Ryoko Shizuku
"De origen japonés, la joven buena"
──── Ella debe adaptarse a una nueva vida en consecuencia de su familia rota, tiene un sueño y gran ambición que desea alcanzar.
Ella quiere ser una estrella, una estrella para ser admirada.
[ oc x W...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una semana nueva comienza, Ryoko regresa de la escuela al terminar la jornada, caminaba por su ruta habitual para llegar a casa.
Sin embargo, unos ruidos le hicieron detenerse, no tenía miedo, más bien era un presentimiento de que algo andaba mal. Sigue los sonidos extraños, una especie de quejidos secos y a la vuelta de esa calle puede ver unas siluetas oscuras acercarse a un paso demasiado lento, igual a un zombie.
Se acerca un poco más y reconoce que son alumnos de Bofurin que están en condiciones deplorables, aunque hay oscuridad no es imposible encontrar esas marcas, cortes y golpes que tienen cada uno, sabe que son amigos de Umemiya porque además de llevar bien el uniforme, también reconoce algunas caras.
──Hey, ¿Estás bien?.
El chico rubio al que le hizo esa pregunta solo parpadea y se desploma en sus brazos, con rapidez logra sujetarlo para llamar a Kotoha con una mano libre, pidiéndole que viniera donde estaba para que le ayudará.
Kotoha llega y entre las dos llevan a los cuatro heridos a la cafetería que seguía abierta.
──¿Tienes botiquín?. ──Pregunta Ryoko, dejando recostado al último en una silla.
──Ya lo traigo.
Ryoko asiente y se apresura a verificar como estaban los demás, en eso, llega Kotoha con el botiquín.
──Debemos tratar las heridas antes de que se infecten, Kotoha, por favor ¿Podrías hacer algún té? Creo que eso también los ayudará un poco.
──De inmediato.
Ryoko sonríe a la energía de su joven jefa, abre el botiquín y decide curar a su primer 'paciente' con las cosas que tenía a mano, así mismo se ocupa de los otros, un punto bueno es que estaban dormidos, tal vez llegaron al desmayo por el cansancio.
Con un mensaje a su madre de que llegaría tarde se queda más tranquila aunque cansada, curar a otros requería tiempo y energía.
──Uhg...
Ella se levanta, dirigiendose al rubio con auriculares que había cobrado un poco de consciencia, él se quejaba y estaba por caerse de la silla.
──Tranquilo Kaji, debes descansar. Toma, bebe esto, es té de manzanilla.
El chico no decía nada, parpadeaba a duras penas pero hizo caso, bebió un poco para después dormir.
──Yo los cuidaré, ve a casa Ryoko.
──Pero será difícil para ti.
──Para nada, tu hiciste casi todo el trabajo.
Ryoko sonríe para Kotoha y esta también le devuelve la sonrisa, se despiden y la castaña solo ve irse a su amiga como siempre a paso apresurado por detenerse en ayudar a los demás sin algo a cambio.
