se lanzó a sus brazos en un abrazo reconfortante, encontrando consuelo en la certeza de que no estaba sola en su lucha contra las palabras hirientes y los juicios injustos.

El abrazo reconfortante entre Harry y Hermione se convirtió en un momento íntimo y lleno de cariño. Harry, dejándose llevar por el impulso del amor que sentía por ella, inclinó su rostro y depositó un beso tierno en los labios de Hermione. Ella lo recibió con ternura, permitiendo que el beso se intensificara gradualmente en algo más apasionado y salvaje, ambos dejándose llevar por la conexión emocional que compartían.

Sin embargo, en medio del torbellino de emociones y deseos, Harry se detuvo repentinamente, consciente de las posibles consecuencias de sus acciones en un lugar tan público como el dormitorio de Hogwarts. Con un suspiro entrecortado, se apartó lentamente de Hermione, aunque no sin antes robarle un último roce de los labios.

-Hermione, no podemos continuar así aquí- dijo Harry con pesar, su voz llena de remordimiento.

Hermione asintió con comprensión, aunque con una chispa traviesa en sus ojos. -Tienes razón, Harry. Sería mejor evitar ser regañados por los profesores- admitió con una sonrisa traviesa.

Pero entonces, con una mirada llena de determinación, Hermione agregó con un brillo travieso en los ojos: -Pero... ¿y si nos aseguramos de que no nos descubran?-

Harry la miró con sorpresa antes de comprender su sugerencia. Con una sonrisa pícara, asintió con complicidad. -Estoy de acuerdo, pero con una condición.-

Hermione arqueó una ceja, intrigada. -¿Cuál es?-

-Si nos acusan de algo, prométeme que aceptarás la culpa conmigo- propuso Harry con una sonrisa traviesa.

Hermione lo miró con complicidad antes de asentir con una sonrisa traviesa. -Trato hecho- aceptó.

Riéndose entre ellos, compartieron algunos secretos más, se contaron anécdotas divertidas del pasado y se prometieron seguir apoyándose mutuamente en todo momento.

Y así, en un acto de complicidad y amor mutuo, Harry y Hermione se acomodaron juntos en la cama, abrazados entre las sábanas cálidas y reconfortantes. Antes de dejarse llevar por el sueño, se miraron profundamente a los ojos y se dijeron esas dos palabras mágicas que significaban tanto: -Te amo.-

Con el corazón lleno de amor y felicidad, se durmieron profundamente, sabiendo que estaban juntos y que nada podía separarlos.

~°°~
Espero que les guste y les agradecería de corazón si votan un saludo y bendiciones.

Hasta el próximo capítulo 😃.

Destinos EntrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora