Cierta noche, en la calmada aldea Chingté de Liyue, una estrella surco por los cielos de aquel pacifico lugar para luego estrellarse a en los montes cercanos, a partir de ese día la aldea seria más escandalosa, todo por cierto muchacho con cola de m...
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Lumine estaba en el lugar que siempre ha estado durante este par de días. Sentada en lo que parecía ser un paisaje de ensueño, congelado en el tiempo pues las aguas no se movían, las flores tampoco y menos las aves que estaban detenidas en pleno vuelo.
Pero no estaba sola, pues ese lugar no era creado por su imaginación, sino por la mente de otra persona. Alguien con un gran poder mental.
- Entonces, cumple con tu palabra, no le dirás ninguna palabra a nadie – dijo Piccolo, que estaba sentado frente a ella en un tronco de madera.
- Claro, la Reina Mayor Rukkhadevata jamás existió en este mundo, no mencionare ni una sola palabra sobre ella – dijo Lumine.
Durante esos dos días Lumine a estado en cama, solo se despertaba para comer, ir al baño y despues dormir por bastante tiempo en la Villa Ganharva.
Pero no a estado sola.
Piccolo le hacía compañía durante ese tiempo en el que se recuperaba, por lo que tuvieron bastante que conversar y aclarar cosas de la pelea. Sobretodo lo de Rukkhadevata.
Según lo que le conto el hombre verde, la Reina Rukkhadevata se borro del Irminsul, por lo tanto, se borró de toda la historia de Teyvat, como si jamás hubiera existido. Solo ella, Piccolo, Goku y Broly sabían de su existencia. Era el costo por eliminar por completo el conocimiento prohibido, y con ello debilitar a Daimaku. Ahora, Nahida era la única y verdadera arconte dendro que ha existido.
- También les aclare lo mismo a Goku y Broly, tampoco dirán nada, pero siguen bastante confundidos – dijo Piccolo suspirando.
- Goku es algo olvidadizo, ojalá recuerde eso – dijo Lumine - Y dime ¿Qué has estado haciendo todo este rato? Haz estado mucho tiempo conmigo.
- Estoy bien, solo que... encontré un nuevo lugar en el que quedarme, digamos que tengo nuevo trabajo – dijo Piccolo – Aparte, también busco a las esferas del dragón desde esa zona, pero no tengo rastro de ellas.
Las esferas del dragón, eso fue lo que reconstruyo Sumeru y revivió a su gente. Piccolo apenas le conto sobre estas, pero le aclaro que fue él quien pidió los deseos y engrió a Paimon, pero nada más. Pero el hecho de que haya un artefacto tan poderoso como esas esferas, significa que tienen una gran suerte que existan, pero tambien podrían estar en su contra si caían en malas manos.
- Pero basta de eso, cuando nos veamos de nuevo, ahí te contare de las esferas junto con Goku y el resto – dijo Piccolo poniéndose de pie.
- Pronto, eso estoy seguro. Pero ya te toca despertar, ya siento que tu ki se a recuperado, aunque aun sigues pareciendo un globo desinflado – dijo Piccolo con una sonrisa, pero luego su rostro torno a uno más serio – Lamento no de tu amigo rosado, no lo conocí muy bien... pero hizo lo correcto. Un verdadero héroe es el que sacrifica sin importar el costo.
