Ryoko Shizuku
"De origen japonés, la joven buena"
──── Ella debe adaptarse a una nueva vida en consecuencia de su familia rota, tiene un sueño y gran ambición que desea alcanzar.
Ella quiere ser una estrella, una estrella para ser admirada.
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Ryoko se preparaba para salir, de nuevo fin de semana y Katsurō la invitó —obligó— ir a una fiesta en celebración por la inauguración de un nuevo hotel perteneciente a los demás negocios millonarios de una familia distinguida en el país.
──Te ves preciosa.
──Gracias mamá, tú igual te ves bien.
──Hija, entiendo que estés decaída pero solo fue una discusión, no fue para tanto.
──Ya se mamá. ──Suspira──. Pero se va a ver raro, temo que Katsurō cometa alguna escena y mande todo a perder.
──Eso es imposible, recuerda que me tienes a mi para evitarlo, ninguno de tus esfuerzos serán en vano.
Ryoko sonríe ante el apoyo de su madre pero se siente mal porque sabe que ella solo la alienta para casarse y volver a tener dinero de manera fácil, aquello le duele porque se siente como una muñeca en vitrina, esperando que alguien aparezca y de la cantidad que vale para ser vendida.
Después de tantos preparativos se encaminan al lugar que indica la invitación, la pequeña familia Shizuku quedan de nuevo maravilladas con aquel hotel de lujo, mucho más grande y con gente bien vestido entrando para presenciar el gran acontecimiento.
Aunque para Ryoko el sentimiento dura poco, si, todo se ve lindo, hermoso y pomposo, como un cuento de hadas. Sin embargo, sabe que los hechizos duran su tiempo y debe haber algo que lo rompa cruelmente.
──Hola cariño.
Ryoko deja que Katsurō la bese, lo espera pero él solo besa con rapidez su mejilla para guiarlas a una gran mesa repleta de personas distinguidas de la alta sociedad. Escucha las diferentes conversaciones, mira los vestidos brillantes de las mujeres con sus extravagantes joyas y también a los hombres que manejan posiblemente todo el dinero del país si quisieran con sus trajes a blanco y negro manejando algún que otro adorno que pueda destacar.
──Juro que este es el edificio más grande creado en nuestro país, hará batalla a las torres gemelas. ──Habla un hombre algo robusto con una sonrisa gatuna.── Aunque claro, el maestro constructor fue el señor Baratsua.
──Bueno tal vez uní las piezas pero la idea original fue del señor Higurashi, él tuvo la visión tan impresionante de crear un hotel como este que solo dará posada a las más grandes estrellas mundiales.
«Halagandose unos a otros, típico.» Ryoko choca miradas con su suegra.
» Sonríe.
La joven acata esa orden por unos momentos, mira que un camarero sirve champaña a los adultos y cuando pasa por su lado decide alzar su copa como una señal que desea un poco también y el trabajador cumple con esa orden.
