Cierta noche, en la calmada aldea Chingté de Liyue, una estrella surco por los cielos de aquel pacifico lugar para luego estrellarse a en los montes cercanos, a partir de ese día la aldea seria más escandalosa, todo por cierto muchacho con cola de m...
Todas las artes usadas en este fanfic provienen de sus respectivos creadores, por favor apoyar al material original de los fanarts dentro de este capitulo.
Por los montes de Liyue se podia ver el sol recién naciente dando a un nuevo día, las criaturas diurnas salían de sus madrigueras, pues luego de un descanso siempre tienen que esforzarse al siguiente día, no obstante, entre estos había alguien que incluso estaba dándolo todo durante la noche.
Shenhe estaba meditando, o mejor decir tratando de hacerlo, pues a pesar de que incluso las aves se posaban sobre ella, no podia concentrar sus pensamientos en la paz interior.
Era algo que últimamente había pasado, una cosa no muy grabe en los últimos años, pero ahora en este mismo instante simplemente se hizo más repetitivo, sin tener casi ningún segundo en no pensar en ello.
No importase cuanto, siempre lo tenia aquello en mente, lo tenia a él en mente, y no entendía porque, porque era verdad que pensaba con frecuencia, pero esta vez era muy persistente.
Se puso de pie, sabia que tenia que buscar consejo alguno, pero aunque una opción hubiese sido hablar con aquella persona, no estaba segura si era lo correcto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era un día normal en la montaña Aozang, a diferencia de años anteriores, estaba tranquila y pacifica, pues hacia mucho que los alumnos de la Adeptus de dicho monte no entrenaban en aquel lugar juntos desde hace bastante tiempo, con cada uno yendo por caminos separados.
No obstante, aun había uno que otro de estos "jóvenes" que iba a este lugar por distintos motivos, pero ninguno de estos era tan extraño como el que hacia Ganyu.
Era verdad que existían formas bastante extrañas de combatir el estrés del trabajo, y a pesar de que unos eran más insanos que otros, la mitad Adeptus no era la excepción, pues a pesar de que existen flores dulces por todo Teyvat, ella siempre tuvo la preferencia de comer las que florecían en la montaña Aozang, pues su rico sabor era único y la dejaba de un buen humor, como una recompensa de su arduo trabajo, aunque a veces se excedía y devoraba decenas de estas.
Ahora andaba con la quinta de esa vez pues recién había llegado de trasnocharse en el Pabellón Yuehai, tenia una hermosa sonrisa en el rostro y hasta sus cuernos parecían cobrar un sano brillo de alegría, sus energías se estaban renobando.... hasta que una sombra se poso sobre ella.
- Ganyu necesito tu ayuda.
- ¡AAAAAAAAAAAAAHHHHH!
La chica casi se atora con una flor pero inmediatamente la escupió mientras daba la vuelta, por fortuna no era nadie más que Shenhe, ella ya sabia de sus actividades, aunque no supo porque se asusto pues solo ella y un par más vienen a la montaña. pero dio un suspiro de alivio y sorpresa.
